PUTREFACCIÓN
Ayer en la sala
de
disección, realicé con el bisturí la incisión en T, hasta la sínfisis del
pubis. Después de despegar piel, grasa subcutánea y
músculo, cogí el costotomo y al quebrar el esternón, una esquirla ósea se clavó
en mi cara, por debajo del ojo derecho.
Cogí la etiqueta del dedo gordo
y leí Ébola, dejé la necropsia e
intenté desinfectarme.
La herida, crecía por momentos y una especie de
supuración verdosa me resbalaba por la mejilla, no dolía.
Por la noche el cráter
que se había formado me dejaba ver el malar y las excrecencias serosas me
salían por la boca.
Intenté dormir con un
puñado de sedantes y narcóticos, pero una luz fosforescente iluminaba la
habitación con una tonalidad que me recordó
una virgen de fátima que tenía de pequeño.
Esta mañana al mirarme
en el espejo grité y al hacerlo se me ha desencajado un lado de la mandíbula,
parte de la lengua ha caído en el lavabo y el globo ocular pende del nervio
óptico.
Y es ahora que estoy
escribiendo esto, para que se sepa lo que me ha pasado, estoy notando como
partes del cerebro están cayendo sobre el papel….