VOLUPTUOSIDAD
Nunca pensé que el bedel de la
Biblioteca, tan guapo, con su uniforme gris,
me llevaría al paroxismo esa misma noche, apoyada en los estantes de los
libros eróticos.
Por la
mañana, mientras buscaba la ficha de un libro que me interesaba, se me acercó y
al levantar mis ojos me encontré con el ser más perfecto de la creación, que
sonreía.
Quería ayudarme,
yo perdí el habla, apoyó su mano en mi brazo, me invitó a ver la Biblioteca de
Paco Jareño, le dije que no en un susurro, insistió, me negué, a las nueve,
dijo.
Pero su hablar castizo, simpático y el paquete
que mostraba su pantalón a punto de estallar, me decidió a quedar con él y allí
entre los anaqueles y en la penumbra tuve
el polvete más gozoso de mi vida.
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