viernes, 29 de noviembre de 2013

CONCURSO RELATOS ERÓTICOS DOLCE LOVE 2013

 
 

 

 
 
 

 
Otro #RelatoErótico

SHUNGA SHUNGA


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- Cuando me llamó mi jefe de la Consejería de Economía y Consumo de la Comunidad de Madrid, no pensé que el encargo de testar el gel me lo fuera a encargar a mí. Aduje mis 60 años,
mis achaques y que me quedaba muy poco para jubilarme, pero no hubo manera. Conseguí de todas maneras que los resultados no se los entregara a la vuelta del fin de semana y me dio un
mes, pues además eran tres tipos diferentes de geles y eso requeriría mayor dedicación y esfuerzo.
Hay que recortar gastos, pero esto me parece un poco exagerado.
Me entregó dinero de la caja B y una tarjeta de una tienda llamada Dolce Love, me aconsejaron bien, pero lo pasé fatal, no sabía dónde mirar y me puse colorado varias veces. Salí con una bolsa grande con tres kits, uno de fresa con champaña, otro de fruta exótica y otro de melón y mango.
En la bolsa de papel llamativo, con un dibujillo engañoso y la gente en el metro me miraba y cuchicheaban, algunos intentaban asomarse al interior para curiosear.
Al salir del metro y encaminarme hacia casa iba pensando cómo abordar a mi parienta e intentar explicarla lo que teníamos que probar. No se lo va a creer y encima me va a llamar guarro.
Según entré, me dirigí a la mesa camilla, vacié la bolsa y me senté en el orejero a la espera, oí un “hola cariño” y yo no dije nada.
Vino desde la cocina, cogió una caja, me miró y se sentó enfrente. Daba vueltas a la caja en el sentido de las agujas del reloj y a la inversa y otra vez y otra.
Se lo conté tres veces y no se lo podía creer. Cuando la dije que me iban a pagar horas extras cambió un poco la expresión pero no mucho.
No la entendí algo que dijo sobre Esperanza pero tampoco pregunté y entonces cogió el calendario de los que pintan con el pie y me dijo que este fin de semana no teníamos a la nietecilla y que el hijo que vive en casa, estudiante de Derecho, iba a esquiar.
Ya teníamos fecha, noté un pálpito y menos mal que tenía puesta la falda de la camilla por encima, pues algo se notaba.
Decidimos hacerlo primero con la caja de melón y mango, el día, el viernes cuando se fuera nuestro hijo y guardamos todo debajo de la cama.
Esa semana se me hizo larga, cuando me cruzaba con mi mujer por el pasillo nos tocábamos y nos reíamos y en el trabajo el jefe me preguntaba todos los días que qué tal, que si ya lo habíamos hecho.
Llegó el día y le llevé un ramo de flores y unos bombones, mi hijo se fue desde el trabajo y nos quedamos solos en la casa, cerramos la puerta y pusimos una silla en el pomo.
Abrimos la caja y dentro había un sobre como con una solución espesa y una especie de sábana impermeable grande de 160 cm x 228 cm que como luego leímos teníamos que colocar encima de la cama.
Pusimos a calentar agua en la olla, pues con el sobre al diluirlo había que hacer cuatro litros de gel con el que luego nos embadurnaríamos y nos echaríamos encima de la sábana.
Mientras mi mujer daba vueltas con la cuchara de madera, yo por detrás me arrimaba y ella hacía como que me huía, pero yo creo que la gustaba.
Cuando la consistencia parecía la adecuada y entre los dos la llevábamos hacia el dormitorio, entonces, tropecé con la alfombra y cayó todo a lo largo del pasillo, nos costó cinco toallas y seis paquetes de papel de cocina absorber todo el gel.
Metidos en harina y con la curiosidad en un punto álgido y no me refiero a lo mío, abrimos la caja de fresa y champaña y con más cuidado hicimos todo el proceso otra vez y lo llevamos al dormitorio.
Pusimos la sábana por encima y nos desnudamos, nos echamos y la sensación era que se nos iban a quedar las letras del ahorramás en el culo pegadas.
Cogí la olla y la volqué sobre los dos, el gel estaba un poco caliente y nos empezamos a restregar y embadurnar con ganas.
La sensación era agradable y entre unas cosas y otras empezamos a animarnos e intentar algunas posturas que teníamos casi olvidadas, con tanto magreo y toqueteo parecíamos estar en un tobogán e íbamos de un borde de la cama al otro, consiguiendo a duras penas mantenernos encima.
Mientras nos agarrábamos para no caernos recordaba lo que ponía el prospecto, experiencia sensual y placentera, completa ingravidez, sin esfuerzo y movimientos deslizantes.
Veía la cara de terror de mi mujer, yo conseguí meter la uña del dedo gordo en la sábana y frené mi caída, pero ella se agarró a donde no debía y me la dobló, pero no logró parar y se empotró con la tele de plasma que cayó con estrépito, su dentadura partida rebotó y fue al orinal.
Mi grito no fue humano y al mirar hacia mi cosita vi como crecía hasta parecer una berenjena, mientras por el roto de la sábana se extendía el gel por toda la habitación y desaparecía por el pasillo.
Mi mujer se subió a la cama, me abrazó y nos echamos a llorar y en ese momento oímos un ruido fuerte de la puerta, pasos apresurados por el pasillo y un “papá, mamá, no hay nieve”.
- Voy a abrir la puerta, cuando oigo un grito inhumano y un ruido ensordecedor,
consigo meter la llave, empujo, no se abre y golpeo con el hombro, entrando y asustado me dirijo hacia el dormitorio de mis padres.
Me quedo en el quicio, pues he pisado una sustancia gelatinosa y además mis padres están desnudos, ella con boquita de piñón y él con una berenjena entre las piernas, no sé qué decir ni ellos tampoco, que se arropan con un hule que gotea.
Después de una hora, los tres sentados en la mesa camilla y ya más calmados, me cuentan lo sucedido, el encargo del jefe de mi padre de probar los geles eróticos y de testar el funcionamiento. Me dice que en la Comunidad hay recortes y que desde hace un año se reparten el testar los productos entre los funcionarios de carrera.
Yo, que ya estoy en el último año de carrera de Derecho y con ganas de demostrar que no han sido en balde los once años que llevo en la facultad, les digo que dejen todo en mis manos, pues vamos a sacar a la Administración el oro y el moro y con ese dinero me cambio de coche y les invitaré una noche a cenar.
Mi madre me sonríe con la boquita arrugada y a mi padre le agradezco que se tape con la falda esa cosa tan horrorosa, no creo que pueda volver a probar la berenjena, aunque esté rebozada.
En la Universidad me encuentro con un grupo de profesores en el bar alrededor de varias botellas de vino y que me conocen desde hace ya mucho tiempo, que me tienen cariño y les cuento todo.
Alguno se da la vuelta y tose, otros se atragantan pero me escuchan con atención y me dan una dirección donde me pueden ayudar.
Preparo el escrito del recurso contencioso administrativo que debe firmar mi padre y las facturas de la prótesis dental de mi madre, la de la televisión de plasma y la del hospital privado donde han recuperado los cuerpos cavernosos del pene de mi padre. Creo que lo que le ha sucedido a mis padres toca todas las asignaturas de Derecho, sector público, administrativo económico, derechos humanos y fundamentales, penal económico y de la empresa, total que en los fundamentos de derecho y sin comentar que se le ha quedado torcida, llevo cuarenta dina4 con letra Times New Roman 12.
No me da mucha garantía y rompo todas las hojas, esperaré a terminar la carrera y entonces si todavía no ha prescrito se van a enterar.
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viernes, 15 de noviembre de 2013

RELATOS EN CADENA SER - 2013 - COSAS DE PUEBLO


                                                                                  COSAS DE PUEBLO
 

 

 

Y nunca le recordaba, lo que no se podía contar, porque la amenaza de muerte le tenía muerto de miedo, con solo mirarle, sudaba por todo el cuerpo.
 

Tendría que haber ido a la policía, pero su cobardía hizo que se creciera aún más y ahora se acercaba a su casa cuando se le apetecía y se abrazaba a su mujer y se reía y la tocaba de una manera soez y él mientras, agachaba la cabeza.
 

Le pidió vino y fue a la cocina a por la botella, cogió el cuchillo matancero, lo afiló en la piedra y entró en el comedor con el  a la espalda.
 

jueves, 14 de noviembre de 2013

RELATOS EN CADENA SER - 2013 - TÉ CON BOLLERÍA FINA


                                                              TÉ CON BOLLERÍA FINA
 
Y nunca le recordaba, lo que no se podía contar, porque daba igual, ella a lo suyo, relataba sus experiencias místicas en la cama, cómo quedaba transida de gozo y cómo veía luces de colores hasta caer en una especie de desmayo con estertores.
 

Sus amigas la escuchaban con interés y asombro, casi sin dar crédito a lo que contaba, mientras tomaban  un té con pastas. Decían desconocer lo que le sucedía a ella y que en general en sus casos era un mal trago, que pasar muy  de vez en cuando.
 

Entre el tintineo de las tazas y el frufrú de los trajes, veía como algunos muslos se apretaban.
 

lunes, 11 de noviembre de 2013

ESTA NOCHE TE CUENTO - NOVIEMBRE - INVENTA UNA PALABRA - SERÁ POR PALABRAS


                                                                        SERÁ POR PALABRAS
 

 

 

-Inventa una palabra que no sepa, si quieres juntar fluidos  conmigo, guapo.
 

-Chingar, fornicar, follar, culear, trincar, matraquear, yacer, encamar, polinizar, coyunda.

-No.
 

Echar un polvo, mojar el bizcocho, bañar al nene, sobar el pirulí, saludar al pelado, bañar la nutria, regar la lechuga, partir el mar rojo, lustrar la manija, limpiar el horno, blanquear la chimenea, lavar el periscopio.
 

-Que poco ingenioso eres, sigue.
 

Cachetear el querubín, golpear la puerta con el badajo, envainar la bayoneta, descargar la escopeta, zangolotear la garipaucha, encamisar al ciruelo, macerar con el mortero, bambarajar la pimpirola, retroexcavar con la sinhueso.
 

-Me dejas fría.
 

-Sacar las telarañas al potorro, medir el aceite, pasar el plumero, acostarse, sacudir como colcha vieja, entrar por popa, alimentar al conejito, ensalsar el canelón, pincelar la almeja, hacer paté con el pato, dar de comer al pavo, enhebrar, sobar al tuerto, embarrar el gaucho.
 

-Harta me tienes.
 

-Echar un casquete, echar crema a la empanada, enfundar el sable, restregar la cebolleta, tirar al pelado a la zanja, peinar para adentro, aparearse, juntar los pelos, endulzar el churro, hacer sonar los goznes, desatascar las cañerías, intercambiar fluidos, remojar el venoso.
 

-Me aburres y  ya, no tengo el coño para ruidos.

jueves, 7 de noviembre de 2013

CONCURSO DE RELATOS ERÓTICOS DOLCE LOVE - ÁTAME



  • Relato Erótico  :   ÁTAME
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  •   Estaba la semana pasada de rodríguez y siempre había oído hablar del bondage y tenía unas ganas locas de probarlo y aprovechan...do mi soltería pasajera me decidí, busqué en la página de contactos del periódico y solicité un servicio en mi domicilio de una profesional del ramo.
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  •  Por teléfono ya me encandiló, que si era muy malo, que si me iba a castigar, que me iba a enterar de lo que vale un pene, perdón, un peine. Tuve que sujetar el aparato con el hombro, pues no tenía manos para tantas cosas, en fin que la cosa prometía.
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  •  Comí deprisa, bueno más que comer, me tomé el menú del rodríguez, fabada litoral grande con dos vermús y dos latas de cerveza. De postre, restos de helados de varias clases, uno de ellos al rato, me di cuenta que era un puré de zanahorias.
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  •  La espera se me hizo larga y me duché para estar limpio y sería por el jabón o por la de pasadas que me di, que me puse como un verraco y tuve que aliviarme. Me tomé dos whiskys cargaditos que me pusieron de buen humor y encendí el equipo con música chill out de temas eróticos. Sonó el timbre, di un bote, abrí la puerta.
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  • Yo, apoyado en el quicio de la mancebía, sonreí al acordarme de la canción. En el umbral, una mujer cuarentona, discreta en el vestir, con un bolso enorme, de buen ver, que dijo llamarse, Dómina Libertad. Intenté darle un beso, pero me dio un cachete no muy fuerte y me hizo a un lado de malas maneras.
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  •  Me ordenó llevarla a un cuarto para vestirse. Me tomé un vaso grande de whisky sin hielo mientras se cambiaba. Se abrió la puerta y apareció Catwoman, botas altas de cuero de punta fina y tacón de aguja, pantalón negro tipo malla donde se podía leer en los labios, chupa con la cremallera a medio bajar o a medio subir, como si fuera gallega.
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  • Gorro negro con orejas felinas, antifaz y unos labios rojos pasión que quitaban el hipo. No tardé en desnudarme y al acercarme un zurriagazo con el látigo en mis partes que me dejó temblando. Me agarró del pito y me llevó al cuarto, me sentó en la cama y pasó la tarjeta por la bacaladera y me puso las normas, me dijo, te voy a atar pero si quieres parar, tienes que decir "como fruta madura". Me hizo firmar un consentimiento informado con multitud de cláusulas como si me fuera a operar a corazón abierto. Noté un pálpito en mis zonas pudendas, lo achaqué al deseo, pero creo que fue porque me entró un poco de canguelo. Ahí, tendría que haber desistido.   
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  • Me ató a la cama con cordaje de seda como a San Andrés, en aspa y se subió a la cama con sus taconazos e inició un baile en mi escroto que me hizo chillar, aunque me gustó un poco, dije “verdura” pensando que pararía, pero nada.
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  • Me puso un anillo constrictor en el pene con un vibrador y yo notaba que se iba estrangulando y poniendo morado, dije “melón”, nada, “sandía” y nada.
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  • Sacó vaselina y una porra de policía, me untó y metió un palmo en el recto, grité y chillé "macedonia" y siguió metiendo hasta llegar al pomo del mango y la correa.
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  •    Me arañó por delante y por detrás y con un hilillo de voz dije "pera madura", me puso dos pinzas de la ropa en los pezones y "plátano maduro" y nada, lluvia dorada y me retorcí de escozor.
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  • Tomó la fusta y se dirigió, trepando por mis piernas hacia mi pene enhiesto, el cerrojo de la puerta crujió y una voz" cariño, sorpresa, he vuelto", me miré y la vi, por fin, como fruta madura.