viernes, 30 de marzo de 2012

VI CERTAMEN INTERNACIONAL DE RELATOS HIPERBREVES - UNIVERSIDAD POPULAR DE TALARRUBIAS - ESPAÑA - 2012 - CONFESIÓN

                                           CONFESIÓN
Igual que en 1970, he vuelto al Santuario de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro pero esta vez para confesarme y pedir perdón por abandonar en el altar a la que yo pensaba que iba a ser mi mujer.
Llevo 42 años con este peso en mi corazón que no me ha dejado dormir en paz desde entonces, pues además tuve la desgracia de hacer la carrera de medicina y Nuestra Señora del Perpetuo Socorro es la Patrona que en todos los actos nos preside y me mira a mí y me recuerda el mal que he hecho.
 Al entrar y pasar al lado del Cristo del Perdón he notado que se ha vuelto para no verme, pero he seguido avanzando hasta la columna en donde estuve hace ya tantos años y me he detenido junto a ella. Todavía recuerdo con alegría los proyectos de futuro que me tenían a mí como en una nube.
Ese día, al empezar a subir la escalera le pregunté que si quería ser mi novia y me dijo que no, yo bajé la cabeza, seguí sus pasos y me coloqué junto a ella.
 Empecé a maquinar mi venganza durante toda la misa y cuando se fue a comulgar y mientras veía como se alejaba por el pasillo central y se acercaba al altar, decidí dejarla  y dándome la vuelta y casi echándome a correr salí de la iglesia.
 Mientras en mi interior pido perdón por abandonarla, en un banco de delante y reclinada, hay una mujer muy mayor rezando, que me recuerda a alguien y de repente comienza a girarse.
No espero a que lo haga, me doy la vuelta y con la ayuda de mi andador desaparezco lo más rápido posible.
                                       

VI CERTAMEN INTERNACIONAL DE RELATOS HIPERBREVES - UNIVERSIDAD POPULAR DE TALARRUBIAS - ESPAÑA - 2012 - AMOR CORRIENTE

                              AMOR CORRIENTE.

 Con mi pareja actual hago mucho más el amor,  si comparamos con mi ex, el 1000%.
Compramos un huevo vibrador con mando para una cena romántica y estancia en hotel.
Antes de salir de casa nos enfrentamos al proceso de desembalar el aparatito que con el sistema blister de las narices es casi imposible. Yo de todas maneras vi a mi pareja con una soltura al coger  el huevo de la que yo carecía y en un abrir y cerrar de ojos desapareció en su interior. Puse las pilas en el mando y ella venga a decirme –“Prueba, prueba”- y entonces fue ponerlo en marcha y el pelo se le encrespó y los corchetes del sujetador saltaron como por arte de magia. Se volvió a adecentar y nos dirigimos en coche hacia el restaurante.

Durante el viaje yo no me pude aguantar un par de veces de apretar el off-on del cacharrito y cuando lo hacia y mirando por el rabillo del ojo la veía como se contraía y estiraba como si sufriera un ataque de epilepsia y como saltaba el clip del cinturón de seguridad.
En el primer plato apreté el nivel dos y ella empezó a poner morisquetas, de repente al coger los cubiertos cambió la cara a rictus, los ojos empezaron a moverse. Se veían los dientes rodeados del pintalabios bermellón que parecía el payaso terrorífico.

Noté su pierna debajo del mantel pero fue una patada hipertónica y luego la vi en estado cataléptico, babeando por las comisuras mientras se la llevaba el Samur.

VI CERTAMEN INTERNACIONAL DE RELATOS HIPERBREVES - UNIVERSIDAD POPULAR DE TALARRUBIAS - ESPAÑA - 2012 - AMOR

                                                                        AMOR.



Como tantas veces había hecho desde niño y luego durante toda nuestra convivencia en el domicilio de mi madre, el otro día me acosté con la chica de servicio, pero esta vez fue diferente, hubo sexo.

 No un sexo explosivo y ardiente, sino reposado, pues nuestras edades y enfermedades, ya no nos lo permite, ya que han pasado cincuenta años desde mi infancia y tanto yo, como ella, Pepa, que me lleva siete años, ya no estamos para estos trotes.
Nos hemos querido mucho y fuimos cómplices en besos y caricias, durante décadas, pero hasta que no ha muerto mi madre, no hemos podido dar rienda suelta a nuestros sentimientos.

Fuimos a nuestro pueblo de Extremadura a enterrarla en el panteón familiar y al volver  a Madrid en un motel de carretera en Talavera, paramos y como dos adolescentes, mirando a ambos lados como si ella nos fuera a descubrir, entramos casi corriendo, con nervios hicimos los trámites en admisión y subimos en el ascensor.
Fue cerrar la puerta de la habitación, decorada con un estilo castellano recio, austero y además minimalista pues casi carecía de muebles y al volvernos, nos abrazamos durante bastante tiempo.

Hablamos, lloramos e hicimos planes para el futuro que ya era escaso, pero aún así la ilusión se reflejaba en nuestros rostros.
Estoy soltero, no por mi madre, sino por ella.

lunes, 26 de marzo de 2012

- AMOR - FINALISTA

F02. AMOR, de Láudano

JAMSen esta noche te cuento-
                                                       AMOR.


A mi pareja actual y a mí nos encantan las casas rurales con muchas actividades, senderismo, bosques, ríos, playas cercanas y picadero. Y los niños con su madre.
Nosotros no salimos de la casa en todo el fin de semana y aprovechamos la ausencia de los otros para disfrutar de ella.
Llevamos un bolso con la comida y bebida y si hay microondas y neverita todo resuelto.

Tenemos una maleta con juguetes eróticos, adminículos y complementos para nuestras fiestas. El otro fin de semana en Ezcaray, una señora volvió antes de tiempo por unas pérdidas y nos pilló en el salón, yo en pelota picada con un gorro de navidad, enhiesto como un unicornio y persiguiendo a mi chica desnuda también, que blandía un vibrador de negro Mandinga.
La señora se quedó en la puerta y la pérdida ya fue total y nosotros al grito de somos elfos y a saltitos la sorteamos a ella y al charquito y nos subimos a nuestra habitación.

En una casa en  Donamaría que enseñan a amasar pan, lo hicimos en la mesa como en el cartero llama dos veces, nos pillaron por las huellas harinosas del pasillo.
Somos adictos al turismo rural.

domingo, 18 de marzo de 2012

I CONCURSO INTERNACIONAL DE RELATOS BREVES "SONRISA DE QUEVEDO" SOBRE HUMOR EN LA UNIVERSIDAD. - ESPAÑA - 2012 - LEGULEYO

                                   LEGULEYO



Nada que ver entre la ilusión de esta mañana cuando me dirigía en coche hacia la facultad de Derecho para continuar la carrera que había iniciado hace muchos años por la U.N.E.D. con lo que siento en estos momentos.
Creo que seguiré siendo un leguleyo* toda mi vida.
La cosa no ha empezado bien desde el principio, ya estaba en segundo con el plan antiguo, pero al pasarme a Grado con el plan Bolonia me han metido Eclesiástico, Civil y Economía y he vuelto a primero.
Si fuera joven podría haberlo asumido bien, pero con mis 60 años recién cumplidos ha sido como un mazazo.

He entrado en la clase escalonada cuando casi estaba llena y de golpe se ha hecho un silencio sepulcral y se han puesto todos de pie. Me he quedado en el quicio parado, he dicho en un susurro –“Soy compi”- y he subido por el lateral casi hasta arriba y me  he hundido en la bancada. Los murmullos y las risas han sido tan fuertes que si no fuera porque tenía que volver a bajar por la escalera, me hubiera ido ya en ese momento.
Al entrar la profesora de Civil he sido yo el único que me he levantado y se ha dirigido a mí para indicarme que la conferencia era en el aula Magna. He susurrado – Soy alumno – y me he vuelto a hundir.

* leguleyo :persona que aplica el derecho sin rigor y desenfadadamente. R.A.E.

Ha explicado que nos relacionaremos con una cosa que se llama el estumail, no tengo ni idea de lo que es, los jóvenes han sacado sus ordenadores pequeñitos ( el mío de casa es mejor y más grande ) y han empezado a teclear con varios dedos a la vez. Yo he sacado mis lápices Faber-Castell nuevos y con la punta afilada, mi sacapuntas de metal de dos agujeros, la goma Milán impoluta y mi block cuadriculado y se han quedado los cercanos anonadados y envidiosos.
Ha empezado la profesora y yo entre que no oigo bien y que ella hablaba bajito no me enteraba de nada, pero lo peor ha sido ver a los compañeros, que escribían en el ordenador, se metían mano las parejas, con el móvil usaban una cosa que luego me he enterado que se llama wasarras , todo a la vez y se reían de mí.

Cómo habrá sido el cachondeo, que la profe ha subido hasta donde yo estaba y me ha dicho que si tengo problemas nos podríamos twitear y yo le he respondido que prefiero de usted, que soy  muy clásico.
Me he asomado a la fila de delante y me he retirado asustado, he vuelto a mirar y no me explico como a la joven se la puede ver la parte de delante de la braga por detrás y al chico que estaba a su lado un calzoncillo entero de elefantitos.

Disimulando me he bajado un poco el pantalón y he tirado hacia arriba del ocean, se ha roto, pues estaba un poco pasadillo.
Ha acabado la clase y para disimular iba por el pasillo saltando con unos brincos pequeños, como con jovialidad.
Durante la hora del recreo me metí en la biblioteca para organizar mi correo y cuando le dije a la señorita que estaba detrás del mostrador lo que quería hacer me contestó – “¿Cuál?, el estumail”, y yo –“Si, si, si, es mi mail, eso”.
Después de media hora, la cola se salía por la puerta y comentaban que pusiera de santo y seña el abuelo cebolleta. Me enfadé un poco y desenchufé el ordenador y me fui.
 He salido al jardín de atrás y me han golpeado por dos veces con una pelota en la espalda, creo que querían jugar conmigo pero como no soy muy bueno en el fútbol he preferido retirarme hacia el bar.
Me dirigía hacia las puertas de cristal de la cafetería cuando un colega de la clase me ha deslizado entre las piernas un skateboard y he empezado a bracear para no caerme y he ido directo ocasionando un estropicio de vidrios por el camino, hacia la zona de buffet, cayendo en la zona de los postres.

Perdí el conocimiento y luego alguien me contó que un bedel me hizo el boca a boca y me dieron unas cuantas copas de cognac para que me recuperaba.
Entré en la siguiente clase de Eclesiástico con pocas ganas y un poco mareado, cuando la profesora ( casi todo el personal de la facultad son mujeres, si Franco levantara la cabeza ), se dirigió a mí para que me callara y me sentara, me sentó mal y empecé a bajar hacia ella, cuando el bajo del pantalón se me metió entre el zapato y el pie y me tropecé, trastabilleando, braceando y precipitándome sobre su cuerpo, cayendo en un revoltijo de brazos y piernas, quedando mi cara en sus partes pudendas.
Yo me eché a reír como un beodo loco y a ella le dio un ataque de histeria.
Vino el Decano de la Facultad, tomaron mis datos y el grupo de bedeles me  acompañaron amablemente al exterior.

Apoyado en el basamento del grupo escultórico de “Los portadores de la antorcha”, mientras me viene una náusea tras otra, decido no volver a Derecho nunca más.

sábado, 17 de marzo de 2012

I CONCURSO INTERNACIONAL DE RELATOS BREVES "SONRISA DE QUEVEDO" SOBRE HUMOR EN LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA - ESPAÑA - 2012 - SNACKS TIME

                                   SNACKS   TIME.

Hace un día precioso en Madrid, desde la planta 14 del Hospital la Paz y frente a la ventana la visión de la ciudad es fantástica. Si alguien entrara por la puerta me vería con los brazos abiertos como intentando acogerla entre ellos, craso error, los tengo en sendos cabestrillos o aviones como se decía antes, por un accidente laboral.

Esta mañana ha entrado como un avanto mi mujer y sin preguntar como he dormido y aprovechando los brazos abiertos me ha colocado un periódico abierto, cada hoja en una mano para que viera una noticia.
Asiento, me siento y leo para mí –“ En el día de ayer se produjo una deflagración en el Ministerio de Hacienda y resultaron heridos de diversa consideración 43 personas entre funcionarios de carrera, interinos, personal laboral y eventual, funcionarios de plazas no escalafonadas, contratados y personal vario, entre ellos uno de la seguridad privada.

La mayoría ya han sido dados de alta y se ha abierto una investigación para determinar las causas del siniestro y las posibles responsabilidades.
Ocurrió sobre las doce del mediodía de ayer viernes en el vestíbulo central, cuando tras un gran estruendo se salió de los goznes la puerta de los archivos, invadió una nube de polvo el recinto y al disiparse apareció un grupo de 43 personas desnudas, abrazadas, sangrando y apoyándose unas en otras y se dejaron caer entre el público que hacía cola en las diversas ventanillas”.

Levanto la mirada y mi mujer ya no está. ¿Enfadada?. Yo que le iba a decir que me la sacara para hacer pis. La auxiliar de esta mañana me da un poco de miedo. Aguanto.
Mala suerte, nunca nos había pasado nada y eso que llevamos dos años celebrando el último viernes de cada mes la fiesta del Snacks Time.
 Somos un grupo muy majo de personal al que se van añadiendo algunos nuev@s, pero siempre con referencias de alguno de los soci@s.

El lugar escogido fue el archivo por lo poco que es visitado y colocamos ruedas en los archivadores y con la práctica que tenemos y entre todos, en cinco minutos bloqueamos la puerta y creamos un espacio central como una plaza de toros.

Sacamos las camas hinchables con bombas eléctricas integradas, ponemos velas con aromas eróticos, apagamos las luces, distribuimos los aperitivos, bebidas y el hielo y al rato volcamos el archivero 69, lleno de juguetes eróticos que hemos ido comprando y algunos de segunda mano, bueno de segund...........
A la media hora estábamos todos emparejados y en sus camas, salvo el 43, al que llamamos rompetechos y no se porqué. Corría en pelota entre los tálamos y dando saltos para que le viéramos y diciendo “jodienda somos todos” “jodienda somos todos”.
Estaba yo con la secretaria del jefe de negociado, una mujer que es capaz de colocarse en la espetera un juego completo de servicio de café para seis y con tetera, cuando pasaron a nuestro lado dos maduritas a las que llaman “las abuelas”, desnudas pero una con un bolso de loewe y  la otra como si fuera la sultana del mercadillo, pero con un glamour y unos andares que ya ya.

La variedad de aditamentos es casi infinita desde vibradores, consoladores,aniillos para el pene, balas y huevos, fundas, arneses, lubricantes, bolas chinas y anales, cosmética, lencería, látigos y plumeros. Hay una caja solo de pilas de todo tipo.
A Povedilla le veo correr como un poseso pues detrás va el segurata con la porra inhiesta, la de pegar. Pierde en la carrera la peluca, que pisotea el perseguidor.

Mientras descanso y me tomo un vermucito y unos cacahuetes, pasa por la izquierda como una muñeca de las de Famosa a pasitos cortos y espásticamente, Nancy, la de la planta segunda que no sé lo que lleva dentro del cuerpo, pero lo que asoma asusta.
Me fumo un cigarrito y medito que los derechos adquiridos basados en la lucha social y política han sido conseguidos a través de muchos años y que esta hora del bocadillo no se puede perder.
Como una gran familia, esperamos que termine el subalterno que está pasando malos momentos con su mujer y le jaleamos a su alrededor hasta que con una cerrada ovación concluye el acto.

En un extremo y entre los archivadores CA y CA, está sentado rompetechos rodeado de botellas de alcohol, aceites, lubricantes y folios que ha sacado de las carpetas del interior y con una risa histérica y los ojos que se le salen de las órbitas, prende con un mechero y sale corriendo.
Explosiona el cóctel Molotov y por simpatía los colchones neumáticos también.

Los archivadores con ruedas comienzan un baile infernal y van colisionando con todo lo que se menea. Povedilla circula encima del archivador de la L, de rodillas y aferrándose a los bordes mientras en su espalda tiene como un timón.
Yo que estaba abrazando a una de las abuelas, me desapareció de repente, quedándome con los brazos desollados y sin poder bajarlos.
Agrupándonos en el centro y cuando se va disipando la polvareda, salimos al exterior pues las puertas están desencajadas.
Nos va a costar recuperar el snacks time en el Ministerio.
Llamo al timbre de la auxiliar y confío en el cambio de turno porque me lo hago ya, en el mismo momento me doy cuenta que llevo todavía puesto el anillo constrictor con vibrador clitoridiano por encima que gracias a Dios se ha quedado sin pilas y por debajo un cordón con una bolita de bronce para la estimulación anal.
-“Dobroye utro”.-“¿Chto s toboi?” *


                                                                                  *Buenos días ¿Qué te pasa?  En ruso


martes, 13 de marzo de 2012

I CONCURSO INTERNACIONAL DE RELATOS BREVES " SONRISA DE QUEVEDO " SOBRE LA UNIVERSIDAD - ESPAÑA - 2012 - CONTENCIOSO

                                                       CONTENCIOSO.

Voy a abrir la puerta cuando oigo un grito inhumano y un ruido ensordecedor, consigo meter la llave, empujo, no se abre y golpeo con el hombro, entrando y asustado me dirijo hacia el dormitorio de mis padres.

 Me quedo en el quicio, pues he pisado una sustancia gelatinosa y además mis padres están desnudos, ella con boquita de piñón y él con una berenjena entre las piernas, no sé que decir ni ellos tampoco, que se arropan con un hule que gotea.
Después de una hora, los tres sentados en la mesa camilla y ya más calmados, me cuentan lo sucedido, el encargo del jefe de mi padre de probar los geles eróticos y de testar el funcionamiento. Me dice que en la Comunidad hay recortes y que desde hace un año se reparten el testar los productos entre los funcionarios de carrera.
 Yo, que ya estoy en el último año de carrera de Derecho y con ganas de demostrar que no han sido en balde los once años que llevo en la facultad, les digo que dejen todo en mis manos, pues vamos a sacar a la Administración el oro y el moro y con ese dinero me cambio de coche y les invitaré una noche a cenar.

Mi madre me sonríe con la boquita arrugada y a mi padre le agradezco que se tape con la falda esa cosa tan horrorosa, no creo que pueda volver a probar la berenjena, aunque esté rebozada.
En la Universidad me encuentro con un grupo de profesores en el bar alrededor de varias botellas de vino y que me conocen desde hace ya mucho tiempo, que me tienen cariño y les cuento todo.

                                                   
Alguno se da la vuelta y tose, otros se atragantan pero me escuchan con atención y me dan una dirección donde me pueden ayudar.
Apunto “Mesa de Juristas para la Ciudadanía, la Asociación para el Estudio del Derecho Universitario (AEDUN) y la Oficina de Cooperación Universitaria (OCU)” y me digo para mí que suena muy bien y que si estos no lo consiguen, nadie lo hará.
Preparo el escrito del recurso contencioso administrativo que debe firmar mi padre y las facturas de la prótesis dental de mi madre, la de la televisión de plasma y la del hospital privado donde han recuperado los cuerpos cavernosos del pene de mi padre.

Creo que lo que le ha sucedido a mis padres toca todas las asignaturas de Derecho, sector público, administrativo económico, derechos humanos y fundamentales, penal económico y de la empresa, total que en los fundamentos de derecho y sin comentar que se le ha quedado torcida, llevo cuarenta dina4 con letra Times New Roman 12.
Investigo el Despacho de Abogados cuya dirección me han dado y me mosqueo un poco pues aunque hay un Magistrado  de lo Contencioso-administrativo, algún Catedrático de Derecho administrativo, hay un ajedrecista, un bibliotecario, un poeta, una cantante internacional, uno de una empresa de ocio y hasta un brasileiro, Antonio das Mortes, Glauber Rocha u O Canganceiro.

 No me dan mucha garantía y rompo todas las hojas, esperaré a terminar la carrera y entonces si todavía no ha prescrito se van a enterar.

lunes, 12 de marzo de 2012

POR FIN, HOY YA TENGO 60 AÑOS

                                                                                          ESTOY
                                                                                           MUY
                                                                                     CONTENTO

                          

I PREMIO DE MICRORRELATOS "CAFÉ ZALACAÍN 2012" - MI PADRE

                                                                   MI PADRE.
No sé papá, por dónde empezar. Hace 41 años que nos dejaste y fue tal el vacío, que recuerdo como si fuera ayer, que no daba un duro por nuestra familia y ya ves que aquí seguimos todos y no nos podemos quejar con la que está cayendo. Hoy que cumplo 60 años, los mismos que tenías al dejarnos quiero recordarte.

Te veo sonreír con un cigarrillo en una mano y un vaso de vino blanco en la otra y detrás, una barra de bar.
 Ahora en las habitaciones de casa, hay un metro en la pared claveteado donde se van apuntando los progresos de tus nietos y bisnietos a los que no llegaste a conocer, en mi caso, la medida tenía su sentido al situarme al lado de la barra.

Cuando era muy pequeño en brazos, más tarde me sentabas en la barra y con los años, a tu lado, enorme tú y el muro vertical de cemento o madera, que lo único que podía hacer era tirar de la pernera de tú pantalón para atraer tu atención y entonces te agachabas para darme unos cacahuetes o altramuces.
Con el tiempo mis manos ya alcanzaron el borde, pero solo eso, me podía colgar y nada más, seguía dependiendo de ti y luego con los años te comparé con el águila alimentando a su polluelo.
Enseguida conseguí recorrer la barra con las manos arramplando con lo que pillaba y al poco tiempo ya dominaba la situación.

En el verano, en tu pueblo, mis hermanas y yo nos peleábamos para irte a buscar cuando mamá se impacientaba al no llegar a la hora de la comida. Era sonoro y divertido el atravesar la cortina de chapas de cerveza, aunque a veces te quedabas prendido de los pelos y luego el oír – “Lauro, tu muchacho”- de premio nos dabas aceitunas o lo que fuera.
Hace 40 años en cualquier bar, los hombres siempre de pie, si te sentabas era para jugar al mus, julepe, gañote o al dominó. Las mujeres ausentes.
Nos contabas que había que saber beber y que él no era el ejemplo perfecto, pues venía de una preguerra muy pobre y de una guerra entre hermanos donde habían predominado los excesos de todo tipo. Una generación tocada.

En algunos lugares se mojaba el chupete en aguardiente, si te ponías malo, ponche de huevo y vino tinto, en cualquier celebración brindis con sidra. Al entrar yo en la Universidad me diste un paquete de tabaco.
Un día, para ver como nos sentaba, nos diste a beber rioja a mansalva y jamón y queso a mis hermanas y a mí, fue un desastre, la mayor y yo tardamos una hora en sacar la cama mueble de su arcón. Al día siguiente me levanté como pude y al mirarme al espejo del baño grité. Al otro lado estaba Bob Marley, era yo con mi pelo lleno de trocitos de jamón y queso que talmente parecían rastras y adornos, puagf. Un año sin poder tomarme un rioja, luego lo recuperé.

Recuerdo tus consejos de aquella época, sal con amigos, con mujeres, bebe con mesura pero aléjate del juego. Creo que te gustaba todo. Fuiste el único del pueblo en tu época, en los años 30 de hacer una carrera y luego capitán y cuando llegabas al pueblo eras como un héroe y en el bar te encantaba invitar. Siendo capitán médico en Valladolid, la mitad de la juventud de tú pueblo que hizo la mili, estuvo enchufada contigo.
También era el motivo de los negocios ruinosos que hiciste al amor de la barra, en el que a última hora regalabas las cláusulas de los contratos.
Bautizos, comuniones, cumpleaños, bodas, todas las fiestas frente a la barra. Mención aparte la patrona de sanidad militar, la Virgen del Perpetuo Socorro, que por algo se debe llamar así, ya que parte de la oficialidad quedaba seriamente perjudicada.

De todas maneras cuando entro en un bar, digo buenos días, me acerco a la barra, me acodo, me pido un vino y brindo por ti, papá y luego me pido otro.

miércoles, 7 de marzo de 2012

I CONCURSO INTERNACIONAL DE RELATOS BREVES "SONRISA DE QUEVEDO" SOBRE HUMOR EN LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA - ESPAÑA - 2012 - EROTIC MASSAGE GEL

                                  EROTIC MASSAGE GEL”.




Cuando me llamó mi jefe de la Consejería de Economía y Consumo de la Comunidad de Madrid, no pensé que el encargo de testar el gel me lo fuera a encargar a mí.
Aduje mis 60 años, mis achaques y que me quedaba muy poco para jubilarme, pero no hubo manera. Conseguí de todas maneras que los resultados no se los entregara a la vuelta del fin de semana y me dio un mes, pues además eran tres tipos diferentes de geles y eso requeriría mayor dedicación y esfuerzo.
Hay que recortar gastos, pero esto me parece un poco exagerado.

Me entregó una bolsa grande con tres kits, uno de fresa con champaña, otro de fruta exótica y otro de melón y mango.
En la bolsa por fuera ponía “el conejo feliz”, con un dibujillo engañoso y la gente en el metro me miraba y cuchicheaban, algunos intentaban asomarse al interior para curiosear.
Al salir del metro y encaminarme hacia casa iba pensando como abordar a mi parienta e intentar explicarla lo que teníamos que probar. No se lo va a creer y encima me va a llamar guarro.
Según entré, me dirigí a la mesa camilla, vacié la bolsa y me senté en el orejero a la espera, oí un “hola cariño” y yo no dije nada.
Vino desde la cocina, cogió una caja, me miró y se sentó enfrente. Daba vueltas a la caja en el sentido de las agujas del reloj y a la inversa y otra vez y otra.

Se lo conté tres veces y no se lo podía creer. Cuando la dije que me iban a pagar horas extras cambió un poco la expresión pero no mucho.
No la entendí algo que dijo sobre Esperanza pero tampoco pregunté y entonces cogió el calendario de los que escriben con el pié y me dijo que este fin de semana no teníamos a la nietecilla y que el hijo que vive en casa, estudiante de Derecho, iba a esquiar.
Ya teníamos fecha, noté un pálpito y menos mal que tenía puesta la falda de la camilla por encima, pues algo se notaba.
Decidimos hacerlo primero con la caja de melón y mango, el día, el viernes cuando se fuera nuestro hijo y guardamos todo debajo de la cama.
Esa semana se me hizo larga, cuando me cruzaba con mi mujer por el pasillo nos tocábamos y nos reíamos y en el trabajo el jefe me preguntaba todos los días que qué tal, que si ya lo habíamos hecho.
Llegó el día y le llevé un ramo de flores y unos bombones, mi hijo se fue desde el trabajo y nos quedamos solos en la casa, cerramos la puerta y pusimos una silla en el pomo.

Abrimos la caja y dentro había un sobre como con una solución espesa y una especie de sábana impermeable grande de 160 cm x 228 cm que como luego leímos teníamos que colocar encima de la cama.
Pusimos a calentar agua en la olla, pues con el sobre al diluirlo había que hacer cuatro litros de gel con el que luego nos embadurnaríamos y nos echaríamos encima de la sábana.
Mientras mi mujer daba vueltas con la cuchara de madera, yo por detrás me arrimaba y ella hacía como que me huía, pero yo creo que la gustaba.
Cuando la consistencia parecía la adecuada y entre los dos la llevábamos hacia el dormitorio, entonces tropecé con la alfombra y cayó todo a lo largo del pasillo, nos costó cinco toallas y seis paquetes de papel de cocina absorber todo el gel.
Metidos en harina y con la curiosidad en un punto álgido y no me refiero a lo mío, abrimos la caja de fresa y champaña y con más cuidado hicimos todo el proceso otra vez y lo llevamos al dormitorio.

Pusimos la sábana por encima y nos desnudamos, nos echamos y la sensación era que se nos iban a quedar las letras del ahorramás en el culo pegadas.
Cogí la olla y la volqué sobre los dos, el gel estaba un poco caliente y nos empezamos a restregar y embadurnar con ganas.
La sensación era agradable y entre unas cosas y otras empezamos a animarnos e intentar algunas posturas que teníamos casi olvidadas, con tanto magreo y toqueteo parecíamos estar en un tobogán e íbamos de un borde de la cama al otro, consiguiendo a duras penas mantenernos encima.

Mientras nos agarrábamos para no caernos recordaba lo que ponía el prospecto, experiencia sensual y placentera, completa ingravidez, sin esfuerzo y movimientos deslizantes.
Veía la cara de terror de mi mujer, yo conseguí meter la uña del dedo gordo en la sábana y frené mi caída, pero ella se agarró a donde no debía y me la dobló, pero no logró parar y se empotró con la tele de plasma que cayó con estrépito, su dentadura partida rebotó y fue al orinal.
Mi grito no fue humano y al mirar hacia mi cosita vi como crecía hasta parecer una berenjena, mientras por el roto de la sábana se extendía el gel por toda la habitación y desaparecía por el pasillo.

Mi mujer se subió a la cama, me abrazó y nos echamos a llorar y en ese momento oímos un ruido fuerte de la puerta, pasos apresurados por el pasillo y un “papá, mamá, no hay nieve”.