miércoles, 26 de junio de 2019

PARASOMNIA, PARA QUÉ


                                                     PARASOMNIA, PARA QUÉ







Durante varios años, en el orfanato, la cuidadora, se acercaba sigilosamente  a mi cama y retiraba de golpe la ropa de cama. Muchos días, la mancha amarillenta delataba que me había hecho pis.


Las risas y los dedos acusadores aún me persiguen y no he conseguido hacer todavía una vida normal. Durante toda la jornada las sábanas y el colchón de lana se iban secando y el escarnio duraba durante el estudio y en el recreo.



 Por la noche, el olor y la humedad retrasaban mi sueño, eso y los ruidos del dormitorio, pues mi meada era la única defensa cuando los chicos mayores abusaban de mi cuerpo. Muchas veces me pillaron dormido y entonces las vejaciones eran asquerosas. 

 Entre varios me sujetaban y me tapaban la boca y otros me sodomizaban o se corrían en mi cara.

Las duchas me aterraban, me llamaban gorrino y todo eso era para ser menos apetecible a los sátiros de mis compañeros del hospicio.



Recuerdo las reprimendas mientras se oreaban las sábanas  al viento y yo, sin poder decir nada pues mi vida correría peligro.  Ahora soy profesor de primaria.

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