lunes, 11 de noviembre de 2013

ESTA NOCHE TE CUENTO - NOVIEMBRE - INVENTA UNA PALABRA - SERÁ POR PALABRAS


                                                                        SERÁ POR PALABRAS
 

 

 

-Inventa una palabra que no sepa, si quieres juntar fluidos  conmigo, guapo.
 

-Chingar, fornicar, follar, culear, trincar, matraquear, yacer, encamar, polinizar, coyunda.

-No.
 

Echar un polvo, mojar el bizcocho, bañar al nene, sobar el pirulí, saludar al pelado, bañar la nutria, regar la lechuga, partir el mar rojo, lustrar la manija, limpiar el horno, blanquear la chimenea, lavar el periscopio.
 

-Que poco ingenioso eres, sigue.
 

Cachetear el querubín, golpear la puerta con el badajo, envainar la bayoneta, descargar la escopeta, zangolotear la garipaucha, encamisar al ciruelo, macerar con el mortero, bambarajar la pimpirola, retroexcavar con la sinhueso.
 

-Me dejas fría.
 

-Sacar las telarañas al potorro, medir el aceite, pasar el plumero, acostarse, sacudir como colcha vieja, entrar por popa, alimentar al conejito, ensalsar el canelón, pincelar la almeja, hacer paté con el pato, dar de comer al pavo, enhebrar, sobar al tuerto, embarrar el gaucho.
 

-Harta me tienes.
 

-Echar un casquete, echar crema a la empanada, enfundar el sable, restregar la cebolleta, tirar al pelado a la zanja, peinar para adentro, aparearse, juntar los pelos, endulzar el churro, hacer sonar los goznes, desatascar las cañerías, intercambiar fluidos, remojar el venoso.
 

-Me aburres y  ya, no tengo el coño para ruidos.

jueves, 7 de noviembre de 2013

CONCURSO DE RELATOS ERÓTICOS DOLCE LOVE - ÁTAME



  • Relato Erótico  :   ÁTAME
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  •   Estaba la semana pasada de rodríguez y siempre había oído hablar del bondage y tenía unas ganas locas de probarlo y aprovechan...do mi soltería pasajera me decidí, busqué en la página de contactos del periódico y solicité un servicio en mi domicilio de una profesional del ramo.
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  •  Por teléfono ya me encandiló, que si era muy malo, que si me iba a castigar, que me iba a enterar de lo que vale un pene, perdón, un peine. Tuve que sujetar el aparato con el hombro, pues no tenía manos para tantas cosas, en fin que la cosa prometía.
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  •  Comí deprisa, bueno más que comer, me tomé el menú del rodríguez, fabada litoral grande con dos vermús y dos latas de cerveza. De postre, restos de helados de varias clases, uno de ellos al rato, me di cuenta que era un puré de zanahorias.
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  •  La espera se me hizo larga y me duché para estar limpio y sería por el jabón o por la de pasadas que me di, que me puse como un verraco y tuve que aliviarme. Me tomé dos whiskys cargaditos que me pusieron de buen humor y encendí el equipo con música chill out de temas eróticos. Sonó el timbre, di un bote, abrí la puerta.
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  • Yo, apoyado en el quicio de la mancebía, sonreí al acordarme de la canción. En el umbral, una mujer cuarentona, discreta en el vestir, con un bolso enorme, de buen ver, que dijo llamarse, Dómina Libertad. Intenté darle un beso, pero me dio un cachete no muy fuerte y me hizo a un lado de malas maneras.
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  •  Me ordenó llevarla a un cuarto para vestirse. Me tomé un vaso grande de whisky sin hielo mientras se cambiaba. Se abrió la puerta y apareció Catwoman, botas altas de cuero de punta fina y tacón de aguja, pantalón negro tipo malla donde se podía leer en los labios, chupa con la cremallera a medio bajar o a medio subir, como si fuera gallega.
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  • Gorro negro con orejas felinas, antifaz y unos labios rojos pasión que quitaban el hipo. No tardé en desnudarme y al acercarme un zurriagazo con el látigo en mis partes que me dejó temblando. Me agarró del pito y me llevó al cuarto, me sentó en la cama y pasó la tarjeta por la bacaladera y me puso las normas, me dijo, te voy a atar pero si quieres parar, tienes que decir "como fruta madura". Me hizo firmar un consentimiento informado con multitud de cláusulas como si me fuera a operar a corazón abierto. Noté un pálpito en mis zonas pudendas, lo achaqué al deseo, pero creo que fue porque me entró un poco de canguelo. Ahí, tendría que haber desistido.   
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  • Me ató a la cama con cordaje de seda como a San Andrés, en aspa y se subió a la cama con sus taconazos e inició un baile en mi escroto que me hizo chillar, aunque me gustó un poco, dije “verdura” pensando que pararía, pero nada.
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  • Me puso un anillo constrictor en el pene con un vibrador y yo notaba que se iba estrangulando y poniendo morado, dije “melón”, nada, “sandía” y nada.
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  • Sacó vaselina y una porra de policía, me untó y metió un palmo en el recto, grité y chillé "macedonia" y siguió metiendo hasta llegar al pomo del mango y la correa.
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  •    Me arañó por delante y por detrás y con un hilillo de voz dije "pera madura", me puso dos pinzas de la ropa en los pezones y "plátano maduro" y nada, lluvia dorada y me retorcí de escozor.
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  • Tomó la fusta y se dirigió, trepando por mis piernas hacia mi pene enhiesto, el cerrojo de la puerta crujió y una voz" cariño, sorpresa, he vuelto", me miré y la vi, por fin, como fruta madura.

jueves, 31 de octubre de 2013

RELATOS EN CADENA SER - 2013 - RECICLAJE


                                                                                      RECICLAJE
 

 

Mientras su padre cerraba la tapa del contenedor, él, con un palo golpeaba las manos de su madre y las manitas de sus hermanas pequeñas, que luchaban por aferrarse al borde. Algunos dedos cayeron sobre la acera, los recogió y entreabriendo un pequeño resquicio los introdujo de nuevo.
 

Los gritos aumentaron de tal modo, que aún estando lejos de algún lugar habitado, hizo que padre e hijo, enfurecidos, destrabaran el contenedor con ruedas, lo lanzaran pendiente abajo, lo llevaran al borde del precipicio e introduciendo una botella prendida con líquido inflamable, lo precipitaran al vacío. Gritos y risas se mezclaron.
 

Cantando, saltando y golpeándose los talones se perdieron.

miércoles, 30 de octubre de 2013

RELATOS EN CADENA SER - 2013 - EQUILIBRIO INESTABLE


                                                                                       EQUILIBRIO INESTABLE
 

 

Mientras su padre cerraba la tapa del contenedor, ella saludaba con la mano desde la abertura lateral como todos los días, cuando  debajo de la estructura de cinco contenedores apilados, esperaba el hijo de ambos para ser llevado a la escuela.
 

Por la parte trasera y como buen funambulista que era y agarrado a la arista larga, con sus mallas ajustadas que dejaban entrever lo que iba a pasar, se balanceaba  para introducirse por la otra ventana, el vecino superior, en todos los sentidos.
 

La vecina del tercero se colocó los cascos pues el ruido de los Dry Van, eran peor que  los muelles de un somier viejo.
 

jueves, 24 de octubre de 2013

RELATOS EN CADENA SER - 2013 - CONTRAPPOSTO


                                                                                        CONTRAPPOSTO
 

 

Si papá, pero, ¿y esa?. Me gustan los chicos, no sé como decírtelo más claro. Además, es mayor, está pintada como una puerta y me da miedo su boca roja, parece el joker de Batman.
 

Mira, el gorila de la puerta está que te mueres, esos brazos hercúleos, duros como piedras, pero suaves al tacto, depilados, como a mí me gustan.
 
Parece una escultura griega, perfecta en la llamada curva praxiteliana, consistente en un elegante contrapposto.
 

Y qué paquete, solo de pensarlo, papá, me estoy excitando.

¡Auxilioo!, ¡Socorroo!, se ha desmayado.

martes, 15 de octubre de 2013

RELATOS EN CADENA SER - 2013 - ÉRASE UNA VEZ - UN CUENTO AL REVÉS


                                                                                   UN CUENTO AL REVÉS
 
 
Erase una vez…y en ese momento cerró los ojos quedándose dormida. Hoy ha estado más nerviosa, estaba agotada.  Me gusta como sonríe cuando le cuento el de Juan sin miedo, el de Blancanieves o el de los tres cerditos. Me agarra las manos como si no quisiera desprenderse de mí.
Mañana el de Pulgarcito, me acuerdo como me cantaba ella, su voz, suave y envolvente, “pachín, pachín, pachín, mucho cuidado con lo que hacéis, pachín, pachín, pachín a garbancito no piséis”.
 

Ahora soy yo el que subo el embozo y le doy un beso en la frente.

martes, 8 de octubre de 2013

V CONCURSO DE MICRORRELATOS GETAFE NEGRO - 2013 - EMMANUELLE


                                                                 EMMANUELLE
 

 

Demasiados asientos vacíos para un vuelo low-cost, así que mi nuevo amor  y yo decidimos emular a Emmanuelle, nos desnudamos y  la mantita por encima.
 

Me clavé en el culo un reborde picudo, de los reposabrazos que no subían bien, grité, vino el azafato y le pedí una aspirina. Las mantas eran pequeñas y se nos veían las carnes, pero para entonces todo nos daba igual, entre los asientos,  el de atrás  con la mano por dentro del pantalón.

Un neceser cayó de las alturas impactando en la espalda de ella y un gemido salió de su boca y  dije me voy contigo.
 

A punto estaba, cuando nuestro vecino delantero echó el asiento para dormir y cayó sobre mi cabeza, otra aspirina.
 

Grita mi pareja y por delante acude el azafato con otra aspirina y por detrás el carrito de las ventas se lleva la piel de mis piernas, yo aúllo y pido otra.

lunes, 7 de octubre de 2013

V CONCURSO DE MICRORRELATOS GETAFE NEGRO - 2013 - BON VOYAGE

CERTAMEN

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Bon voyage
Epífisis (2013-09-30 11:04:03)
               
Demasiados asientos vacíos para un vuelo low-cost, ahí me tenía que haber dado cuenta de que algo no iba bien. El cinturón hizo un ruido metálico al cerrarse tan fuerte que intenté abrirlo de nuevo y ya no pude. Me volví al resto de pasajeros y vi en sus caras los rostros de preocupación. Por la parte delantera empezaron a entrar seres deformes y desnudos, viscosos, purulentos, arrugados, con los pechos flácidos y colgantes ellas y los penes largos y gruesos como terceras piernas ellos.
  Estaba a mitad del avión, viendo como los pocos que estaban entre ellos y yo, iban siendo vejados, mutilados y chupados, mientras gritaban y la sangre inundaba el pasillo, que se deslizaba hacia mí mientras el aparato elevaba el vuelo. Poco quedaba para que fuera mi turno y un ser simiesco, verdoso y lleno de pústulas, extendió su miembro superior hacia mi brazo y agarrándome, me dijo:
 -¿Señorita, una copita de cava?

sábado, 5 de octubre de 2013

BODEGAS AZPILICUETA - POR AMOR AL VINO - CONCURSO DE MICRORRELATOS - REUNIÓN DE TRABAJO


 

BODEGAS AZPILICUETA - POR EL AMOR AL VINO - CONCURSO DE MICRORRELATOS - 2012 - REUNIÓN DE TRABAJO


                             REUNIÓN DE TRABAJO
 

 

-Llevamos tres horas discutiendo y aunque hemos comido bien, aquí no estamos por amor al trabajo. Dice la Brand Director repantigándose y al hacerlo deslizarse hasta chocar con la fotocopiadora que empieza a emitir hojas como una máquina tragaperras.
 

La Marketing Manager se echa a reír y gira en su sillón de cuero de cinco ruedas -Aquí estamos para leer este montón de micros y llevamos solo la mitad. Toma de la mesa un relato y comenta: -Mira, mira, éste habla del néctar de los dioses y no sé qué de los romanos, ja, ja.
 

La Manager Communicación, empujando con el culo su sillón, dice : - Chicas, estoy un poco piripi y ya no sé ni cuantas palabras eran. Tacones fuera.

Se suben a la mesa y lanzando al aire el paquete de relatos, la jefa coge uno al vuelo y gritan al unísono - "POR AMOR AL VINO"

viernes, 4 de octubre de 2013

NOTICIAS DEL CONCURSO DE MICRORRELATOS "POR AMOR AL VINO" - 2013

NOTICIAS

Facebook, Azpilicueta, Por amor al vino, Colección privada tinto, Félix Azpilicueta, Riedel, Rioja
Ya conocemos a los finalistas de nuestro concurso de microrrelatos "Por Amor al Vino"

Hoy ha concluido el plazo para participar el primer Concurso Azpilicueta de microrrelatos "Por Amor al Vino", que se ha desarrollado en nuestra página de Facebook. Los diez microrrelatos más votados pasan directamente a la final.
 
A partir de ahora, el jurado valorará la calidad de los textos para elegir a los 5 ganadores, cuyos nombres se harán públicos el próximo día 26 de diciembre a las 18:00 horas. Los afortunados recibirán un premio muy especial: un estuche Félix Azpilicueta Colección Privada, compuesto por una botella de Félix Azpilicueta Colección Privada Tinto y dos copas especialmente diseñadas por Riedel para Azpilicueta.
 
Los finalistas son: 
- Francisco José Martos Contreras (52 votos).
- Luis Ibáñez Puchal (33 votos).
- Covadonga Reverte (25 votos).
- Sara Nieto Yuste (20 votos).
- Gloria Edith Ocampo López (20 votos).
- Silvia A. García (19 votos).
- Alejandro Pozo de la Cámara (17 votos).
- Laura Garrido (17 votos).
- Daniel Orós (16 votos).
- Juan Luis Pozo (15 votos).

ESTA NOCHE TE CUENTO - OCTUBRE - CITA CON LA MUERTE - INFIERNO


                                                                     INFIERNO
 

 

Huele a azufre.
 

En el extremo de la larga sala, en una esquina, tres biombos delimitan un espacio donde se encuentra una cama y en ella un bulto se revuelve en las sábanas.

Cada vez que lo hace, parte de su carne queda pegada a ellas y el olor que desprende enmascara el de los vapores sulfurosos.
 

Las lámparas incandescentes  provocan sombras en el techo alto y al mirar sus pies, divisó dos ojillos rojizos nerviosos que desaparecieron bajo la sábana. No sentía dolor, pero si un asco que hacía que intentara ahuyentarla.

Se subió a su cuerpo y al rato apareció por el embozo, moviendo el hocico con restos de sangre y coágulos. Movía la cabeza compulsivamente, la nariz medio desprendida iba de un lado al otro, cuando en un movimiento raudo, la cazó al vuelo y saltó al suelo desapareciendo.
 

Le dijeron – Ve a Fontilles, te encantará, no querrás volver – recordó los años de tratamiento con termocauterios y galvanocauterios, el olor a su carne chamuscada, la pérdida progresiva de sus dedos, sus tumoraciones abiertas.
 

Por fin, cree llegada la hora, cierra los ojos y descansa.
 

Un ruido estridente de los biombos metálicos y despierta, otro día más.

 

jueves, 12 de septiembre de 2013

CONCURSO DE RELATOS DE CAZA - CAZAWORLD - AGOSTO 2013 - LA TORMENTA PERFECTA


                                                      La tormenta perfecta

 

Un amigo de la urbanización con un coto disponible en la sierra norte de Guadalajara, zona de Cogolludo, me ofreció un puesto de caza de jabalíes a buen precio y acordándome de mí cuñado, experto en monterías y trofeos, hablé con él y lo contraté.

Amanecer de sábado frío y lluvioso, yo que de cazar,  lo que me gusta es el almuerzo, el taco y las migas o caldereta, iba vestido como para ir al cine en la Gran Vía, pero con botas, recogí a mi cuñado que ese sí iba pertrechado con zahones, guerreras de camuflaje, escopetas y rifles varios, cuchillos de monte, asiento trípode, gorrito de cazador con pluma (el gorro, no él) y mochila con adminículos varios.
 

En Madrid caía un chaparrón y estuvimos a punto  de retirarnos, más nos valdría haberlo hecho. Con la esperanza de que en Arbancón hiciera mejor para la hora del desayuno, iniciamos la caza.

Con los comentarios típicos de cuando se va de caza, es decir los trofeos conquistados en los últimos años, las piezas cobradas en un día y aquél conejo saltarín del motel de mi Extremadura del año 1975, hicimos el recorrido.
 

Desayuno frugal para nuestro gusto, nada que ver con los torreznos de mi tierra, embutidos y cazalla de la de carraspear, la verdad que el puesto era barato, pero es que además no daban taco y nosotros no llevábamos avituallamiento de ningún tipo.

Sorteo de puestos y nos colocan en el borde de un camino rural a mitad de la sierra, piedras y pinos por arriba y por abajo, con una visibilidad de un trozo pequeño de terreno y lloviendo a raudales. Yo sin gorro, a la media hora, el agua se deslizaba por mi espalda hasta llegar al canal del culo, un frío de espanto, las manos en los bolsillos. Mi cuñado, horror, se había olvidado de los guantes y como tenía que coger las armas, los dedos los tenía como marmolillos y amoratados. Me dijo que si salía algún guarro, no podría disparar.
 

Le dejé dos calcetines de lana blancos de tenis largos que mi mujer, práctica ella, me había metido en mi mochilita por si se me mojaban los que llevaba puestos. Se olvidó de los calzoncillos, pantalones de franela de repuesto que los que llevaba para entonces estaban empapados y pesaban lo suyo.

Ver a mi cuñado agazapado, con el rifle y los calcetines blancos hasta más arriba de los codos, me produjo un ataque de risa histérica que me hicieron callar los de los puestos vecinos.

Mientras, no paraba de llover, no se oían ni a los perros, nosotros callados porque es un profesional, él atento y yo sentado en el trípode que casi se me introduce por el culo, por lo pequeño que es y por mi volumen enorme.
 

En éstas empiezo a oír como el ruido de las cigüeñas de la torre del pueblo de mi padre, me vuelvo y era el castañeteo de mi cuñado, que como tiene prótesis dentarias completas, parecían las castañuelas de Lucero Tena. Como soy su estomatólogo y familia política, disimulo, pero a la media hora los nervios estaban a punto de saltar.

Le pregunté si no llevaba el supercorega extraextraforte y al asentir, le dije venga, hombre.
 

Se quitó el guante como Rita Hayworth y otro ataque de carcajadas asoló la ladera, se puso triple dosis en las dentaduras, se las encajó y mordió con fuerza. Yo le miraba extasiado cuando vi que de sus comisuras rezumaba el gel, que se solidificó en un instante por el frío y se le quedó una sonrisa sardónica como al malo de Batman.
 

Durante el resto de la mañana, no fue capaz de articular palabra, vamos ni de abrir la boca, las cigüeñas habían volado, seguía lloviendo y nadie, persona o animal vimos, bueno a mi cuñado sí, pero no daba un pío.
 

Empecé a temblar yo y decidí retirarme a mi coche que estaba cerca a riesgo de recibir un tiro, que para entonces todo me daba igual y a mi cuñado también, pues no me replicó.

Cuando pasó el coche escoba, le seguimos pensando en la comida, pues estábamos hambrientos y ateridos. No se cazó nada, bueno, no se disparó un tiro, lo único una merluza del puesto 3 que debía ir pertrechado con petacas varias.

Con  la caldereta delante, el temblor de mis manos me impedía comer y pasó media hora hasta que pude entrar en calor. A mi cuñado le tuvimos que meter entre varios una cuchara y varios cuchillos romos entre las dentaduras y forzarlas hasta que con un crack sonoro que se volvió todo el restaurante, lo conseguimos.

La vuelta, sin hablarnos, ni poner música y pasamos de largo un motel que habíamos atisbado a la ida y que prometía conejos vivos y saltarines.
 

Al entrar en casa mi mujer me iba a echar la bronca como siempre, pero cómo me vería que me mimó y me dio friegas.

Al vecino le he retirado el saludo.