FUEGO
FATUO
Desde la habitación de su hermanita, un ruido sordo, húmedo,
infrahumano, traspasa la puerta. Ante ella y con las manos apoyadas, su hermano
intenta ver por el ojo de la cerradura, hay una luz fosforescente dentro y unas
sombras que atraviesan su ángulo de visión.
Cree haberla visto
pasar de un lado al otro con su camisón roto y enrojecido y un por favor, por
favor, quedo, le llega a sus oídos.
Está rígido, un sudor frío hace que la camisa se le pegue al
cuerpo. Se le relaja el esfínter, mira hacia los pies y un reguero de sangre
roja y negra sale del umbral.
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