sábado, 12 de mayo de 2012

A PROPÓSITO DE UN CASO

                                                             A PROPÓSITO DE MI CASO


Llevo ingresado en el Puerta de Hierro dos semanas. Se va a celebrar un Symposium internacional y vienen especialistas de todo el mundo. Yo estoy un poco asustado, pues desde hace varios días me han introducido por todos los orificios de mi cuerpo multitud de objetos, dedos y hasta manos. Sin contar los agujeros que me han hecho en sitios donde no los tenía.

Hacía ya varios años que mi cuerpo me mandaba señales que no supe interpretar, pero han sido los comentarios de los vecinos de la urbanización donde vivo, los que me han decidido acudir al Hospital.

Nico que si soy un salido, David que qué tengo dentro de la cabeza, que me lo haga mirar, José Ángel que si soy un pervertido, Diego que internet produce monstruos. Las mujeres de la urba me miran mal, Fuen, Lola y hasta mi mujer de toda la vida, Luz.

Me han hecho análisis de todo tipo, electroencefalogramas y electromiografías que me han dejado baldado, pero ha sido la radiografía de la cabeza la que ha dado con mi problema.
Vienen neurólogos, psiquiatras, neurocirujanos de todo el orbe y yo tengo miedo porque no me quieren decir lo que tengo.

He notado un tremor en mi miembro, miro la hora y son las nueve de la noche, justo cuando por el cambio de turno va a entrar en un momento mi enfermera favorita, ya la noto en la distancia, Mari Puri.

3 comentarios:

  1. Como verás he acertado en mis predicciones, eres un salidorro. No te preocupes porque la enfermedad no es grave, yo la tengo hace casi 61 años y la única secuela es que la tengo un poco "escocía", por lo demás "ferpecto".

    ResponderEliminar
  2. luz rodriguez garmon12 de mayo de 2012, 17:29

    Siempre pensé que tenías algo más en el cerebro.... pero por las últimas pruebas, ya veo que no. Con razón se dice que "los hombres siempre teneis el sexo en mente".... en tu caso es total.
    Pero te quiero.

    ResponderEliminar
  3. ¿Ves? Pues ya puedes estar tranquilo... Tampoco es una enfermedad tan rara, como dice Luz.
    Un abrazo. Y a seguir dándole a la cabeza... para escribir más relatos, me refiero...

    ResponderEliminar