PIEZA
COBRADA
Desde entonces, papá ya nunca
juega con él. Está bajo llave en una hornacina acristalada en el salón y muchos
días, se sitúa de pie delante y con las manos a la espalda, chasqueando el
índice contra el pulgar. No le he vuelto a oír esa risa, que hacía que los
problemas pasaran a segundo plano.
Desde el quicio de la puerta y si te desplazas un poco
a la izquierda puedes ver como las lágrimas caen por su mejilla sin restañarlas.
Hay fotos de mamá, papá y yo en
la playa, en aquella boda, en la fiesta de graduación y una, los dos en una
cacería.
Relato inquietante compañero de movimiento literario (jaja).
ResponderEliminarSuerte en este último hay que ir a por todas.
Una cosa cóo me has visto en Manchonería? no me encuentro, dime??
Gracias y saludos
He participado en el del tema del oído(el 4º o el 5º). A ti no te he visto porque debes de usar otro seudónimo, pero en tu blog sigues a manchonería y lo he supuesto.
ResponderEliminarUn abrazo