EXPANSIÓN.
Zygentoma I, rey de los lepismas de San Sebastián de Silos, está preocupado, pues gracias a los años de paz que llevan, la población de sus súbditos ha aumentado hasta límites insospechados. Decide aprovechar a Domingo, que no para de viajar, para usarlo como vehículo para la emigración.
Como Almanzor se le ha subido a las barbas a Don Fernando, éste, organiza un traslado de los restos de los santos hermanos mártires de Ávila, Vicente, Sabina y Cristeta al Monasterio de Arlanza. Domingo y Don García, abad de Arlanza se encargan del trabajo y viajan a Ávila en 1061. Por donde pernoctan, los lepismas se van extendiendo y formando nuevas colonias.
Don Fernando se está construyendo su sepultura en la basílica de San Juan Bautista en León y quiere premiar a la ciudad con la llevada de reliquias de santos.
Tras un largo recorrido desde Sevilla, los obispos de León y de Astorga llegan a León junto al Rey Don Fernando y Domingo y en la puerta del Arco, el abad de Silos y ante la disputa de los restos, da con la vara a los caballos y el de San Alvito se va a la Catedral y el de San Isidoro a la iglesia colegiata. Los lepismas se distribuyen entre los libros y las arquetas.
En 1069 visita al nuevo rey Don Sancho y le regala varias copias de los códices que llevan en su interior nuevas colonias de lepismas. En Santa Águeda asiste al juramento de Alfonso VI, nuevo rey, que había exigido el Cid Campeador. La expansión continua.
El abad Domingo de Silos conoce al abad Domingo de la Calzada, se hacen amigos y se intercambian copias de libros y éste le cuenta que va a construir un puente para los peregrinos del Camino de Santiago, pues Hospital ya tiene.
Los lepismas se aposentan en la Calzada y desde ahí por todo el Camino. Hay lepismas españoles en París por la Etimología de San Isidoro y en Londres por el libro del Apocalipsis. Zygentoma millonésimo está contento en el siglo XXI.
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