lunes, 16 de enero de 2012

XV CERTAMEN LITERARIO DE RELATOS CORTOS "CAFÉ COMPÁS" - 2012 -"SUEÑOS DE EROS" - "SUEÑOS DE ELEUTERIO"

Eleuterio vivía en una alquería de la zona de Las Hurdes y con 17 años se dedicaba al pastoreo, bueno, a cuidar de unas pocas cabras del pueblo que sus dueños se las dejaban a su cuidado, pues era serio y cumplidor y todas las noches las repartía por las casuchas, donde dormían en la planta baja y arriba la familia.

Se pasaba el día entero en el campo, las llevaba al río Malvedillo y donde él sabía que había brotes tiernos para que triscaran en libertad. Se sentaba en una roca y mientras vigilaba a sus cabras, su mente no dejaba de soñar en un mundo mejor, pues aquí en la alquería todos los días eran iguales, la única diferencia era el frío o el calor dependiendo de la estación.

Un día vio por primera vez una televisión en blanco y negro y lo que salía en la pantalla, no le parecía real y no lo entendía. No sabía leer y escribir bien y en su casa no es que no lo quisieran, simplemente era una relación fría, hasta con su madre. Su padre, si no hacía lo que le mandaba le pegaba y él cuando se acostaba recordaba y soñaba los besos y abrazos que se daban los personajes de la película que había visto.

Una noche, hacía ya varios años, besó a su padre que estaba sentado al calor de la lumbre de la chimenea en una silla baja de enea, con una botella de vino entre las piernas y fue rechazado con un fuerte empujón que le hizo caer. Se retiró a su camastro y lloró.

Los días se le hacían eternos y a pesar de que su mente no paraba de soñar, una mañana se construyó un arco de madera de fresno fuerte y flexible y varias flechas de ciprés con su navaja.
Se hizo un experto en el tiro con el arco y a partir de ese día en la alquería se produjo un cambio radical entre los hombres, pues empezaron a tener relaciones entre ellos, provocando el asombro de las mujeres.
Fue llamado a filas y en el CIR de Salamanca al llegar él y ser asignado a un barracón, los reclutas se empezaron a comportar de una manera claramente homosexual.

El Coronel del CIR se lió con su ayudante y en el Campamento reinó el caos.
Después de la Jura, fue destinado a un cuartel que se convirtió en Sodoma y Gomorra, los imaginarias no podían mantener el orden nocturno y las carreras entre las filas de camas y los encuentros amatorios se sucedían y fueron llamados los suboficiales que al ver la orgía se sumaron al evento y al ser acosado por los soldados de su barracón y no ceder a los requerimientos claramente homosexuales pidió amparo al botiquín.
El teniente médico que era gay y también se había dado cuenta del cambio producido en el regimiento, al leer su nombre en el parte y al ser entendido en mitología griega, se dio cuenta de lo que había sucedido.
-Eleuterio siéntate y escucha lo que te voy a contar- dijo el oficial médico.

-Tu nombre deriva del griego (λευθέριος) y a veces se te conoce como Eros y eres el patrón del amor entre hombres, mientras Afrodita preside el amor de los hombres por las mujeres. Tu estatua se situaba en las palestras, lugar de reunión de los hombres con sus amados y los espartanos te hacían sacrificios antes de la batalla.
Lo que no sabemos es que ha pasado para convertirte en tu ancestro.-
Eleuterio se remueve nervioso en su silla y no entiende nada de lo que le comenta el oficial. Su cabeza está a punto de estallar y dice –Yo no he hecho nada para que pase todo lo que he visto en el barracón, mi teniente.-
-          ¿ Tienes un arco? le pregunta.-
-          Sí mi teniente, de fresno y tengo muy buena puntería, lo construí yo mismo va para un año.-
-          Ahí ocurrió tu transformación, por una alineación de planetas u otros motivos. Te vamos a dar la exclusión del servicio militar pues vas  a producir un caos en el ejército.-

En poco tiempo pasó tribunal médico, dejando a su paso un contubernio entre sus integrantes que el secretario era incapaz de controlar, pues el coronel médico se había desnudado y perseguía con fruición a un teniente jovencito.
Camino a su pueblo en el autobús, pensaba que hacer y como decirlo a su familia, pues la inutilidad estaba mal vista en la alquería. Era famoso el caso de un vecino que padecía de cretinismo que había conseguido llegar a cabo furriel.
Dijo a su familia y al pueblo entero que habían licenciado a un buen número de soldados porque no hacían falta y que ya tenía “la blanca”.

Cogió su arco y sus flechas, se fue al campo al lado del río la fragosa y lo destrozó en numerosos pedazos y haciendo un agujero en el suelo lo enterró todo.
Habló con el maestro y terminó los estudios elementales y siguió trabajando con las cabras y mientras ellas triscaban leía la mitología en donde hablaban de él.
Estaba leyendo la historia de Cupido, Diana y Nínfea, cuando se acercó a él una joven muy guapa y se sentó a su lado.

-          Hola ¿Qué haces?¿Cómo te llamas?-
-          Eleuterio, estoy leyendo mitología greco-romana ¿y tú cómo te llamas?.
-          Alma y soy la hija del nuevo farmacéutico, llevo un mes en el pueblo.
-          ¡ALMA! Estás predestinada a casarte conmigo, eres Psique y yo Eros, mira el libro y verás que nuestra historia está reflejada aquí.-

-          ¡GUARRO! Enseñarme estas figuras desnudas y sin conocerte siquiera- Y levantándose de golpe, salió corriendo hacia el pueblo.
No sabía que hacer, la había asustado por su ansiedad, pero es que él también se había quedado impresionado al oír su nombre Alma, Psique(en latín Psyche, en griego Ψυχή), mientras, la veía alejarse con el pelo rubio ondeando al aire de tal manera que parecía que llevara alas.

A partir de ese día rondaba la farmacia y la vivienda de Alma para hacerse el encontradizo con ella, pero no se dejaba ver.
Una tarde notó como los visillos de una habitación de la segunda planta se movían y miró hacia lo alto para ver si era ella.
Cuando el tiempo era bueno, acudía al río y se sentaba en la misma piedra y leía esperando que algún día le perdonara. En primavera, una tarde notó una mano en su hombro, se volvió y allí estaba Alma, quiso decir algo pero ella le puso la mano en la boca y se sentó. No se dijeron nada, ella cogió el libro de mitología y lo leyó y releyó y levantándose y con un hasta mañana, le besó y se fue corriendo.

Al final Eleuterio y Alma se casaron, Eros y Psique se unieron y del amor que se profesaron nacieron tres hijas y que por culpa de sus padres y del libro de mitología, sufrieron durante toda su vida del bochorno y de la burla de las gentes por mor de los nombres que las pusieron. A saber Voluptas, Castitas y Pulcrito.
Eran de buen comer y en el pueblo empezaron a llamarlas “Las Tres Gracias”.

Y comieron perdices y se las comieron solo ellas.

domingo, 15 de enero de 2012

2012 - FAMILIA


Cuando estaba haciendo el equipaje para este fin de semana en la casa rural en el bosque, nunca sospeché estar escribiendo esto en una leñera.
Recuerdo que cuando metí la cometa de Ifema de hace tres años en su plástico todavía, me dio un pálpito en el corazón, pues la echaríamos a volar mi hijo de 8 años y yo.

Cuando metí el body de mi mujer sin estrenar desde hace 4 años, me dio otro pálpito, un poco más abajo.
Al querer salir de Madrid el viernes por la tarde con todos los demás, se organizó un pollo que te cagas. A las dos horas y mientras pasábamos al lado del Bernabeu, se oyó  -¿Falta mucho? – Tengo pis – Tengo hambre -.

Puse música de los pitufos, pensé en el body y tuve otro pálpito.
En Burgos paramos en una gasolinera a cenar y a la media hora dos de mis hijos empezaron a vomitar y uno de ellos con diarrea.
Paramos en otra y entre pitos y flautas llegamos de noche a la casa. Estaba cerrada y conseguimos abrir la leñera y nos acomodamos lo mejor que pudimos.

Tengo el pálpito que no estrenamos hoy el body.

- 2012 -AMOR


A mi pareja actual y a mí nos encantan las casas rurales con muchas actividades, senderismo, bosques, ríos, playas cercanas y picadero. Y los niños con su madre.
Nosotros no salimos de la casa en todo el fin de semana y aprovechamos la ausencia de los otros para disfrutar de ella.
Llevamos un bolso con la comida y bebida y si hay microondas y neverita todo resuelto.

Tenemos una maleta con juguetes eróticos, adminículos y complementos para nuestras fiestas. El otro fin de semana en Ezcaray, una señora volvió antes de tiempo por unas pérdidas y nos pilló en el salón, yo en pelota picada con un gorro de navidad, enhiesto como un unicornio y persiguiendo a mi chica desnuda también, que blandía un vibrador de negro Mandinga.

La señora se quedó en la puerta y la pérdida ya fue total y nosotros al grito de somos elfos y a saltitos la sorteamos a ella y al charquito y nos subimos a nuestra habitación.

En una casa en  Donamaría que enseñan a amasar pan, lo hicimos en la mesa como en el cartero llama dos veces, nos pillaron por las huellas harinosas del pasillo.
Somos adictos al turismo rural.

- 2012 -HORROR


No teníamos que haber venido, yo no quería, tenía trabajo atrasado, pero tú te has empeñado y mira ahora, te estás muriendo.
Te estás desangrando entre mis dedos y no puedo hacer nada, los teléfonos están abajo y nos tiene encerrados. No me gustó, como se te quedó mirando el conserje y nos trajo a esta habitación llamada la Ojáncana del bosque.
 Te tocó los pechos y me tiré sobre él, me empujó y caí sobre la cama, forcejeamos, pero su estatura y musculatura eran muy superiores a mí y me inmovilizó en un momento. Te subiste a su espalda y le dabas golpes con los puños y parecía que ni lo notara.
Me golpeó en la mandíbula y se revolvió contra ti, te cogió en volandas y mientras se reía te llevaba de un lado al otro de la habitación, dándote en todas las esquinas de los muebles y de la pared. Sacó un cuchillo y te abrazó. Salió dando un portazo.

Conseguí levantarme y te llamé horrorizado.
Cuando te volviste, la sangre salía a borbotones de tu pecho y aquí estoy yo, llorando sobre tu cara.
No teníamos que haber venido, yo no quería, tenía trabajo atrasado.

V CERTAMEN "HISTORIAS DE AMOR JAMÁS CONTADAS" - ESPAÑA 2012 - CONFESIÓN

Igual que en 1970, he vuelto al Santuario de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro pero esta vez para confesarme y pedir perdón por abandonar en el altar a la que yo pensaba que iba a ser mi mujer.

Llevo 42 años con este peso en mi corazón que no me ha dejado dormir en paz desde entonces, pues además tuve la desgracia de hacer la carrera de medicina y Nuestra Señora del Perpetuo Socorro es la Patrona que en todos los actos nos preside y me mira a mí y me recuerda el mal que he hecho.

Al entrar y pasar al lado del Cristo del Perdón he notado que se ha vuelto para no verme, pero he seguido avanzando hasta la columna en donde estuve hace ya tantos años y me he detenido junto a ella.
Todavía recuerdo con alegría los días previos, la ilusión, los proyectos de futuro que me tenían a mí como en una nube.
Ese día, al empezar a subir la escalera le pregunté que si quería ser mi novia y me dijo que no, yo bajé la cabeza, seguí sus pasos y me coloqué junto a ella.
 Empecé a maquinar mi venganza durante toda la misa y cuando se fue a comulgar y mientras veía como se alejaba por el pasillo central y se acercaba al altar, decidí dejarla con todas las consecuencias y dándome la vuelta y casi echándome a correr salí de la iglesia y no paré hasta un bar que conocía y tenían un vermut muy rico.
 Mientras en mi interior pido perdón por abandonarla, en un banco de delante y reclinada, hay una mujer muy mayor rezando, que me recuerda a alguien y de repente comienza a girarse.

No espero a que lo haga, me doy la vuelta y con la ayuda de mi andador desaparezco lo más rápido posible.
                                      

miércoles, 4 de enero de 2012

I CONCURSO DE MICRORRELATOS "1111 CARACTERES" - FRENOPÁTICO

                                              FRENOPÁTICO.
Llevo tres días en este lugar, cinco duchas de agua fría, cuatro electroshock y dos inyecciones del suero de la verdad.  Me han puesto una camisa de fuerza una talla menor y los clips de la entrepierna me han pillado un pellejo del escroto y estoy sufriendo en silencio.

Estoy escribiendo con el dedito pequeño del pie derecho que lo tengo liberado, pero me da mucha dentera la pared de yeso blanca, pero necesito contar lo que me ha pasado.
Me encargaron codificar los caracteres de mi empresa, empecé  con el sistema ASCII, el ASCII extendido, los octetos, los enteros que van del 0 al 127, los siete dígitos binarios o digitales (1111111), el octavo dígito de cada octeto (bit), me pasé al Unicode, que es una gran tabla que asigna un código a cada uno de los 50000 símbolos, que abarcan todos los alfabetos europeos, ideogramas chinos, japoneses, coreanos y un millar de símbolos especiales.

Me hice un lío, me bebí una botella de pacharán y empecé a farfullar y al no entenderme, pensaron en una crisis de demencia aguda y yo decía “1111”.

           

I CONCURSO DE MICRORRELATOS " 1111 CARACTERES " - VACIO

                                                             VACIO
Vacío es como yo me encuentro, como un espacio en blanco, sin carácter y tengo que escribir sobre 1111 caracteres. En biología sería un rasgo del ser vivo. En música el carácter de una obra sería el sentimiento de la misma.
En tipografía es una letra, ideograma, número u otro símbolo.
 Pero para carácter el de mi esposa, ese sí que es especial, yo diría que hasta sacramental, pues es indeleble, es decir que lo que escribe en mi espacio en blanco, no se puede borrar ni quitar.
Ya quisiera el Código Civil tener el articulado que tengo yo en mi vacio, sin acento, que por no tener ni eso tengo.

De entrada, me ha quitado todos los artículos sobre nulidad, separación y disolución del matrimonio. De los bienes y la propiedad ha quedado muy claro quien es la dueña. Un libro cuarto lleno de obligaciones, otro de normas derogatorias, otro de transitorias y uno de disposiciones finales que determina, que si no estoy de acuerdo, empiece con el preliminar.
Por todo esto, el carácter 1111, que es el mío, se identifica con la pusilanimidad  o quizás no.

lunes, 2 de enero de 2012

V PREMIO DE RELATO CORTO "VILLA DE MASCARAQUE" - LAS DESGRACIAS NO VIENEN SOLAS.


Toledo, agosto de 1522, puerta de la cárcel del Alcázar.
Se abre el portón de madera y salen dos hombres con las ropas hecha jirones y muy demacrados y se ponen a caminar cuesta abajo hacia el centro de la villa.

Iñigo y Alfonso son dos soldados de las milicias toledanas que participaron en el levantamiento de las Comunidades y que han estado presos durante varios meses en las celdas del Alcázar.
Se sientan en una fuente pública, se refrescan del calor sofocante que hace y hablan de su futuro inmediato. Iñigo tiene 25 años, pero aparenta muchos más, le faltan seis dientes de delante, cuatro por que se le aflojaron por el escorbuto y dos por un codazo del carcelero, además tiene piojos y grandes calvas por la falta de limpieza.
 Tiene chinches y ladillas y una gonorrea de una visita a una mancebía de Segovia y camina cojeando de una pierna por una fractura mal soldada.
Alfonso, de edad parecida padece de los mismos problemas que su compañero de presidio además de tener un ojo seco por una pedrada.
Están muy enfadados con su señora María Pacheco, que ha huido de Toledo hace unos meses abandonándolos a su suerte, después de haber sido ellos los que entraron con ella en el Sagrario de la Catedral de rodillas y tomar toda la plata y joyas que encontraron.
Nadie les da trabajo y tienen que malvivir de la mendicidad y de la compasión de las órdenes religiosas.
Son golpeados por un grupo de mendigos de la Catedral que se han sentido amenazados en su lugar de trabajo y los abandonan en el río, debajo del puente de Azarquiel.
Los encuentran unas lavanderas del próximo Hospital de Tavera y son llevados allí para ser curados.

Son tratados por la beneficencia y estando ingresados se enteran que María Pacheco está viviendo en Portugal de la caridad de un obispo por lo que sospechan que los tesoros que se llevó, los ha escondido en algún lugar en su huida.

Juan Padilla el marido de María había muerto en Villalar en 1521 por la revuelta de los Comuneros y tenía su castillo en el pueblo de Mascaraque y al estar en el camino, deciden investigar en cuanto estén en condiciones de salud.

Llegan a Almonacid y se enteran que María Pacheco pasó por el pueblo camino de Mascaraque enfadada por no ser asilada por su tío el marqués de Villena de la población cercana de Escalona.
En una taberna del pueblo oyen como hay diferentes pasadizos entre Mora, Mascaraque y el mismo Almonacid, pero que se desconoce su ubicación exacta y su uso.
Deciden viajar a Mascaraque , salen por el camino y entre el calor que hace, cerca de 40 grados a la sombra y lo quebrados que van, cada poco rato necesitan parar para descansar. Se les echa la noche encima y al empezar a refrescar se acuestan en un prado cerca de un arroyo.

A media noche una manada de jabalíes los despiertan y van tan deprisa que no les da tiempo a ponerse a salvo, los arrollan y hieren con esas navajas tan afiladas de sus caninos inferiores y los remolones superiores, quedando maltrechos, sangrando por las numerosas escoriaciones y sin saber casi lo que les ha pasado.
Al amanecer y con la fresca retoman el camino, llegando a Mascaraque al mediodía, los aldeanos al verlos venir en tan malas condiciones y confundiéndolos con unos ladrones que ya habían robado en el pueblo tiempo atrás, tocaron la campana a rebato y acudieron en masa con los aperos de labranza como armas y los molieron a palos dejándolos en el camino por muertos.
Cuando los vecinos se volvieron al pueblo, consiguieron meterse en una paridera de ovejas abandonada y durante una semana estuvieron lamiéndose las heridas y comiendo bayas y tubérculos y sin asomar los morros.

Iñigo y Alfonso notan que además de la población flotante que llevan encima, tienen que añadir las garrapatas que se han unido a la fiesta. En estos últimos encuentros con los cerdos y vecinos salvajes han perdido los pocos dientes que les quedaban y con la tiritera por las fiebres ya casi no se entienden, pues más que hablar, farfullan.
Los membrillos verdes que comieron ayer, han empezado su efecto laxante o quizás la panzada de tunos maduros tan ricos que eso sí, les dejaron las manos llenitas de espinas muy finas llamadas pelusas o penepes.
Es difícil aguantar el hedor en la paridera, pero es peor intentar limpiarse, pues las espinas se clavan en todos los sitios conocidos y ocultos  y para unas hierbas que encontraron apropiadas para ello, eran ortigas, por lo que fue peor el remedio que la enfermedad.
Cuando se encontraron algo repuestos y era un decir pues ya tenían que caminar apoyados en palos y arrastrando las piernas,  decidieron ir a la casa-palacio del señor de las tierras Juan de Padilla y marido de la Pacheco, alejada del pueblo y en un alto.

Les llevó unas cuantas horas y para cuando quisieron llegar anochecía. Resoplaban por el calor y los dolores generalizados que sufrían y al llegar comprobaron que los del pueblo habían esquilmado y quemado el castillo. Se dejaron caer resbalando en el lienzo de la muralla norte y quedaron sentados, notando las espinas en el trasero y se echaron a llorar desconsolados.
De pronto Alfonso se puso a gatas, avanzó unos metros y cogió una moneda de plata de entre unas piedras de Carlos I y gritó “ggguuaaaggfdfttt”.
 Se pusieron  como locos a escarbar el terreno, dejándose las uñas en el intento y avanzando muy poco, pero de repente el suelo se abrió a sus pies y cayeron a una especie de pozo profundo sobre urnas de cristal que luego vieron que eran relicarios y copones de Iglesia de plata y oro.
Iñigo blandía una tibia como una espada y gritaba “ftftggtfuuuatt”, cuando se dieron cuenta que no podrían salir de allí sin ayuda, pues la tierra los tenía a ambos enterrados por la cintura y no se podían mover.

Y como no todo podía ser bueno, el cielo se abrió y empezó a descargar una tormenta que inundó en un abrir y cerrar de ojos el pozo, quedando talmente como una torca coquense.
Aún hoy día, si te acercas a las ruinas del castillo de Mascaraque verás el pozo de agua.


domingo, 1 de enero de 2012

I CERTAMEN DE MICRORRELATOS MUSEO NACIONAL ARTES DECORATIVAS - MALAS ARTES

La felicidad me embargaba y no sé porqué, todo tuvo que cambiar al asomarme a la ventana octogonal a casi dos metros del suelo, diseño valiente, pero fuera de los cánones de las artes decorativas modernas.
Un cartel, en la pared, indicaba que la visión era la más espléndida del paseo del Estanque del Retiro y de los jardines del Ángel Caído de Ricardo Bellver, que se puede disfrutar en Madrid.

La escultura, inspirada en “El paraíso perdido” de Milton y situada a 666 metros sobre el nivel del mar, tenía que haberme puesto sobre aviso.
Me costó mucho subirme al dintel de la ventana y las piernas y el culo me colgaban hacia el interior, cuando noté que varias garras me sujetaban fuertemente impidiéndome el movimiento, me volví y divisé a mi proctólogo colocándose el guante en la mano derecha, acercándose con una gran sonrisa y diciendo
 – “Lo que hay que hacer para la revisión de la próstata”-.