DESPERTAR
Mientras el monitor, con el grupito de chicas se iban al
río a bañarse, a jugar en el agua con la pelota y a tocar y rozarse con el
fragor del partido.
Después, exhaustos, se tumbaban a secarse al sol y él les
contaba historias de amores, un poco eróticas y notaba como a algunas el rubor
de la piel y los pezones erectos dejaban percibir su excitación en sus bikinis minúsculos.
Última noche,
fuego de campamento.
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