miércoles, 9 de mayo de 2012

I CONCURSO DE RELATO EXPRESS " PALABRAS DESDE UN POZO " - MUSEO SEFARDÍ - 2012 - BROCAL

                                                                        BROCAL  


Brocal árabe, Toledo. Volví a leer la tarjeta y me pregunté que qué hacía este brocal en el Victoria & Albert Museum de Londres. No había nadie en la sala y no me pude aguantar el posar mis manos en el borde, afuera llovía con intensidad y sería el ruido del agua o el recuerdo de las humedades del pozo que sentí en mi subconsciente las vivencias de la época musulmana, judía y cristiana que tuvo durante los siglos XII y XIII. La leyenda del pozo amargo con la judía Raquel y el cristiano Fernando.

O aquella vez que el Rabbí Abraham Ben Meir Ibn Ezra (אברהם אבן עזרא or ראב"ע), se acercó al brocal y pidió a una mujer con velo un poco de agua. Poeta insigne que frecuentó los baños judíos rituales y donde leía sus escritos, algunos homoeróticos.
Toledo, en septiembre de 1170, del año de 560 de la hégira y del año 4930 de los judíos, era un crisol de culturas donde se fundían la sinergia multicultural de las tres religiones, donde se podían encontrar en los baños públicos y donde cada uno expresaba su pensamiento, mientras las hetairas o coperos servían los vinos que la tierra les daba.

Me asomé al interior del brocal y los sonidos reverberaban por las paredes y me llegaron con claridad las leyendas de Gustavo Adolfo Bécquer sobre Toledo, el beso, la ajorca de oro, la arquitectura árabe y algunas más.
Fue al volver a España, cuando me documenté sobre el brocal del pozo que había dejado en Londres y me quedé estupefacto al encontrar un dibujo de Valeriano Bécquer de 1856 en el que está situado al lado de un laurel,  junto a una joven y con un texto de su hermano Gustavo.
Este brocal estuvo situado en el jardín de una casa del callejón de San Ildefonso, que habitaron los hermanos Bécquer, junto a la amante toledana , que está dibujada, Alejandra González Esteban de Gustavo.
¿Cuántas obras de arte español están diseminadas por el mundo?
Tres libras esterlinas pagaron por este brocal.
Si vais por el museo londinense acercaros al brocal, poner vuestras manos en el borde y escuchar y oiréis los lamentos de nuestra historia y de la de Toledo.

martes, 8 de mayo de 2012

CERTAMEN INTERNACIONAL DE CUENTO BARCAROLA

                                                                      BARCAROLA

Todos los días, Giovanni sale de su casa en la calle Traghetto y se dirige hacia el canal donde tiene amarrada su góndola, mientras el tañido de  la campana llamada “marangona” del Campanile llena las estrechas calles empedradas del casco viejo.


Suena al inicio y al final de la jornada laboral y toda Venecia se rige con las diferentes campanas.
La miseria invade la ciudad de los canales, la basura se acumula en las calles, en el agua y las ratas, grandes como gatos se han adueñado de la otrora ciudad más poderosa del Mediterráneo.
Venessianos  de todas las edades, viejos y niños deambulan por las callejas y las orillas de los canales buscando algo que llevarse a la boca, las enfermedades, plagas y peleas llenan de cadáveres el agua, cerrando el ciclo de muerte que envuelve la ciudad.

Giovanni no se queja, tiene la góndola de su padre y aunque está solo en la vida y el trabajo de transportar  a los vecinos de un lado a otro de los canales escasea,  no le falta techo y comida.
Estamos en 1760 y las grandes potencias europeas, España a la cabeza, presiona a Clemente XIII  para que expulse a los jesuitas. Amenazan con invadir Venecia y de hecho han conquistado terrenos propios del Papa.
Tiene su góndola en los bajos de una casucha en un canal pequeñito y todos los días antes de salir la pule con un paño, hasta que se puede mirar en el color negro lacado de la superficie. Es negra porque tiene que recordar la peste que azotó Venecia en 1562.
Con un poco de grasa también le da al contrafuerte de la proa  para que brille.

La forcola de madera de nogal es estilizada y sinuosa con diferentes recovecos por donde se desliza el remo para las diferentes maniobras de la navegación y se sitúa en la popa.
Recuerda a Jacopo, su padre, cuando trajo a casa el cuarto de tronco de nogal, lo contento que venía, lo colocó en medio de la habitación que servía de dormitorio y de cocina y le dijo, revolviéndole el pelo, este será el sardinel de nuestra góndola.
Durante dos años estuvo desbastando con el cincel y con la gubia, dando una forma a la madera que cuando yo lo veía, parecía que estuviera acariciando a una mujer.
Coloca los cojines en la cabina, abre el portón y ayudándose en las paredes comienza a salir agachándose para no darse. El día está muy frío, hay una niebla que no deja ver a veinte metros, las miles de góndolas que pululan por los canales provocarán accidentes, que muchas veces se cobran vidas, pues el agua está helada y el pueblo no sabe nadar.

Mientras avanza lentamente, observa el contorno asimétrico de la embarcación, para facilitar la propulsión con un solo remo y como el remache de proa cabecea y sirve como contrapeso a su cuerpo.
Los diferentes puntos de apoyo al remo en la forcola le permite un remado lento o avance o giro o freno y también para ciar.
Al salir al canalizzo o gran canal gira hacia la derecha y tiene que usar su musculatura para avanzar entre el oleaje y a pesar del frío empieza a sudar debajo de sus ropajes, debe de llegar cuanto antes a su zona, los alrededores del ponte Rialto.

Se escora a la izquierda para cruzar el ponte dell’Accademia y prosigue a duras penas, sorteando el oleaje y las otras embarcaciones que amenazan chocar con él.
Está a punto de ser abordado por una gran barcaza del Dogo de Venecia, su excelencia, Don Francesco Loredan y tiene que pararse en el muelle de la casa de San Barnabá.
Oye risas y mira hacia lo alto del palacio de mármol y ve a una joven de pelo rizado, con ropajes de ricas telas y brocados, que junto a unas criadas están asomadas a la balconada y hacen muecas y aspavientos.
Giovanni queda prendado de la doncella y avergonzado con la maniobra que ha hecho, acelera con el remo y mientras se aleja sigue oyendo las risas del grupo.

Por su parte Francesca desde el balcón lo ve alejarse y se queda pensando en lo guapo que es el gondolero y en lo fuerte que parece.
Al llegar al ponte de Rialto, amarra en su parada a la espera de clientes y en el muelle están los otros gondoleros, entre ellos, su amigo Nicoló al que le cuenta su aventura con el Dogo y con la dama de ca’San Barnabá.
Nicoló le dice que si es joven y con rizos es Francesca de 16 años e hija de un banquero muy rico de la familia de los Rezzónicos que son los que han comprado ese palacio y que su tío es el  Papa Clemente XIII.
“Menudas fiestas hicieron hace dos años, cuando nombraron Papa a Carlo Rezzónico, que era obispo de Padua”, comenta Nicoló.
Todos los días y a la misma hora Giovanni pasaba por debajo de la balconada, miraba hacia arriba y casi siempre y si el tiempo se lo permitía, estaba ella. Ya no se reía, le saludaba y su cara le transmitía algo, que él quería que fuera amor.
Durante este tiempo era feliz y se levantaba con una energía y con la esperanza de volver a verla. Cantaba muy bien, por lo menos eso decían los pasajeros que transportaba de una orilla a otra.

Estaba de moda en 1760 un tipo de canción popular de los gondoleros que cantaban mientras remaban, que se llamaba “Barcarola”. Suelen ser canciones románticas con un ritmo que recuerda al remar del gondolero, casi siempre un tempo moderato en compás de 6/8 y que si se presta  atención, se escucha el ruido del  remo en el agua.
Giovanni dedicó una barcarola a su amada y estaba todo el día cantándola, ya en casa como en la góndola.
El primer día que se la cantó, un sol que reverberaba en las aguas y en el pelo de ella, hizo que posicionando el remo en la forcola en la posición de lento, iniciara su cántico mirándola a los ojos:

                              Francesca, la tua risata e la tua rizzi
              Leri ho prujeron dolore
              Oggi, quando passo dal canalizzo
              Solo sente un gran amore”.
Al pasar y volverse, su amada le tiró un beso con la mano.
Su amigo Nicoló le decía que su amor era imposible, que era rica, que era un capricho, pero él decía que no, que era correspondido.
Un día brumoso de enero de 1761, al acercarse al pontón del palacio, la vio, estaba al pie de la escalerilla sola y haciendo gestos con la mano enguantada.
Se acercó y le pidió que la llevara a la iglesia de San Francesco della Vigna. Se sentó en la cabina  frente a él y dijo, canta por favor.

Cantó como nunca y unas lágrimas rodaron por su cara mientras ciaba. Se presentaron, hablaron de sus familias, de sus sentimientos y de que su tío el Papa no consentiría esta relación.
Bogó hacia un canal estrecho que él conocía, sin salida, los muros casi se tocaban en lo alto y carecían de ventanucos y amarró la góndola en un poste y se sentó con ella en la cabina. Se dieron la mano, se dijeron cosas al oído, ella percibió el olor a mar de él  y él a su vez su perfume de rosas. Se besaron y quedaron para otros días, siempre de la misma forma.
Nicoló, le decía que estaba loco, que qué tenía esa joven para querer destruir su futuro y que estaba perdiendo el tiempo.

Francesca, un día lo introdujo en el palacio y le enseñó el salón de baile que ocupaba toda la fachada y que tenía pintado en el techo “la alegoría nupcial” de Tiépolo. El asombro no le dejaba decir nada y salió acordándose de las palabras de su amigo.

El Martes de Carnaval quedaron en la piazza de San Marcos, después de la fiesta de las Marías y ella acudió con sus criadas con una máscara blanca con plumas, la maschera nobile.

Se le acercó un Pulcinella o Polichinela, todo de blanco, con un gorro puntiagudo, una máscara con nariz prominente y un garrote. Con voz nasal y acercándose a su oído la dijo –“Francesca, soy Giovanni, vamos a una casa que conozco, que tienen baile y lo pasaremos bien”.
Dejó a sus criadas, quedando en una hora y se adentraron en las callejas estrechas, cruzándose con cientos de máscaras y ropajes de seda negro. Entraron por un portón todo desconchado y nada más pasar, el polichinela cerró la puerta con llave.

La habitación estaba débilmente iluminada con velas y no había nadie. Francesca se asustó y él comenzó a manosearla y a querer quitarla la ropa. Se defendió y empezó a darle golpes en el pecho y consiguió arrancarle la máscara y vio con horror que no era quien creía, Giovanni.
De un garrotazo la dejo inerme, la echó en un jergón, abusó de ella y después con el palo la destrozó la cara para que nunca le reconociera, pero ya estaba muerta cuando la tiró al canal más cercano. Nicoló se quitó el traje de polichinela manchado de sangre y lo arrojó en otro canal y se fue a su casa.

Mientras, Giovanni en la piazza daba vueltas y más vueltas, chocando con otras máscaras y preguntando una y otra vez  a las criadas que conocía, del paradero de su señora. Le dijeron que se había ido con un polichinela de la mano y que volvería en una hora.
La noche avanzaba y en la piazza ya no quedaba casi nadie, empezó a llover y una niebla subía de los canales, Giovanni se dejó caer en la pared del palacio Ducal y entonces del Campanile, el tañido de una campana pequeña ( il maléfico) hizo que estallara en sollozos, tocaban a muerto.

RELATO CONCURSO PAPERBLANKS - AZAR

                                                                                AZAR

                    El az-zahr iba subiendo, girando, a cámara lenta, mientras se veían los diferentes puntos, uno, dos ,tres, pasando por delante de los ojos, de repente se para, queda suspendido en el espacio un tiempo y empieza a caer, primero despacio y de repente cada vez  más deprisa.......
                   ¿Quién inició este juego? ¿Quién encontró este dado? ¿ Quién decidió que la que sacara, 6, entraría en estas ruinas?
                   El dado rebotó en la piedra y como si adquiriera una vitalidad que no tenía, empezó a ir de un sitio a otro hasta que cayó al suelo y quedó el 6 hacia arriba.
                   Joanna, que había elegido ese número, entre risas y empujones entró por la puerta de esas ruinas, que entre las brumas del valle, despedían un olor a humedad y a vegetales en descomposición, que producía un cierto desasosiego.
                   Las otras cinco amigas, jugando y persiguiéndose entre los matorrales, no se dieron cuenta que el tiempo pasaba. Decidieron volver a tirar el dado repartiendo otra vez los números, salió otra vez el 6.
                   Jeftzibá , que ahora estaba contenta porque había elegido su número preferido y que hacía favor a su nombre, que en su idioma significa”mi deleite está en mí”, corrió hacia la entrada y desapareció en la oscuridad.
                  El  día transcurría y en las ruinas no se oía nada, decidieron sortear otra vez, el dado en el aire y al caer empezó a rebotar, menos mal que  Jezabel aproximando las manos lo frenó y salió 6.
                
  Jemima, ya no tan contenta, se aproximó a la puerta desvencijada y asomán-
dose  gritó y gritó sin obtener respuesta. Decidida, empezó a caminar hasta ir desapare-
ciendo en la oscuridad. Su nombre “paloma” la daría alas para ir a salvar a sus amigas de juegos.
                   Otra vez, el tiempo pasa y no sabemos nada de las que han entrado. Sortean de nuevo y el az-zahr repiquetea en el suelo, sale el 6. Jezabel, te toca a ti.
                   Javilá y Judith, se enfadan porque es su amiga la que tiene que ir, si tu pre-
tendiente es el rey Acab de Israel lo sentimos, pero hoy tu deber, es entrar en las ruinas
y ver lo que ha pasado con nuestras compañeras.
                  Jezabel se sienta en el suelo, se abraza las piernas y no contesta a sus amigas, las cuales en vista de ello deciden penetrar juntas y despacio, con miedo y  llamándolas a voz en cuello, desaparecen en la oscuridad. De repente, un movimiento de tierras y del follaje y desaparecen las ruinas entre un estruendo impresionante.
                 Jezabel, se levanta, saca de entre su túnica una cajita e introduce en ella con sumo cuidado el az-zahr, envolviéndolo con el terciopelo que le dió la guardiana  Tanit, embajadora del Dios Baal-Hammon. Ahora ya, libre de mis damas protectoras, podrá casarse con Acab rey de Israel  y cambiar el curso de la historia.
                 Caminando por el valle en sombras, las oscuras presencias se separan a su paso y la protejen y a la salida, una piedra grabada ,en el suelo, cubierta de hojarasca pone azahar. El primer significado de la palabra azahar fue flor y luego suerte y de ahí fue derivando az-zahr hasta azar por un lado y por otro azahar, palabras preciosas.
                Joanna, Jeftzibá, Jemima, Javilá y Judith no tuvieron suerte y encontraron la muerte donde esperaban juego. No siempre acertar es lo mejor.
                 En los juegos de dados el azar es el que tiene los puntos que hace perder el juego. Puede ser la fortuna y también la desgracia. Como en todo.

lunes, 7 de mayo de 2012

I CONCURSO INTERNACIONAL DE RELATOS BREVES "SONRISA DE QUEVEDO " SOBRE HUMOR EN LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA - ESPAÑA - 2012 - EROTIC MASSAGE GEL

                                                       EROTIC MASSAGE GEL”.




Cuando me llamó mi jefe de la Consejería de Economía y Consumo de la Comunidad de Madrid, no pensé que el encargo de testar el gel me lo fuera a encargar a mí.
Aduje mis 60 años, mis achaques y que me quedaba muy poco para jubilarme, pero no hubo manera. Conseguí de todas maneras que los resultados no se los entregara a la vuelta del fin de semana y me dio un mes, pues además eran tres tipos diferentes de geles y eso requeriría mayor dedicación y esfuerzo.
Hay que recortar gastos, pero esto me parece un poco exagerado.

Me entregó una bolsa grande con tres kits, uno de fresa con champaña, otro de fruta exótica y otro de melón y mango.
En la bolsa por fuera ponía “el conejo feliz”, con un dibujillo engañoso y la gente en el metro me miraba y cuchicheaban, algunos intentaban asomarse al interior para curiosear.
Al salir del metro y encaminarme hacia casa iba pensando como abordar a mi parienta e intentar explicarla lo que teníamos que probar. No se lo va a creer y encima me va a llamar guarro.
Según entré, me dirigí a la mesa camilla, vacié la bolsa y me senté en el orejero a la espera, oí un “hola cariño” y yo no dije nada.
Vino desde la cocina, cogió una caja, me miró y se sentó enfrente. Daba vueltas a la caja en el sentido de las agujas del reloj y a la inversa y otra vez y otra.

Se lo conté tres veces y no se lo podía creer. Cuando la dije que me iban a pagar horas extras cambió un poco la expresión pero no mucho.
No la entendí algo que dijo sobre Esperanza pero tampoco pregunté y entonces cogió el calendario de los que escriben con el pié y me dijo que este fin de semana no teníamos a la nietecilla y que el hijo que vive en casa, estudiante de Derecho, iba a esquiar.
Ya teníamos fecha, noté un pálpito y menos mal que tenía puesta la falda de la camilla por encima, pues algo se notaba.
Decidimos hacerlo primero con la caja de melón y mango, el día, el viernes cuando se fuera nuestro hijo y guardamos todo debajo de la cama.
Esa semana se me hizo larga, cuando me cruzaba con mi mujer por el pasillo nos tocábamos y nos reíamos y en el trabajo el jefe me preguntaba todos los días que qué tal, que si ya lo habíamos hecho.
Llegó el día y le llevé un ramo de flores y unos bombones, mi hijo se fue desde el trabajo y nos quedamos solos en la casa, cerramos la puerta y pusimos una silla en el pomo.

Abrimos la caja y dentro había un sobre como con una solución espesa y una especie de sábana impermeable grande de 160 cm x 228 cm que como luego leímos teníamos que colocar encima de la cama.
Pusimos a calentar agua en la olla, pues con el sobre al diluirlo había que hacer cuatro litros de gel con el que luego nos embadurnaríamos y nos echaríamos encima de la sábana.
Mientras mi mujer daba vueltas con la cuchara de madera, yo por detrás me arrimaba y ella hacía como que me huía, pero yo creo que la gustaba.
Cuando la consistencia parecía la adecuada y entre los dos la llevábamos hacia el dormitorio, entonces tropecé con la alfombra y cayó todo a lo largo del pasillo, nos costó cinco toallas y seis paquetes de papel de cocina absorber todo el gel.
Metidos en harina y con la curiosidad en un punto álgido y no me refiero a lo mío, abrimos la caja de fresa y champaña y con más cuidado hicimos todo el proceso otra vez y lo llevamos al dormitorio.

Pusimos la sábana por encima y nos desnudamos, nos echamos y la sensación era que se nos iban a quedar las letras del ahorramás en el culo pegadas.
Cogí la olla y la volqué sobre los dos, el gel estaba un poco caliente y nos empezamos a restregar y embadurnar con ganas.
La sensación era agradable y entre unas cosas y otras empezamos a animarnos e intentar algunas posturas que teníamos casi olvidadas, con tanto magreo y toqueteo parecíamos estar en un tobogán e íbamos de un borde de la cama al otro, consiguiendo a duras penas mantenernos encima.

Mientras nos agarrábamos para no caernos recordaba lo que ponía el prospecto, experiencia sensual y placentera, completa ingravidez, sin esfuerzo y movimientos deslizantes.
Veía la cara de terror de mi mujer, yo conseguí meter la uña del dedo gordo en la sábana y frené mi caída, pero ella se agarró a donde no debía y me la dobló, pero no logró parar y se empotró con la tele de plasma que cayó con estrépito, su dentadura partida rebotó y fue al orinal.
Mi grito no fue humano y al mirar hacia mi cosita vi como crecía hasta parecer una berenjena, mientras por el roto de la sábana se extendía el gel por toda la habitación y desaparecía por el pasillo.

Mi mujer se subió a la cama, me abrazó y nos echamos a llorar y en ese momento oímos un ruido fuerte de la puerta, pasos apresurados por el pasillo y un “papá, mamá, no hay nieve”.

domingo, 6 de mayo de 2012

I CONCURSO DE RELATOS CEREZA DEL JERTE - ESPAÑA - 2012 - HANAMI

                                                                         HANAMI


Siempre he sido un amante de la tradición japonesa, pero observar la belleza de las flores de los cerezos sin más, Hanami, es decir, sin esperar que esa floración de lugar a unas buenas picotas es como un jardín sin flores, como el sexo sin amor o el amor sin sexo.

A mí me gusta el cerezo en flor, pero estoy deseando  poder comer esas picotas crujientes y carnosas.
Los japoneses acuden en masa a parques y jardines realizando un picnic con la familia o con la empresa a contemplar sus flores (Sakura ), de Okinawa a la isla de Hokkaidõ.

Nosotros también acudimos al valle del Jerte para ver los cerezos en flor, pero no con la empresa, sí con la familia, y a comer en tantos y tantos sitios desde el Torno hasta Plasencia, mi lugar de nacimiento. Para no olvidar los atascos, a los que venimos de Madrid nos encanta el puente de Cabezuela.

El pronóstico de florecimiento el sakurazensen, en España es el boca a boca, todos sabemos el día exacto.
En las variedades ornamentales, los estambres están cambiados por pétalos adicionales, así que no dan frutos, están locos estos japoneses, que les den.


sábado, 5 de mayo de 2012

CONCURSO RELATO ERÓTICO 2012 - RETALES LITERARIOS - PRIAPISMO

                                                                                   PRIAPISMO



Señor Juez, escribo esta carta para exonerar a cualquiera de mi muerte, pues estoy en plenas facultades tanto físicas como mentales y soy el único responsable, bueno el único no, la culpa la tiene también la erección permanente que tengo desde hace quince días y que no me deja descansar.
Estoy casado desde hace 50 años con la misma mujer y nunca he mirado a otra.

Todo empezó hace dos semanas en unos grandes almacenes, me estaba atendiendo una señorita de buen ver, cuando de repente tuve una lipotimia, caí al suelo y perdí el conocimiento.
 Noté una boca en la mía y abrí los ojos, era ella que me hacía la respiración artificial y noté una erección descomunal que yo ya no recordaba. Se levantó rauda y asustada y me di cuenta que lo que me había pasado era que se me había bajado toda la sangre al pene y se me quedó el cerebro sin oxígeno, es decir una Cipotimia.

Me llevaron al botiquín, yo disimulando y tapándome con el abrigo y el médico me dijo que estaba sufriendo un ataque de priapismo y que debía consultar con el especialista lo antes posible.
Yo en el fondo estaba orgulloso de mi erección, ya que últimamente no me pasa y decidí hacer el amor con mi mujer, en el autobús la gente me miraba con terror y se apartaban, pero a mi no me importaba.

Entré en casa, silbé y me dirigí hacia la cocina, estaba ella con su delantal cocinando una besamel, moviendo el culo, así que me coloqué detrás y me pegué a ella, dio un grito, derramó la sartén y al volverse se llevó la mano a la cara.
La conté lo que me había pasado y que teníamos que aprovecharlo, así que nos fuimos al dormitorio y encima de la colcha de ganchillo empezamos dale que te pego.
A la hora yo tenía calambres en las piernas, una irritación en el pito de tanto frotar y mi mujer también estaba irritada pero conmigo y me decía que la dejara en paz de una vez, que no tenía el coño para ruidos.
Eso no se bajaba ni a la de tres y me empezó a doler, al principio suave, pero al rato insoportable.

En el baño y ante el espejo me miraba y remiraba, me ponía de perfil y a punto estuve de hacerme una foto.
Por la noche no pude ponerme el pijama y la sábana me molestaba al rozarme y no me podía dormir a pesar de los tres orfidales que me había tomado. Casi amaneciendo fue cuando me quedé traspuesto un rato.
Por la mañana seguía igual y me molestaba todo tipo de ropa. Mi señora no quería mirarme y me rehuía.
Me embutí en la ropa más holgada que tenía y me fui a mi urólogo del seguro. Por el camino iba levantando pasiones y rechazos en igual cantidad.
Al entrar en la consulta me recibió una doctora con tres féminas aprendices y dos enfermeras, yo dije tierra trágame y sin más dejé que se deslizara el pantalón al suelo, quedándome con el pito inhiesto de frente a ellas.
Me hubiera encantado tener una cámara de fotos en ese momento para haber plasmado las seis caras  a la vez, de estupefacción y de asombro.
Se acercaron ávidas y empezaron a toquetearme, algunas al unísono. Una de ellas tomó una jeringa grande con una aguja que parecía un trocar y comentó que había que pinchar para extravasar la sangre acumulada.
Las empujé de malos modos, me subí el pantalón rápidamente y salí al pasillo y según iba corriendo los gritos aumentaban, pues con la premura la llevaba fuera.
Conseguí meterla dentro no sin dificultad, pero aunque algunos hombres me seguían a distancia, pude escapar.
Mi mujer ya no me quiere, dice que soy un sátiro y que por favor la deje en paz. Me duele mucho lo que me dice y también el pito, pero ni con hielo se me baja.

No salgo de casa para nada, la asistenta se nos ha despedido y mis hijos y nietos han dejado de visitarnos.
Lo peor ha sucedido esta mañana cuando mi mujer se ha ido a casa de su hija con una maleta y me ha dejado una nota diciendo que hasta que eso no vuelva a su ser, ella tampoco volverá.
He decidido ahorcarme pero si ya estoy como estoy, no sé que puede pasarme, pues dicen que a los que mueren así, lo hacen con una erección brutal.
Pido perdón a mi familia y a usted señor Juez y quiero que me entierren con un poco de holgura en mis partes que ya estoy harto de sufrir.

jueves, 3 de mayo de 2012

2ª EDICIÓN "ESTA NOCHE TE CUENTO" - 2012 - ....solo SEXO

                                                                   ...........solo SEXO



Cuando entré en el Niko’s Club, ya conocía de referencias esta barra americana. Me habían hablado  muy bien del local y de sus chicas.
No sabía dónde ir y no era cuestión de ir a ligar a una cafetería tomando tortitas con nata y sirope.

Me gustó la decoración y la luminosidad rojiza, me acerqué a la barra, me acodé, sentándome en un taburete y me pedí un wisky. Al momento, una joven, guapa, con rasgos orientales se me colocó entre las rodillas y con voz sensual me dijo que si la invitaba a algo, asentí y se pidió un benjamín.

A la segunda copa ya nos habíamos contado nuestros desamores y en la pista sonaba una música lenta “manda rosas a Sandra”.
 Bailamos muy pegados y durante mucho rato, con nuestras caras muy juntas. Nos besamos. Yo ya no recordaba bailar así, por lo menos desde mi época juvenil. Ella no sé, pero yo estaba muy excitado, no pensaba acabar la noche con nadie. Pero ya no podía aguantar más.

Llegamos a un acuerdo rápido, para pasar al reservado que tenían detrás del cortinaje del fondo de la pista de baile y entramos.

No hubo flores......solo SEXO.