miércoles, 7 de septiembre de 2011

XXXVIII EDICIÓN DEL CONCURSO DE CUENTOS "CIUDAD DE TUDELA" 2011

                                                 CIRCUNCISIÓN.
Tudela en septiembre de 1212, del año de 590 de la hégira y del año 4972 de los judíos, un día precioso, soleado y cálido, de repente y de la puerta Ferrenna de la muralla, salen un grupo de adolescentes descalzos corriendo hacia el puente sobre el río Ebro y lo atraviesan sin parar, 360 metros, en una carrera alocada.

Llegan al otro lado y se paran, apoyando las manos en las rodillas, con el corazón golpeando las costillas. Son siete, amigos y dispuestos a pasar una tarde, comiendo frutas de las huertas de la Mejana, en la orilla del Ebro y sin que los pille el dueño.
Les encanta ir de garullas y luego con la tripa llena, irse a bañar.
Sus nombres son Recemiro, Nitidio y Nunilo , mozárabes, David, judío, Ordoño, cristiano, Muhammad y Alhakén, mudéjares. Cada uno vive en su barrio, pero en los ratos libres, se encuentran fuera de las murallas, se llevan muy bien y se ríen de casi todo.
Sentados detrás del tapial de la huerta, comen membrillos verdes que les deja la boca áspera y el paladar como con tierra. “Deliciosos” – “Riquísimos” –“Pásame unos higos”.
Se han comido cuatro sandías enormes y calientes, están para reventar y antes de volver a Tudela, Muhammad se pone a orinar en la pared, los demás, como dice el dicho español se colocan también y se ríen de Ordoño, el único que no está circundado.

Dice David –“ Si quieres, se lo digo a mi padre y te quita el pellejo y te hace unas botas, ja, ja, ja”. Todos ríen, pero Ordoño sabe que los cristianos lo único que celebran es la circuncisión del Señor el 1º de enero.
Ya de vuelta, quedan para el día siguiente para ir a ver a las lavanderas al río Queiles y ver esos cuerpos, mojados y enjabonados.

Dice Recemiro “En la puerta de Zaragoza, a las ocho de la mañana y llevar almuerzo, que luego iremos a  bañarnos”.
Alhakén y Muhammad, están apoyados en el torreón, mientras esperan a sus amigos y no paran de mirar a tantas y tantas mujeres, con los cestos de ropas en la cabeza, que van descendiendo por el pilar del puente Mancho hacia el río Queiles, donde hay una ribera lisa y unas pilas de piedra para lavar la ropa.

Los ven venir por la calle Verjas y los apresuran “ Vamos, vamos, que se os han pegado las sábanas”.
Atraviesan el puente de madera y se dirigen hacia las ruinas del molino de agua Alitoli o también llamado toltoli, se introducen en ellas y se asoman por la parte del río. Hay casi cien lavanderas, unas muy serias, sacudiendo la ropa o colocándola para orear o extendiéndola por el verde.
Pero luego están las más jovencitas, que se han percatado de  su llegada y se hacen querer y tontean más de la cuenta, enseñándoles una pierna o un pecho. Además como el río en esta época del año lleva poco agua, las más atrevidas vadean y hacen incursiones hacia el molino.
Dentro, las calenturas van subiendo de tono y las risas nerviosas, auguran un final previsible, porque David también pone de su parte al leerles unas poesías de su abuelo, que son muy eróticas, el famoso Abraham ben Meir Ibn Ezra.

En medio de esta algarabía, se oyen unos quejidos que van aumentando de volumen (Ordoño ), mientras los otros seis, circundados hacen alarde ante el y se mofan de él, tarareando al unísono Mira- Ma-Ma-Molin, una y otra vez en honor de su rey Sancho VII el Fuerte por su actuación en las Navas de Tolosa.
Deciden parar y buscar una solución para su amigo. Quedan para la tarde, en los baños públicos de la puerta de Albazares con dos cántaras de vino y los instrumentos del padre de David.

En un apartado, empiezan a beber sin mesura y al rato están peleándose por ser el cirujano, Ordoño ya no es consciente de lo que le espera, babea y dice “Fe no me guela, eh, ge no me guela na”. “Tranguilo, tranguilo, hay que gortar pog lo sano”- Nunilo coge el instrumento y mientras cuatro lo sujetan, le da un tajo, abre la boca Ordoño y un grito enorme rasga el silencio del baño, sangra como un cerdo y el operador levanta el pellejo como un trofeo y una sonrisa de oreja a oreja. “Rabo” – “Rabo” –“Rabo”.
Lo cogen entre los seis y se lo llevan a su madre, que pone el grito en el cielo y en todos los santos “Un accidente con un pincho de hierro, señora”-la dicen –“Un faux pas” dice el entendido David, - “Una rama de la higuera” dice Alhakén.
La madre lo lleva a la parroquia de San Nicolás donde está el Hospital de San Leonardo y ahí le arreglan la avería.
Lo llevan en procesión por la calle y van cantando “ Lavanderas esperar, que mañana os vais a enterar”.
El herido, con cara de pocos amigos y a voz en cuello, va diciendo “Es otoño, soy Ordoño y mañana ni coño, ni moño, ni madroño, ni roño, ni ñoño, solo baño.

II CONCURSO DE MICRORRELATOS BERNARDO DEL CARPIO

                                         BERNARDO DEL CARPIO.
Cómo he podido llegar a mis 59 años sin llorar todos los días por Bernardo, bastardo desde que nació. Su tío, Alfonso II el Casto, más le hubiera valido ser más fogoso y menos ñoño, como Ordoño.

Bernardo I el Indignado, se lió a dar mandobles a castellanos, leoneses, moros, al alfonso II, al III, a los pares de Francia, a los nones, a Roldan, a Alchaman, al caballero francés Don Bueso, un hueso.

Por  tierras de Salamanca, se le ve vagar con 82 años y la espada Durandal a rastras y diciendo  ¿quiere vos  pelea?.
YO, LLORO.

martes, 30 de agosto de 2011

XLVII PREMIO INTERNACIONAL DE CUENTOS MIGUEL DE UNAMUNO 2011

                                   MALDITO  QUIJOTE

Va a ser la cuarta vez que intente leer el Quijote, me ha convencido el profesor  de la Universidad de Salamanca D. Miguel de Unamuno, después de leer el ensayo sobre el sepulcro del susodicho. Por mi que no quede. Me siento en mi butaca favorita, abro el libro que cruje y leo: “En un lugar de la Mancha,.......¿Qué es eso?, ¡Que asco, un bicho! y ¡se mueve!, ¡huye!, ¿que te crees tú?, ¡toma  pulgar!. ¡Menuda mancha!, ¡ ¡tendré que raspar!. Investigo.

¡Qué  majo internet!, pongo “bichejos en los libros” a ver si tengo suerte..  y ¡hala! 9.160.544 entradas en 0.09 segundos. Hoy tampoco me da tiempo a leer el Quijote.
A quien interese: se llaman pececillos de plata o Lepisma Saccharina (como el natreen , je,  je), son insectos tisanuros de la familia Lepismatidae, ¡toma ya!, tienen fototaxia negativa, por eso quería escaparse. Su vida sexual es curiosa, no copulan (como algunos), al vivir en oscuridad y en diferentes páginas el macho deja el espermatoforo pegado en algún párrafo (como algunos) y atraen con engaños a la hembra para que se preñe (como algunos). Según estoy leyendo me he dado cuenta que su vida sexual no es tan curiosa, es parecida a la humana.
Además tienen un depredador natural : La tijereta (Forficula auricularia). Me imagino a mí, llevando a la lepis de turno hacia la G con flores y bombones y que aparezca la “manostijeras” y se me corta el rollo,  fijo.
Hay foro, miles de personas. Unos,  que cómo se matan y con qué. Otros,  que salvar los lepismas. Guerra entre insectófobos e insectófilos. No sé cómo he podido vivir ajeno a  lo que se está desarrollando en el mundo. Ahora además, veo el libro de otra forma, me da un poco de miedo, es como un Universo en pequeño y, ¿quién soy yo para interferir en el destino de todos ellos?. ¡Que se fastidien y que les den!.
He vuelto a dejar el Quijote en el mueble y  no creo que lo intente nunca más. Tengo ya 59 años.

 Recuerdo:
 La primera vez estaba en el colegio, conseguí llegar al capítulo IV, cuando sale Don Quijote de la “Venta” , me di cuenta de que hablaban  raro y de que no me enteraba de nada. Por ello, decidí preguntar a mis padres y hermanas las cosas importantes del libro. Era un tipo muy viajero y chulo que se metía en donde no debía, tuvo un asunto con la Celestina (mi padre me dijo que cuando fuera mayor me lo contaría), otro follón en Fuenteovejuna y una pelea con Tartarín de Tarascon, en fin, suspendí.
En mi adolescencia tardía (sobre los 25 años), conocí a una joven de Torres de Berrellén, muy ilustrada y además con los senos turgentes. Me contó, que su pueblo sale en el Quijote y por este motivo decidí intentar leerlo otra vez. Puse mucho empeño, pero no sé si sería por mis hormonas revueltas o qué, que si leía que estaban en la trilla, acababa en la paja. Me parecía un libro erótico y todas las conversaciones entre los personajes iban a lo mismo. Cuando Don Quijote dice “ni soy de mármol, ni soy de bronce, ni ahora son las diez del día sino de noche”, me imaginaba  a Doña Rodríguez (criada de la Duquesa) insinuándose al lado de mi lecho,  y lo he hecho. Tuve que dejarlo, porque se convirtió en fijación y tenía que llevar el libro cuando iba a la cama con alguien (ahora sé que actuaba como el lepisma saccharina macho).
En la cuarentena, lo intenté otra vez. Lo llevaba encauzado,  pero un día al levantarme del inodoro se me cayó dentro. Lo recuperé y conseguí que quedara bastante decente. Pero,  entre esperar al secado y a que perdiera cierto olor a podrido, se me olvidó en el estante (ahora también sé, por qué la flora y la fauna de este libro es tan abundante).

Vuelvo a entrar en google y en el foro de internautas hay medidas para hacer desaparecer estos animalitos, desde pesticidas, hasta ecologistas que recomiendan poner al lado una patata (parece que gusta mucho a los lepismas) ,para que se introduzcan en el interior y luego hacer con ella lo que quieras.
Esto me parece actuar como Dios y yo no quiero cambiarles el ecosistema. Bastante tienen con su vida tan complicada y encima no copular (como algunos). Así es que he decidido coger el libro con guantes y salir a la calle, dirigirme a la plaza de España y sentarme en un banco debajo de las estatuas de Don Quijote y Sancho Panza, dejarlo y salir por patas  y a quien Dios se lo dé San Pedro se lo bendiga.


1º DE TRES MICRORRELATOS CONCURSO PARÉNTESIS 2011

                                             CORCHETE.


Me han suspendido en lengua, un cero, es injusto. El corchete se muy bien lo que es, ya te digo, con lo que me cuesta desabrocharlo del sujetador y del body. Hasta lo he dibujado, en esquema, para que se entienda. He comentado en plan relato, algunas de mis experiencias con mis amigas, en plan fino, no te creas.
He sido el que más ha escrito, dos folios, pero me he empezado a mosquear cuando al ir a entregarlo, he visto “corchetes”, en plural y me he dicho, este modelo no lo conozco, he vuelto a mi pupitre y he puesto:
Postdata, si la chica tiene mucho pecho, se ponen corchetes.

A pesar de la rectificación, me han dejado para septiembre, al recibo de esta carta, cuéntame los nuevos modelos de corchetes de las mozas del pueblo, no quiero volver a suspender. Quiero ser un hombre de provecho.

2º DE TRES MICRORRELATOS CONCURSO PARÉNTESIS 2011

                                  CUÑAS O CORCHÁNGULOS.



Te escribo otra vez, para decirte que ahora sí, voy a aprobar, aunque no te creas, que venían por mí. Me han preguntado por las cuñas, en plural, pero para listo, yo.
He puesto: Las cuñas son cacharros de plástico, bajitos y achaparrados, que suelen estar en los hospitales y se le ponen a los enfermos para que hagan pises y cacas, delante de la familia sin levantarse ni molestar.

Que digo yo, que sería mejor que se levantaran, pues no es agradable ver al abuelo cambiar de color por el esfuerzo, oir los punes y ese cierto olor a podrido que te deja anestesiado.
El nombre de corchángulos ni me sonaba, pero la o sé que significa o una cosa u otra y es que ya me lo dijo mi padre “Serás un hombre de provecho”.

3º DE TRES MICRORRELATOS CONCURSO PARÉNTESIS 2011

                                         LLAVE o LLAVES. 


Querido amigo te cuento lo que me pasó en febrero
Cada vez entiendo menos al profesor de lengua. Me llamó a su despacho y me dio el examen corregido, con un cero y flecha hacia abajo. Escondió su cabeza entre los brazos y se echó a llorar, con una pena tal, que me contagió. Y yo con los ojos llenos de lágrimas fui desgranando lo que había puesto:
Instrumento metálico para abrir puertas.
Para aflojar tuercas.
Regular el flujo de un líquido.
Mecanismo del arma de fuego.
Asignatura llave. Aquí lloraba con más intensidad y golpeaba la mesa con el puño.

Instrumento de los sacamuelas.
Mecanismo de algunos instrumentos de viento.
Al llegar a este punto, se levantó, dio la vuelta a la mesa, me cogió por las patillas y acercando su cara mojada a la mía, me dijo APROBADO, nunca serás un hombre de provecho.

martes, 23 de agosto de 2011

RELATO EMPEZADO POR MATILDE ASENSI

“No podrán. Nadie podrá nunca.”, me dije observando el manuscrito. Por fin lo había terminado. Yo era la última persona viva que entendía aquellas ocultas palabras que encerraban el conocimiento secreto. Ahora, sólo quedaba esperar.

RELATO CONTINUACIÓN DEL DE MATILDE ASENSI

SALVACIÓN




Autor:
epifisis
Fecha de subida:
23-08-2011
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La camisa de fuerza me apretaba y casi no me dejaba respirar, y la silla muy dura, hacía que estuviera casi encima del libro. El médico a gritos, me presionaba para que hablara y dijera si lo había contado a alguien. Yo callaba, pues era mi seguro de vida y no podrán conseguir que descubran, que si me matan, el secreto muere conmigo.
Tengo que aguantar, la filosofía del manuscrito no es la de matar sino la de dominar, si lo consigo y salgo de aquí, la humanidad tendrá la oportunidad de defenderse de estos seres venidos de allá las estrellas.

Se abre la puerta y entra un militar y se ponen de espaldas a mí y hablan:
-Teeodaiin shey osaiin yteeoey shey epaiin oaiin.
-Daiir okeody  oteey keey keo keeodal.
“Les entiendo ,lo he conseguido, me dejan libre”, pienso, mientras mi cara no refleja nada.

RELATO BREVE CONCURSO JARDINES SECRETOS 2011

(265) CAPRICHO, de Epífisis

Toda mi vida, he pensado que un capricho era aquella chica de quince años, Ana, en el verano del 70 en la playa de San Juan. Yo estudiaba para la reválida de sexto y la veía ir y venir, morena, como un deseo vehemente, como un antojo y una idea sin razón, porque nunca me hizo caso.
Pues no, el capricho o también folly ( en inglés locura o extravagancia ) o folie (lo mismo en francés ) es un elemento construido de jardín. Son pequeñas construcciones, a menudo de carácter romántico y con un componente muchas veces secreto, pueden ser pérgolas, pabellones, puentes, torres, cascadas, ruinas, grutas, casas de conchas, rotondas, columnatas, pagodas o dólmenes. Creo que en Isla Pedrosa, otra Ana, ha colocado unos cuantos.
También capricho o capriccio es una pieza musical, habitualmente de forma libre y de carácter vivo y animado.
Gaudí puso su capricho en Comillas.
Goya tuvo ochenta caprichos y el sueño de la razón le produjo monstruos.
Y Epífisis tiene un capricho y si el monstruo del Ojáncano no me lo impide lo cumpliré.

domingo, 21 de agosto de 2011

XLVII PREMIO INTERNACIONAL DE CUENTOS MIGUEL DE UNAMUNO 2011-COTTOLENGO

                                                     COTOLENGO


Desde el campanario de la iglesia del cottolengo, un cuervo mira a un hombre sentado
en una piedra, si levantara el vuelo y se acercara vería que lleva traje, sombrero y bastón.

Está echando migas de pan a un grupo de pajarillos, que gorjean complacidos, cuando de repente y con un movimiento brusco de la mano, golpea con el bastón en medio de los gorriones, muchos escapan pero al disiparse el polvo quedan en la tierra dos o tres aleteando espasmódicamente. En ese momento, de entre las piernas del señor sale un gato negro grande con un ojo blanco y se lleva los cuerpecillos. Remigio, que así se llama, sonríe y comenta en alto “ así se hace Lucifer “.
Estamos en 1953 y el Caudillo, Francisco Franco, quiere visitar Las Hurdes el año que viene. Remigio no quiere, porque puede interferir en su venganza que casi está terminada.
Recuerda: Si no llega a ser por Miguel de Unamuno en 1913, yo no habría nacido y todo lo que ha pasado y está a punto de suceder, no hubiera tenido lugar.

Pero el rector de la Universidad de Salamanca junto con Chevalier y Legrende, tuvieron que recorrer Las Hurdes, ver la escasez de todo, contarlo en el Imparcial y en libros, y más tarde, en 1922 convencer al Dr. Marañón para que la visitara como médico.

Se quedó estupefacto y convenció a las Cortes y a S.A.R. Alfonso XIII que debía ir y hacer algo pues faltaba de todo y estaban abandonados de la mano de Dios.

En 1922 el Rey con un gran séquito y a caballo recorrió en cuatro días la zona, Dio donativos y volvió a Madrid, donde creó el Real Patronato de las Hurdes.

Me estoy yendo por las ramas. Entre los que iban con el Rey,  había un clérigo que servía al Obispo.
Se encaprichó de una joven que le atendía en la posada de Nuñomoral y  abusando de ella la dejó encinta. Esa joven era  mi madre,  Remigia.
Durante la preñez, en el pueblo no fue molestada, pues era bastante frecuente lo acontecido ya que la promiscuidad era lo habitual.
Mi madre murió en el parto por la falta de médicos y de dineros y yo, Remigio,  fui recogido por una vecina que tenía otra criatura y nos amamantó a los dos.
Mi infancia ha sido muy mala, me pegaban los chiquillos, me llamaban el curilla y me hicieron trabajar hasta deslomarme.
En 1930 vi a mi padre por primera vez, venía acompañando otra vez al Rey. Al cura le dijeron quien era yo y se me acercó, me tocó la cabeza y me entregó un duro de plata con la cara de Alfonso XIII, yo lo guardé en la faltriquera y le miré con odio.

Me crié en la factoría de El Jordán, en Nuñomoral, en la escuela donde recibí más palos que  una estera, del maestro que era un sádico.
En el dispensario médico donde la escasez de medicinas era enorme y la cintura del doctor también, me atendieron lo mínimo.
A finales de 1932, llegó a nuestra alquería un tal Dr. Albiñana desde Martilandrán, en condiciones deplorables. La gente se metía con él y yo con mis 10 años me hice su valedor.

Él a su vez, al año, me ayudó en una trifulca que mantuve con Luis Buñuel por la película y porque quería obligarnos a los muchachos a apedrearnos.


En 1933 el doctor Albiñana fue perdonado por el Gobierno y se fue a Burgos, me dio su dirección y me recomendó que huyera de allí.
Por entonces había conocido a una rapaza de mi edad, Josefa. Fue mi compañera de juegos y fueron los años más felices de mi vida. Me pusieron a trabajar con el jardinero, Doroteo, bruto, malencarado, casi no le entendía cuando me hablaba y me trataba a pescozones.
Josefita y yo correteábamos por el jardín y teníamos nuestros lugares secretos donde nos escondíamos de la realidad.
A principios de 1936, el jardinero nos pilló en el cuarto de los aparejos y cogió un palo del rastrillo y empezó a pegarme y me llevó al maestro que me castigó en la carbonera durante una semana.·
Con el paso de los días se demostró que Josefita estaba embarazada y la encargada del dormitorio la llevó al dispensario, donde el médico Don Rodrigo Quiñones  decidió que ese niño no nacería. ¿Cómo lo hicieron?. No lo sé. A ella se la llevaron y no nos dejaron despedirnos.
Vino el jardinero y me hizo ir con él, llevaba un paquete y al llegar a la parte de atrás de los edificios y en la zona más alejada me lo tiró, se rompió y se deshizo cayendo los restos y el feto de mi hijo. Se reía, se reía. Me dijo, coge la pala y entiérralo. Me acerqué y al llegar a su lado le golpeé sin parar hasta que dejó de moverse. Los enterré juntos, alisé la tierra, planté unos geranios, fui a mi barracón, cogí mis pocas cosas y me marché de allí sin mirar atrás.
En Burgos, el Dr. Albiñana me recibió bien. No le conté nada y él no me preguntó, pues estaba muy preocupado con la situación de España. Se estaba fraguando un levantamiento de los militares y él, que era de ultraderecha y que además odiaba al gobierno que le había tenido apartado en las Hurdes, quería ir a Madrid.
Fuimos los dos. Él disfrazado de ciego y yo de su lazarillo. Contactamos con gente afín a su partido, pero después del 19 de julio lo apresaron, yo escapé.

 Luego supe que lo torturaron y le pegaron dos tiros.
Malviví durante los tres años de la guerra en Madrid.  Pasé hambre, aunque de eso ya sabía, y dormí en la calle hasta que me acogió una viudita joven en su pensión de la calle Atocha, cerca del hospital de San Carlos, sede de la facultad de Medicina.

Antes de terminar la guerra robé documentos en el instituto Cardenal Cisneros y me hice con el título de bachiller. Cambié de nombre y apellidos y con la ayuda de los amigos del Dr. Albiñana, en 1940 inicié los estudios de medicina. Trabajé en el Hospital de la Beneficencia y allí adquirí los conocimientos que tengo.
Me encontré por un casual con el Dr. Rodrigo Quiñones en un mesón cerca del mercado de San Miguel e intimé con él. Yo había cambiado mucho, tenía perilla y treinta años y no me reconoció. Estábamos en 1952 y me contó que le habían  nombrado Director Médico del Cottolengo (especie de asilo, dispensario u hospital) en un valle entre Martilandrán, la Fragosa y el Gasco y que tiene como misión atender a los desfavorecidos de la región, gracias a un jesuita, el padre Jacinto Alegre.
Había  venido a Madrid a por el nombramiento, se alojaba en un hostal de la calle Mayor y le dije que había que celebrarlo. Le invité a seguir  bebiendo y cuando ya no podía más, me dirigí con él hacia el arco de Cuchilleros y en un escalón, le senté.

 Eran las doce de la noche y sacando mi estuche de cirujano que siempre llevaba conmigo y de él el bisturí se lo pasé de un lado a otro del abdomen, tapándole la boca. Como si fuera una artesa de la matanza que se cae, se desparramaron entre sus piernas los intestinos con un hedor que me provocó náuseas, pero le dije mientras me miraba con horror “¿ te acuerdas de Josefita  y de mi hijo?. Murió lentamente, pero ya sabía quien era yo.

Cuando convocaron la plaza otra vez, me presenté y la conseguí- Nadie quería ir desterrado a las Hurdes. Preparé mi baúl y en un autobús muy viejo y lleno de pueblerinos me dirigí hacia  Salamanca, pues quería entrar por la Alberca.
Me recibieron muy bien y preocupados por las noticias de la muerte del director acaecida en Madrid. Me acomodaron en un apartamento pequeñito de un dormitorio y un despacho con aseo, en el edificio principal.
Nadie me reconoció, además cambié mi nombre por Fernando, cuando el título de bachiller y así he seguido durante la carrera de medicina. De las personas que conocía, el maestro murió alcoholizado y quedaba la mujer, que llevaba el dormitorio de las niñas y que ahora era la gobernanta del cottolengo.
Mi padre, el cura, era el obispo de Plasencia y decidí que sería el próximo.                   En este momento de mi recuero, me levanto de la piedra y me dirijo hacia el despacho. Tengo que preparar todo muy bien, no debo dejar cabos sueltos. El destino me da la oportunidad de vengarme.
Pienso : Franco viene dentro de un año, tengo que terminar antes. Mañana empiezo la cacería. Me voy a Plasencia.
Alquilo una habitación en la plaza, desde donde veo por la ventana al Mayorga, dando las campanadas del ayuntamiento. Salgo en busca del obispo y me dirijo hacia la casa de enfrente de la catedral, la del Dean y espero pacientemente su salida.

 Al anochecer sale sólo y se dirige hacia la calle del Sol. Entra en un portal y cierra detrás de él. Al rato, una mujer llama con los nudillos y se abre un poco la puerta y entra. A las dos horas, la joven sale y desaparece rápida por una bocacalle. Corro, golpeo y abre diciendo “Que pasa, que quieres ahora”, meto la pierna y empujo fuerte, le golpeo y cae desvanecido.
Cuando despierta, está atado en la cama y desnudo, la boca amordazada y los ojos desorbitados, moviendo la cabeza de un lado a otro. Me acerco a su cara y le digo” papá, he venido a devolverte algo tuyo”. Y sacando el duro de plata de Alfonso XIII se lo coloco en el pecho. Cojo mi estuche de cirujano y de él el bisturí y agarrando los genitales con la mano izquierda los corto de un tajo, bueno de dos y se los pongo encima. Sangra mucho, intenta chillar pero va perdiendo la fuerza mientras yo le miro desde cerca. Adiós papá.
A la semana llega la noticia al Cottolengo y yo estoy pensando ya en la gobernanta, mi próxima víctima. Entonces  llegan tres hermanas Servidoras de Jesús y entre ellas, mi Josefita, humilde y sin levantar la mirada del suelo. No me reconoce y yo no digo nada para que nadie sospeche.
Doy la orden de que quiero entrevistarme por separado y en mi despacho, con el nuevo personal. Cuando recibo a sor Josefa, la tranquilizo y le digo quién soy. Entonces, se abraza a mí y se echa a llorar. Entre hipidos me cuenta sus desgracias. Tardó en recuperarse de la hemorragia, después la llevaron a un convento y no la dijeron nada de mí  y durante todos estos años ha pensado en nosotros.
Le convenzo para huir a Portugal y lo preparo todo. Consigo el máximo dinero y un día con la excusa de ir a la alquería de El Gasco, nos escapamos sin volver la vista, sin sentir ningún remordimiento y pensando que el futuro empieza para nosotros.
Las injusticias de los hombres, producen monstruos.


sábado, 20 de agosto de 2011

I CONCURSO DETALLES LITERARIOS HOTEL VICTORIA. ARNEDO

¿SOY MORO O SOY CRISTIANO?.
Corre el año de 923 y Mohamed, nieto de Muza II está sentado en la torre de la Alcazaba mirando  la ladera que baja hacia el río Cidacos. De pronto, Ibn Hasín llega corriendo con un objeto en la mano,  -“Señor, señor”-. Habla, dice Mohamed.  -“Hemos encontrado entre los escombros de la albarrana destruida este exvoto romano con forma de alpargata, de un tal Titullus, hijo de Vianus de los Calaédicos 
 - “Calla y fuera de aquí”. ¡Con la que está cayendo!-. -Ahí fuera está el Sancho Garcés I de los cojones, que ¡mira que es pesado el tío!”-. Observa por encima de la almena y lo ve a la puerta de su tienda. –“Mírale, con su mujer Toda Aznarez y sus hijas,  Lupa, Sancha, Oneca, Urraca, Belasquita  y Muña,  de excursión. ¡No puedo con él y su parafernalia!”-.
Mientras, en el poblado, en el taller de zapatos, Idrisí  e Ibn Hasín charlan a la puerta sentados en un banco de piedra adosado al muro de adobe encalado.
-“Alá es grande, Mahoma es su profeta y Jabir al-Hayyan, el alquimista, descubrió la destilación” en el 800”-. Dice Idrisí mientras se echa al coleto una porción generosa de ese vinillo que cosecha su suegro. Ibn Hasín comenta: “estoy harto, ya no sé si soy moro o cristiano. Estos gobernantes se deberían poner de acuerdo y repartirse los territorios y no estar cada dos por tres en manos de uno u otro. Llevamos 15 años de cambios, no creo que vuelva a pasar esto en España  en los siglos venideros” Esto lo dice con una jarra de vino en una mano y en la otra un fardelejo que le prepara su mujer.
Cantan a gritos “ragab”, siguen bebiendo, cuando de repente empiezan a oír los golpes de la piedra de las catapultas sobre los paños de la muralla.
Se levantan y abrazados y tarareando la canción de moda “habibi ya nour” se dirigen a casa de Idrisí, donde su mujer en babuchas, con el rodillo de amasar en una mano y en la otra una arrahia (zapato de mujer) los pone pies en polvorosa. Mientras caminan piensan que en Arnedo ni el vino, ni los zapatos faltarán nunca.
Sentados en el suelo y a medio camino entre los contrincantes, con la cántara a medias, deciden esperar a que uno de ellos consiga la “VICTORIA”

I CONCURSO DETALLES LITERARIOS HOTEL VICTORIA. ARNEDO.

LA VIDA DE TITULLUS, HIJO DE VIANUS  DE LOS CALAÉDICOS.

En Arenerum, en el siglo II de nuestra era, vivía Titullus, un esclavo peregrinus que no tenía la ciudadanía romana todavía. Era amigo de juegos  de Gaius Antonius que si la tenía y además los dos trabajaban el calzado para el poblado.
Era un buen lugar, estaba situado  en el cruce de la calzada que unía Calagurris con Numancia y la de Contrebia Leukade con Varea. Con cierta frecuencia, pasaban las legiones romanas, que gracias al empedrado, al barro y a la velocidad que llevaban, nos daban un trabajo enorme para la reparación de los campagus de los legionarios.

Por las tardes, cuando el sol se ponía, se sentaban en el scamun adosado al muro del taller que era un banco de piedra bastante cómodo. Sacaban una cántara de vino de la zona y en unos cubiletes de madera se servían unas porciones generosas de este preciado líquido que levantaba pasiones allá en Roma. Comentaban el dicho romano en boga de “Sin Baco ni Ceres, Venus tiene frío” y se reían. “Gaius, cuando nuestros huesos se conviertan en polvo, ¿ quedará alguien aquí que siga nuestra obra o morirá con nosotros?”.
Ya por la noche, abrazados y cantando “o sole mío”, se levantaban y se iban hacia sus casas, llegaban primero a la de Titullus pero no conseguían llegar a traspasar la puerta pues la mujer empezaba a lanzarles todos los zapatos que tenía en el zaguán, sycyonium, calceus, muleus, phaecasium, calceti, soleas, caligas, crépidas, baxeas, sandalium, carbatinas, chinelas, sclponeae, campagus y coturnos.
Gaius sangraba por la cabeza, pues el coturno que le dio era de  madera. Entonces  se dirigieron al acuartelamiento de la legión que estaba en el cerro, pues sabían que allí había físicos que le podían curar.

Mientras subían la cuesta y tarareaban “arrivederci Roma”, divisaron la entrada del campamento.  Ponía en un cartel “Legio VI  VICTRIX” y deseaban, que más allá del siglo XXI, en esta zona, siguieran con la tradición del calzado y de las vides.

CERTAMEN DE RELATO CORTO LOS JARDINES SECRETOS 4ª cuento

(242) PUTREFACCIÓN, de Epífisis

Camino entre la niebla que apenas me deja ver nada, pero sí siento ese olor hediondo que podría producirlo un cadáver y que penetra en mis fosas nasales y me llega a través de los bulbos olfatorios a los centros más primitivos del cerebro donde se estimulan las emociones y memorias, es decir las estructuras límbicas.
Este efecto es inmediato y los centros cerebrales de la neocorteza, me trae recuerdos de aquel jardín secreto, al lado del río, de mi amigo de juegos y del cuerpo de aquel gato que se cruzó en nuestro camino.

Era otoño y del suelo subía como un humus desde las hojas y flores marchitas, los árboles, desnudos y como esqueletos tendiendo sus brazos para apresarnos.
El miedo atenazando nuestras entrañas, pero la hombría de nuestros diez años, producía una valentía que nos obligaba a escarbar, golpear y zarandear el cadáver del felino con un palo y provocar que una nube de grandes moscas y moscones de un color verde brillante, levantaran el vuelo y lentamente vinieran a por nosotros.
Salimos corriendo y cuando creía que estaba a salvo, una mano me asió el tobillo y caí, era una raíz.
No volví.

jueves, 18 de agosto de 2011

PRIMER CERTAMEN RELATOSBREVÍSIMOSMIMOSAS:COM---2º microrelato

Patios

Publicado el
Tenía dudas sobre el significado de patio de manzana y me dije, voy a consultar, JA, JA y JA. 3.280.000 de resultados en Google.
 En inglés “block courtyard”, que también es patio de cárcel. El cátedro Sabaté se enfada con el plan Cerdá.
¿Es un patio interior, un cortile, un shan, un ziyada, un patio de luces, un atrio, un caravanserai, un patio de colegio, un patio inglés, un atrio, un patio de salida, un patio de claustro, un riwaq, una logia o un patio cordobés?.
 ¿Tiene manzanas o qué?. Si el hotel es de Mandarin Oriental, ¿será siheyuan?
 Necesito saberlo, tienen dos días únicamente para que lo pueda comprobar.
 Gracias de antemano.
Epífisis

martes, 9 de agosto de 2011

PRIMER CERTAMEN RELATOSBREVISIMOSMIMOSAS.COM

Mi 1ª novia

La hija de la portera de mi patio de infancia, se llamaba Luz y era como la mimosa púdica, al mínimo toque se retraía sobre sí misma. Permanece plegada por la noche. Sensible a las heladas.

Requiere tutores para su desarrollo. Si fumas hazlo lejos de ella, es muy sensible al humo. Y es conveniente no jugar con ella, pues se cansa de tanto cerrarse y abrirse con el consiguiente gasto de energía. Es sensitiva, vergonzosa y dormilona. La tuve que dejar, pues el último día se acercó a mí, dijo DON’T-TOUCH-ME.
Epífisis

Micro relato al concurso de la FNAC

¡ QUE VENGAN !


 
Las campanas de la iglesia empezaron a tocar a rebato y los aldeanos empezaron a acudir a la plaza, unos con el camisón de dormir, otros con jubones, otros semidesnudos, pero todos con algo en las manos, la hoz, un garrote, un cuchillo, una soga, alicates, azadas, barretones, escardillas, palas, picos, guadañas, hachas, rastrillos, tijeras, zoquetas y zuelas.
Dice el alcalde: Ha caído algo en el prado de Eulogio y le ha matado las dos vacas y el gorrino de la matanza de este año, se va a enterar el forastero.Los vamos a tirar al pilón y luego los emplumamos y los tiramos de la torre. FIESTA. ¡ VAMOS !
#~~%   #@*   ¿*^^>#?  ¿ @#Ǩ¨^`>?     ¡CO^n~O !
FLOP... FLOP.... FLOP.... FLOP...... FLop..  Flop...  flop..... .... ..... ............

viernes, 5 de agosto de 2011

RELATO AL CERTÁMEN LOS JARDINES SECRETOS 2011

(143) LOCURA, de Epífisis

Desde el frenopático estoy escribiendo con la boca, pues la camisa de fuerza me impide hacerlo con la mano. Os cuento.
Vi “ concurso jardines secretos”, me meto en google y 2.720.000 entradas y como soy un perfeccionista, dije de una en una. Me voy a informar bien.
Según Wikipedia no es jardín sino huerto de flor.
Me he leído el libro de El jardín secreto de Frances Hodgson.
Me he visto la película.
Tarta en Madrid en la calle San Bernardino.
Un día en el Hotel de Santander.
Un blog de sadomasoquismo.
Una exposición de pintura al temple de Juan Correa “Jardín Secreto”.
Me compré un cojín decorado por Cecilia Moreno.
Visité el garden secret de Ecodaisy en Francia.
Lo que me ha traído aquí ha sido la entrada 69, dice crema Jardín Secreto de Shunga y organicé una reunión de tuppersex en casa.
Soy hombre o por lo menos lo era, y se presentaron seis mujeres, una con una maleta roja. La situación se fue calentando y al llegar a la crema, nos embadurnamos. Yo tuve una reacción alérgica y como me querían coger, salí a la calle como estaba y me trincó la policía local.

martes, 2 de agosto de 2011

RELATO CORTO LOS JARDINES SECRETOS (PRESENTADO EL 1-8-2011 )

(114) MILAGRO, de Epífisis

Estaba desahuciado desde hace varios años, cuando me hablaron de un lugar en España especial, los Jardines Secretos de Isla de Pedrosa en Cantabria. Hacia allí me encaminé con toda la ilusión.
Solo con ver, oler, sentir y tocar noté cierta mejoría, pero el efecto del Eucalipto en mis vías respiratorias y en la diabetes y el del árbol del Plátano de sombra que es diurético, emético y laxante, hizo que corriera hacia los demás jardines buscando curación.
La Encina me curó una espinilla de la nariz, el Tamarindo me quitó la febrícula, el sirope de arce con su potasio me ayudó al corazón, con su zinc las defensas, con su calcio los huesos. Yo notaba que iba más ligero, de hecho, adelanté a un adolescente y al pasar por el árbol de la seda, noté que iba perdiendo las lombrices por la patera del pantalón. En el jardín de Rosas me perfumé, también con el cantueso.
El árbol de Júpiter me ayudó con las aftas y estomatitis que me producían la dentadura postiza.
Al llegar al jardín del Romero iba como patinando y me di cuenta que era el efecto laxante de varios de los árboles. Ingresé en Valdecilla.

sábado, 30 de julio de 2011

MALDITO QUIJOTE

MALDITO  QUIJOTE

 


“En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho tiempo que vivía un hidalgo de los de lanza en astillero, adarga antigua, rocín flaco y galgo corredor.” ¿Qué es eso?, ¡Que asco, un bicho encima de “olla”  y ¡se mueve!, ¡huye!, ¿que te crees tú?, ¡toma  pulgar!. ¡Menuda mancha!, ¡como ha quedado “olla”!, ¡parece otra cosa!, ¡tendré que raspar!.

 
¡Qué  majo internet!, pongo “bichejos en los libros” a ver si tengo suerte..  y ¡hala! 9.160.544 entradas en 0.09 segundos. Hoy tampoco me da tiempo a leer el Quijote.
A quien interese: se llaman pececillos de plata o Lepisma Saccharina (como el natreen , je,  je), son insectos tisanuros de la familia Lepismatidae, ¡toma ya!, tienen fototaxia negativa, por eso quería escaparse. Su vida sexual es curiosa, no copulan (como algunos), al vivir en oscuridad y en diferentes páginas el macho deja el espermatoforo pegado en algún párrafo (como algunos) y atraen con engaños a la hembra para que se preñe (como algunos). Según estoy leyendo me he dado cuenta que su vida sexual no es tan curiosa, es parecida a la humana.

 
Además tienen un depredador natural : La tijereta (Forficula auricularia). Me imagino a mí, llevando a la lepis de turno hacia la G con flores y bombones y que aparezca la “manostijeras” y se me corta el rollo,  fijo.
Hay foro, miles de personas. Unos,  que cómo se matan y con qué. Otros,  que salvar los lepismas. Guerra entre insectófobos e insectófilos. No sé cómo he podido vivir ajeno a  lo que se está desarrollando en el mundo. Ahora además, veo el libro de otra forma, me da un poco de miedo, es como un Universo en pequeño y, ¿quién soy yo para interferir en el destino de todos ellos?. ¡Que se fastidien y que les den!.
He vuelto a dejar el Quijote en el mueble y  no creo que lo intente nunca más.

 Tengo ya 59 años. La primera vez estaba en el colegio, conseguí llegar al capítulo IV, cuando sale Don Quijote de la “Venta” , me di cuenta de que hablaban  raro y de que no me enteraba de nada. Por ello, decidí preguntar a mis padres y hermanas las cosas importantes del libro. Era un tipo muy viajero y chulo que se metía en donde no debía, tuvo un asunto con la Celestina (mi padre me dijo que cuando fuera mayor me lo contaría), otro follón en Fuenteovejuna y una pelea con Tartarín de Tarascon, en fin, suspendí.

 
En mi adolescencia tardía (sobre los 25 años), conocí a una joven de Torres de Berrellén, muy ilustrada y además con los senos turgentes. Me contó, que su pueblo sale en el Quijote y por este motivo decidí intentar leerlo otra vez. Puse mucho empeño, pero no sé si sería por mis hormonas revueltas o qué, que si leía que estaban en la trilla, acababa en la paja. Me parecía un libro erótico y todas las conversaciones entre los personajes iban a lo mismo. Cuando Don Quijote dice “ni soy de mármol, ni soy de bronce, ni ahora son las diez del día sino de noche”, me imaginaba  a Doña Rodríguez (criada de la Duquesa) insinuándose al lado de mi lecho,  y lo he hecho. Tuve que dejarlo, porque se convirtió en fijación y tenía que llevar el libro cuando iba a la cama con alguien (ahora sé que actuaba como el lepisma saccharina macho).
En la cuarentena, lo intenté otra vez. Lo llevaba encauzado,  pero un día al levantarme del inodoro se me cayó dentro. Lo recuperé y conseguí que quedara bastante decente. Pero,  entre esperar al secado y a que perdiera cierto olor a podrido, se me olvidó en el estante (ahora también sé, por qué la flora y la fauna de este libro es tan abundante). 
En el foro de internautas hay medidas para hacer desaparecer estos animalitos, desde pesticidas, hasta ecologistas que recomiendan poner al lado una patata (parece que gusta mucho a los lepismas) ,para que se introduzcan en el interior y luego hacer con ella lo que quieras.
Esto me parece actuar como Dios y yo no quiero cambiarles el ecosistema. Bastante tienen con su vida tan complicada y encima no copular (como algunos).

 Así es que he decidido coger el libro con guantes y salir a la calle, dirigirme a la plaza de España y sentarme en un banco debajo de las estatuas de Don Quijote y Sancho Panza, dejarlo y salir por patas  y a quien Dios se lo dé San Pedro se lo bendiga.