lunes, 1 de junio de 2015

ESTA NOCHE TE CUENTO - JUNIO - 2015 - NINFA





                         NINFA
        


                                                                        
Arrebujados, las sábanas de seda nos envolvían, como un capullo a las crisálidas, mientras copulábamos sin descanso.
 

Como si no hubiera un mañana, nuestras estructuras exoesqueléticas se acoplaban produciendo un ruido armónico y una secreción filante salía de mi tubo excretor.
 

Mi cuerpo, cada vez más marchito, se acoplaba al suyo, intentando con mis cada vez más exangües intumescencias de los cuerpos cavernosos y esponjosos, mantenerla cerca de mí.
La noche pasaba rápida y yo notaba que ella estaba cada vez más rígida, su oviscapto más cerrado y sus órganos estridulatorios comenzaban a vibrar una queja continua y amarga.
 

Su cutícula, suave hacía un rato, se escamaba y la queratinización provocada, erosionaba la mía, produciéndome una histólisis con descomposición corporal, que pasó de imago a pupa.  
 

Mientras mi ciclo circadiano estaba tocando a su fin y me estaba convirtiendo en un monstruo, empezó ella a agitarse y yo, que me agarraba como podía y tenía miedo de perderla, se contorsionaba, hasta que un crujido bestial me dejó aturdido y se produjo la exuvia, me empujó hacia el suelo, se liberó de los restos, se sentó en el borde y extendió sus alas y sin mirar atrás salió de la habitación.