viernes, 19 de diciembre de 2014

RELATOS EN CADENA SER - 2014 - DESPERTAR


                                                                             DESPERTAR
Había escrito cien veces  te quiero y otras tantas, había renegado, haciendo un gurruño con el papel y lanzándolo como si me quemara. Volví a coger la foto donde estábamos las dos bajo el paraguas, el agua chorreando por los botones de las varillas metálicas. Me parecía oír las risas, mientras nos apretábamos para protegernos en tan pequeño espacio.
 

En la habitación del hotel, mientras la secaba con la toalla, algo cambió en mi  interior, me demoré más de la cuenta y desde ese día íbamos juntas a todos lados. Fue la habitación compartida del ecuador de la carrera, la que me hizo salir del armario.

martes, 2 de diciembre de 2014

ESTA NOCHE TE CUENTO - DICIEMBRE - AÑO NUEVO, VIDA NUEVA


                                                                  AÑO NUEVO, VIDA NUEVA
                               Autor DIBUJO  Miguel Ángel cejudo
 
Cuando el cava suavemente lo vertí en su cuello, se fue deslizando, llenando la oquedad de la clavícula que al momento rebasó el hueso y se derramó al pecho derecho donde se remansó para acogerlo yo entre mis labios, notando el frío, el cosquilleo de las burbujas y la pelusilla de melocotón de su piel.


 Mi cabeza perseguía los regueros que se desbordaban y alguno desapareció en el ombligo, que me obligó a sorber con fruición.
 
 
Vacié la botella y me hundí entre sus muslos para recibir la cascada que se originó y mi lengua entre pliegues, chupaba, relamía y percutía, originando oleadas de placer en ella, que terminaron en un orgasmo brutal, aprisionando con tal fuerza mi cabeza, que dejé de escuchar sus  gritos.
 
 

Pasamos a la bañera redonda donde nos quitamos lo pegajoso del líquido ambarino con gel y por fin, me correspondió con lo que yo estaba deseando.
 
 

Repantingados contra el borde y tomando uvas bañadas en chocolate, entre la segunda y la quinta, recordé aquel día que eché el cava por el cuerpo desnudo de mi mujer y me pegó un bofetón, ahora la llamaré, le diré  au revoir, tras las campanadas del año nuevo.
 
 

viernes, 28 de noviembre de 2014

RELATOS EN CADENA SER - NOVIEMBRE - FALACIA DEL HOMBRE DE PAJA


 

                                                                      FALACIA DEL HOMBRE DE PAJA
 
 
 

 

En realidad esto, del amor, no tenía ninguna lógica, era pura falacia, si todas las mujeres guapas que conozco son mis amantes, tú que también lo eres, deberías serlo.
 

Pues no, es una generalización apresurada y me impides acostarme contigo. Qué paradoja, la única que tiene título válido de cónyuge y se niega a yacer conmigo.

Entramos en la lógica difusa y rechazas  el principio del tercero excluido. Si no quieres hacer el amor y esta premisa es verdadera, es falso que quieras, pero no dejas ninguna posibilidad de algo intermedio.
 

Con mi lenguaje formal  y mi aparato deductivo,  es posible que sea peripatético y el tercero excluido.

lunes, 17 de noviembre de 2014

A QUE SABE CANTABRIA - 2014 - AQUÉL VERANO DEL 72

                                                         Aquél verano del 72

 
 
 

Cuando nos sentamos en la cálida arena de la playa del Sardinero al abrigo de una barca varada, un estremecimiento recorrió mi cuerpo. La había visto bajar por la escalera de La Belle Epoque.


 
 
Su olor, a hembra con tintes florales despertó en mi, deseos de saborearla, de apreciar sus matices, de pasar mi lengua por su cuerpo, por ese cuello que me recordó el dorso de un pasiego, de esos pechos duros como cántaros, de sus pliegues más íntimos con su miel almizclada y tacto filoso. Quiso acompañarme. Me acerqué con miedo, no por ella sino por mí, nos besamos, su lengua cálida se metía entre los dientes y los labios, intentaba imaginar por donde iba, pero yo la notaba en mi sexo, duro y a explotar.


 
 
 Se quitó el suéter como solo una mujer sabe hacerlo y la falda escocesa se abrió como una alcachofa y yo, con la boca abierta. Su mano fue bajando lentamente por mi pecho, cogió con dos dedos la cremallera y la fue deslizando y su sonido se elevó por el silencio de la playa.


 
 
 Me eché a llorar, me miró y me dijo, no hay que llorar por la leche derramada.
 

16 Votos

jueves, 13 de noviembre de 2014

REC - CADENA SER - 2014 - noviembre - CHINCHA RABIÑA


                                                                                   Chincha rabiña
 
 
El muñeco fue el primero en cerrar los ojos, con rabia tiró de los párpados y metiendo los deditos empujó las bolitas de cristal que se soltaron y las sacó por una de las aberturas.

 

Su cara, con la boquita abierta y las negras oquedades, le produjo más miedo todavía, le bajó los pantalones y consiguió desencajar las piernas, recibiendo un latigazo de la goma que colgaba de una de ellas.
 
 
Lloró de dolor y abriendo la ropa por la espalda arrancó el tambor que al girarlo gritaba con una voz estridente, te quiero, te quiero.
 
 
Le clavó unas tijeras y enmudeció.
 
 

El cadáver desmembrado quedó en el suelo.
 
 

martes, 11 de noviembre de 2014

REC - 2014 - NOVIEMBRE - CASA DE MUÑECAS


                                                            CASA DE MUÑECAS
 
El muñeco fue el primero en cerrar los ojos y volver a abrirlos, por la ventana del 
 
gabinete, había divisado como venía la niña monstruosa.
 
 
 
 Se volvió y se dirigió hacia  la mesa camilla, tomando el periódico se repantigó.
 
 

Como el efecto de una bomba, la fachada desapareció  y una mano gigante cogió de
 malas maneras a Torvald y le gritó que dónde estaba Nora.
 
Le arrastró por toda la  casa, golpeándole las piernas por los escalones, le llevó al
cuarto de los niños, donde seguían jugando en un escorzo imposible.
 
 
 

Ya en el baño lo desnudó y lo sentó en la taza del wáter. Sonrió mientras la miraba.
 
 
 

martes, 4 de noviembre de 2014

ACCIDENTE - 2014 - NOVIEMBRE


                                                     ACCIDENTE
 
Sé que iba muy rápido y que esperaba una llamada de mi novia, habíamos reñido durante la cena.

Empezó a sonar justo en el cambio de rasante y al descolgar oí sus palabras llamándome cabrón.
 

En ese momento unos faros potentes me cegaron y di un volantazo, me dirigí a la cuneta y me incrusté contra el pretil de un puente. Noté como mis piernas se quebraban sin dolor y un cristal  del parabrisas se introducía en mi cara manteniendo mis ojos abiertos y un ruido del aire que se escapaba de mi tráquea rota.
 

Al rato, una persona se puso delante de mi cara y se volvió para decir a alguien de que estaba muerto, intenté gritar, no me podía mover y notaba como la sangre me abandonaba por los muslos.
 

lunes, 3 de noviembre de 2014

ESTA NOCHE TE CUENTO - NOVIEMBRE - 2014 - PARA ICEBERG, EL MÍO


                                                                   PARA ICEBERG, EL MÍO
 
 
 
 
 
Chevalier, en el salón Parisién con una absenta, el azucarillo en la cuchara con agujeros y echando el agua por encima, cuando escuchó  ruido de  ropa por la espalda, posiblemente un can-can demasiado almidonado.
 
 

Me permite, le susurraron al oído, al volverse, la mujer más encantadora, de blanco impoluto, con una sonrisa que hizo que se levantara, cogiendo de la silla de al lado, el bastón y el canotier.
 
 

Por favor,  soy viuda,  voy a estudiar a New York,  quiero olvidar,  soy muy joven,  Ay,  Huy,  hoy?,  aquí,  ahí la 115,  hey,  oh la lá,  oui oui.
 
 

Entra primero ella y al poco él. A la media hora el primíparo sigue con los cordones de la faja, el miriñaque en el suelo como un tacataca, las medias con la blonda y sus corchetes enganchados a una pantaletas de puntillas le tenían a punto de explotar.
 
 

Al separar la faja, la marca de las ballenas en la piel del tronco semejaba las grietas de un río seco.
 
 
Ya desnudos y temiendo él  una eyaculatio ante la portem, la tumbó en la litera y sin muchos preámbulos la penetró, justo cuando el barco se puso vertical. Dijo ella, menuda clavada, ah ah.





 




 

viernes, 10 de octubre de 2014

CONCURSO MANDARÍN ORIENTAL BARCELONA 2014










512. 36 Aniversario de boda

8 octubre, 2014 by rbmandarin Leave a Comment

Junior suite, con fresas con chocolate, botella de cava, spa y desayuno buffet.
Cuando le compré una braguita blanca sexy de puntillas, yo noté un pálpito en la entrepierna.
Copa en el lobby, de cava. Mi mujer, qué rico y fresquito. Vamos, vamos, rápido.
Achispada, vació los geles y empezó a llenar la bañera de hidromasaje, abrí la botella de cava y nos tomamos otras dos copas. La desnudé.
Me puse un anillo constrictor.
Se puso la braguita en la cabeza y trajo el chocolate caliente y las fresas, tropezó y me lo echó encima.
El grito, aterrador, me dirigí al baño y al ver la espuma, me metí en la bañera y por los geles, salí despedido y choqué con la tele de plasma.
Por la puerta entraron varias empleadas y mi mujer, con la braga en la cabeza y yo desnudo, en el suelo con una erección achocolatada.

Alejandro Pozo de la cámara
 

jueves, 2 de octubre de 2014

DESAFÍO IMAGEN Y PALABRA - FOTOGRAFÍA "MY HOTEL ROOMS" DE PABLO MARTÍNEZ MUÑIZ Y UN RELATO MÍO - 2014

Estimado Alejandro:
Te informamos de que tu texto 'BENDITA INOCENCIA' ha sido seleccionado junto a cinco microrrelatos más para ser expuesto con las fotografías de la serie 'MY HOTEL ROOMS', del artista Pablo Martínez Muñiz.

http://www.xtrart.es/desafios-xtrart/imagen-y-palabra/microrrelatos-finalistas-del-desafio-imagen-y-palabra/
En breve, recibirás la invitación de la exposición que tendrá lugar en la Fundación FIArt de Madrid el día 17 de octubre de 2014.
Esperamos que puedas asistir, ¡enhorabuena!
Saludos,
Verónica Delgado
Coordinación
XTRart
Fundación FIArt
                                                                              BENDITA INOCENCIA
 
 
 
 
BENDITA INOCENCIA                                                   por Alejandro Pozo de la Cámara


Papá sale de la habitación de Paqui y me encuentra en la cocina viendo a los payasos de la tele, me

despeina con una mano, mientras se remete la camisa en el pantalón.

Después, Paqui sale con una sonrisa de oreja a oreja, me toma en brazos y se pone a bailar,

besándome y abrazándome. Con mis nueve años noto sus pechos. Los he visto desnudos por una

rendija: ella encima de él, los pelos volando por el ventilador, cabalgando como una loca, y los he

grabado con el móvil.


Cuando vuelva mamá, le diré “mira, ya sé grabar bien”.
 
 

jueves, 25 de septiembre de 2014

ESTA NOCHE TE CUENTO - TRAS LA BATALLA - 2014 - SEPTIEMBRE - DETRITUS


                                                                     DETRITUS
 
 

La cama deshecha, la sábana cimera vuelta y la bajera fuera de sus goznes, dejando ver parte del colchón. La almohada, con manchas de carmín y de rímel en la funda.
 

En el centro, se mezclan, migas, un trozo de pizza, ceniza, manchas de algún otro fluido, un preservativo arrugado y usado, otro virgen, un anillo constrictor y unas bolas chinas que rodean una rodaja de limón.
 

En la mesilla, una lata de cola volcada, otra de cerveza, un vaso a medio vaciar, un cenicero que se desborda y la caja abierta de la pizza con dos trozos llenos de hormigas que inician su andadura por la pata hasta su escondrijo.
 

Debajo del tálamo, es imposible distinguir nada, todo es un maremágnum de latas, ropas y zapatos, que se expanden por el suelo al resto de la habitación, donde se aprecian los calcetines, la camisa, el pantalón y los calzoncillos de la última puesta.
 

Al fondo, sentado en un pub, está nuestro héroe, desnudo, con un cigarrillo en los labios, con la cabeza entre las manos, llorando tras la batalla, con el rabo entre las piernas, pues ha sido vencido, no por una gata, sino por un gatillazo.
 

jueves, 4 de septiembre de 2014

CONCURSO DOLCE LOVE - SHUNGA, SHUNGA

Relato Erótico: Shunga, Shunga



sunga2

                                                                                       I

Cuando me llamó mi jefe de la Consejería de Economía y Consumo de la Comunidad de Madrid, no pensé que el encargo de testar el gel me lo fuera a encargar a mí. Aduje mis 60 años, mis achaques y que me quedaba muy poco para jubilarme, pero no hubo manera. Conseguí de todas maneras que los resultados no se los entregara a la vuelta del fin de semana y me dio un mes, pues además eran tres tipos diferentes de geles y eso requeriría mayor dedicación y esfuerzo.
Hay que recortar gastos, pero esto me parece un poco exagerado.
Me entregó dinero de la caja B y una tarjeta de una tienda llamada Dolce Love, me aconsejaron bien, pero lo pasé fatal, no sabía dónde mirar y me puse colorado varias veces. Salí con una bolsa grande con tres kits, uno de fresa con champaña, otro de fruta exótica y otro de melón y mango.

En la bolsa de papel llamativo, con un dibujillo engañoso y la gente en el metro me miraba y cuchicheaban, algunos intentaban asomarse al interior para curiosear.
Al salir del metro y encaminarme hacia casa iba pensando cómo abordar a mi parienta e intentar explicarla lo que teníamos que probar. No se lo va a creer y encima me va a llamar guarro.
Según entré, me dirigí a la mesa camilla, vacié la bolsa y me senté en el orejero a la espera, oí un “hola cariño” y yo no dije nada.
Vino desde la cocina, cogió una caja, me miró y se sentó enfrente. Daba vueltas a la caja en el sentido de las agujas del reloj y a la inversa y otra vez y otra.
Se lo conté tres veces y no se lo podía creer. Cuando la dije que me iban a pagar horas extras cambió un poco la expresión pero no mucho.
No la entendí algo que dijo sobre Esperanza pero tampoco pregunté y entonces cogió el calendario de los que pintan con el pie y me dijo que este fin de semana no teníamos a la nietecilla y que el hijo que vive en casa, estudiante de Derecho, iba a esquiar.
Ya teníamos fecha, noté un pálpito y menos mal que tenía puesta la falda de la camilla por encima, pues algo se notaba.
Decidimos hacerlo primero con la caja de melón y mango, el día, el viernes cuando se fuera nuestro hijo y guardamos todo debajo de la cama.
Esa semana se me hizo larga, cuando me cruzaba con mi mujer por el pasillo nos tocábamos y nos reíamos y en el trabajo el jefe me preguntaba todos los días que qué tal, que si ya lo habíamos hecho.
Llegó el día y le llevé un ramo de flores y unos bombones, mi hijo se fue desde el trabajo y nos quedamos solos en la casa, cerramos la puerta y pusimos una silla en el pomo.
Abrimos la caja y dentro había un sobre como con una solución espesa y una especie de sábana impermeable grande de 160 cm x 228 cm que como luego leímos teníamos que colocar encima de la cama.
Pusimos a calentar agua en la olla, pues con el sobre al diluirlo había que hacer cuatro litros de gel con el que luego nos embadurnaríamos y nos echaríamos encima de la sábana.
Mientras mi mujer daba vueltas con la cuchara de madera, yo por detrás me arrimaba y ella hacía como que me huía, pero yo creo que la gustaba.
Cuando la consistencia parecía la adecuada y entre los dos la llevábamos hacia el dormitorio, entonces, tropecé con la alfombra y cayó todo a lo largo del pasillo, nos costó cinco toallas y seis paquetes de papel de cocina absorber todo el gel.
Metidos en harina y con la curiosidad en un punto álgido y no me refiero a lo mío, abrimos la caja de fresa y champaña y con más cuidado hicimos todo el proceso otra vez y lo llevamos al dormitorio.
Pusimos la sábana por encima y nos desnudamos, nos echamos y la sensación era que se nos iban a quedar las letras del ahorramás en el culo pegadas.
Cogí la olla y la volqué sobre los dos, el gel estaba un poco caliente y nos empezamos a restregar y embadurnar con ganas.
La sensación era agradable y entre unas cosas y otras empezamos a animarnos e intentar algunas posturas que teníamos casi olvidadas, con tanto magreo y toqueteo parecíamos estar en un tobogán e íbamos de un borde de la cama al otro, consiguiendo a duras penas mantenernos encima.
Mientras nos agarrábamos para no caernos recordaba lo que ponía el prospecto, experiencia sensual y placentera, completa ingravidez, sin esfuerzo y movimientos deslizantes.
Veía la cara de terror de mi mujer, yo conseguí meter la uña del dedo gordo en la sábana y frené mi caída, pero ella se agarró a donde no debía y me la dobló, pero no logró parar y se empotró con la tele de plasma que cayó con estrépito, su dentadura partida rebotó y fue al orinal.
Mi grito no fue humano y al mirar hacia mi cosita vi como crecía hasta parecer una berenjena, mientras por el roto de la sábana se extendía el gel por toda la habitación y desaparecía por el pasillo.
Mi mujer se subió a la cama, me abrazó y nos echamos a llorar y en ese momento oímos un ruido fuerte de la puerta, pasos apresurados por el pasillo y un “papá, mamá, no hay nieve”.


                                                                         II


Voy a abrir la puerta, cuando oigo un grito inhumano y un ruido ensordecedor, consigo meter la llave, empujo, no se abre y golpeo con el hombro, entrando y asustado me dirijo hacia el dormitorio de mis padres.
Me quedo en el quicio, pues he pisado una sustancia gelatinosa y además mis padres están desnudos, ella con boquita de piñón y él con una berenjena entre las piernas, no sé qué decir ni ellos tampoco, que se arropan con un hule que gotea.
Después de una hora, los tres sentados en la mesa camilla y ya más calmados, me cuentan lo sucedido, el encargo del jefe de mi padre de probar los geles eróticos y de testar el funcionamiento. Me dice que en la Comunidad hay recortes y que desde hace un año se reparten el testar los productos entre los funcionarios de carrera.
Yo, que ya estoy en el último año de carrera de Derecho y con ganas de demostrar que no han sido en balde los once años que llevo en la facultad, les digo que dejen todo en mis manos, pues vamos a sacar a la Administración el oro y el moro y con ese dinero me cambio de coche y les invitaré una noche a cenar.
Mi madre me sonríe con la boquita arrugada y a mi padre le agradezco que se tape con la falda esa cosa tan horrorosa, no creo que pueda volver a probar la berenjena, aunque esté rebozada.
En la Universidad me encuentro con un grupo de profesores en el bar alrededor de varias botellas de vino y que me conocen desde hace ya mucho tiempo, que me tienen cariño y les cuento todo.
Alguno se da la vuelta y tose, otros se atragantan pero me escuchan con atención y me dan una dirección donde me pueden ayudar.
Preparo el escrito del recurso contencioso administrativo que debe firmar mi padre y las facturas de la prótesis dental de mi madre, la de la televisión de plasma y la del hospital privado donde han recuperado los cuerpos cavernosos del pene de mi padre. Creo que lo que le ha sucedido a mis padres toca todas las asignaturas de Derecho, sector público, administrativo económico, derechos humanos y fundamentales, penal económico y de la empresa, total que en los fundamentos de derecho y sin comentar que se le ha quedado torcida, llevo cuarenta dina4 con letra Times New Roman 12.
No me da mucha garantía y rompo todas las hojas, esperaré a terminar la carrera y entonces si todavía no ha prescrito se van a enterar.
Epifisis


viernes, 22 de agosto de 2014

NECROFILIA

 
                         necrofilia
                                                            

Año 1973, Facultad de Medicina, mi primera práctica en la asignatura de Anatomía Humana, me iba a marcar de por vida y por eso estoy todavía en la cárcel, catorce años después.
 
Primero nos llevaron por el museo de los horrores que tiene la cátedra, el bedel de nombre Aurelio, una persona mayor, enjuta y ligeramente encorvada que nos precedía por los pasillos, encendiendo unas pobres luces y haciendo ruido con el gran manojo de llaves.
 

Llegó a una puerta negra y con una llave herrumbrosa la abrió, entró y con la mano bajó una palanca e inmediatamente se fueron encendiendo unos fluorescentes hasta dejar iluminado un recinto enorme con grandes vitrinas y armarios de madera como de otra época.
 

Empezamos a pasear entre los expositores y a izquierda y derecha, grandes frascos llenos de un líquido amarillento y turbio dejaban ver cabezas cortadas por la mitad, apreciándose el cerebro, los dientes y la lengua en una mueca de asco y terror.
 


Otros frascos de diversos tamaños con fetos en diferente momento de evolución, con sus posturas encogidas y el cordón umbilical como el cable de los astronautas, que a veces por las irisaciones del líquido y la iluminación parecían moverse.
 

Yo me iba encogiendo según avanzaba por el pasillo y al dar la vuelta , en una especie de rotonda estaban los abortos monstruosos, con dos cabezas, varios miembros, parte de un cuerpo que emerge de otro y una cabeza de un bebé precioso al que le faltaba la calota craneal dejando ver las circunvalaciones cerebrales.
 

Me apoyé en el lateral de una de las vitrinas medio mareada y entre dos compañeros me llevaron a una bancada de madera y siguieron su paseo.

Cuando me estaba recuperando, levanté mis ojos y en el cristal de enfrente me vi con los brazos apoyados en mi falda y tras mi imagen que se fue difuminando, empezó a definirse una multitud de tarros grandes con penes y testículos de diversos tamaños y formas que flotaban libremente. Me doy la vuelta asqueada y a mi espalda troncos de mujer cortados longitudinalmente, dejando ver los labios, vaginas y úteros, uno de ellos con un pequeño embrión.

Me levanté con la intención de huir de allí, pero me tropecé con algo y caí, perdiendo la consciencia.
 
 

No sé cuánto tiempo pasó, pero al abrir los ojos una especie de sábana dejaba entrever una luz a su través. Me quise tocar la nuca porque me dolía pero unas cuerdas o bandas en mis muñecas me lo impidieron. Notaba frío en el cuerpo y la sensación de estar desnuda y encima de una mesa de mármol, además creo que me había orinado. Las piernas, abiertas tampoco podía moverlas.

Al rato, noté como alguien me tocaba a través de la tela, como me pellizcaba los pezones e introducía algo en mi. Grité cuanto pude, pero una mano me tapó la boca y una sombra se acercó a mi oreja y me susurró - Estás sola, les he dicho que como te encontrabas mal te habías ido, nadie sabía tu nombre.

Se deslizó la sábana hacia abajo y apareció ante mí el bedel, que introduciéndome una gasa en la boca, se retiró hacia una mesa auxiliar y mientras caminaba pude levantar un poco la cabeza y ver que estaba desnudo. Puso un LP en un tocadiscos y empezó a cantar Alice Cooper la canción "I live the dead" y dándose la vuelta y bailando se acercaba a mi balanceando su pene enhiesto de un lado a otro.

- No te preocupes querida. Me dijo al oído.- Me gustarás más cuando estés muerta, ahora solo voy a jugar contigo.
 

Ahogándome e intentando escapar, no dejaba de moverme y él de tocarme y pegarme. Acercó una mesa con ruedas y de un tarro de cristal sacó un pene enorme y verdoso que me introdujo lo que pudo a pesar de mi resistencia y lo dejó dentro. Yo notaba como los fluidos me resbalaban por los muslos y él se reía.

Cogió un bisturí y con suavidad me lo pasaba por todo el cuerpo, no sentía dolor pero sí notaba como la sangre caliente huía de mi ser.

Tres días me tuvo así, atada, sin comer ni beber y haciendo lo que se le ocurría con mi cuerpo, venía a deshora y yo no podía saber si era de noche o de día.

Una vez me dejó un feto abortivo sin media cabeza, maloliente, al lado de la mía, cuando se fue conseguí empujarlo fuera de la mesa de mármol y sonó en el suelo como un golpe seco que me desgarró el corazón. Deseaba morir, no quería continuar sufriendo el maltrato de ese monstruo y pensar lo que me deparaba el futuro me producía un terror indescriptible.
 

Decidí intentar provocarle para que me matara y así terminar mi agonía y en cuanto apareció, me puse a insultarlo con las peores palabras que acudían a mi mente.

Se echó a reír y tomando el bisturí se dedicó a cortarme, pero esta vez yo me revolvía e intentaba desestabilizarle y en un momento y sin que él se diera cuenta dio un tajo a la banda de mi muñeca derecha, disimulé y en un descuido mi mano asió un botador que introduje por su ojo izquierdo hasta el mango. Cayó hacia atrás y entró en convulsión.
 

Me incorporé y cogiendo el bisturí me liberé del resto y me dejé caer al suelo, sin fuerzas por la pérdida de sangre y la inanición.
 
 
 
 

Repté hacia la bestia que seguía convulsionando, saqué el botador de la órbita y un chorro de sangre me cayó en la cara. Bebí y me lavé en una pila y volviendo donde estaba le até con esparadrapos después de desnudarlo.

Con su ojo sano me miraba con terror y lo cerraba fuertemente, así que con el bisturí le rebané los párpados, quería que me viera todo el rato.

Le fui desollando con paciencia y delicadeza durante horas y al llegar a sus órganos se los extirpé, dejando que se desangrara lentamente.
 

Nos encontraron horas después, uno al lado del otro, él con su pene en la boca y el ojo fijo en mi.

Me curaron, me hicieron múltiples estudios psicológicos y psiquiátricos y me condenaron a 15 años, pues en ningún momento me arrepentí de lo que había hecho.