Relato Erótico: Átame
Estaba la semana pasada de rodríguez
y siempre había oído hablar del bondage y tenía unas ganas locas de probarlo y
aprovechando mi soltería pasajera me decidí, busqué en la página de contactos
del periódico y solicité un servicio en mi domicilio de una profesional del
ramo. Por teléfono ya me encandiló, que si era muy malo, que si me iba a
castigar, que me iba a enterar de lo que vale un pene, perdón, un peine. Tuve
que sujetar el aparato con el hombro, pues no tenía manos para tantas cosas, en
fin que la cosa prometía. Comí deprisa, bueno más que comer, me tomé el menú
del rodríguez, fabada litoral grande con dos vermús y dos latas de cerveza. De
postre, restos de helados de varias clases, uno de ellos al rato, me di cuenta
que era un puré de zanahorias.
La espera se
me hizo larga y me duché para estar limpio y sería por el jabón o por la de
pasadas que me di, que me puse como un verraco y tuve que aliviarme.
Me tomé dos
whiskys cargaditos que me pusieron de buen humor y encendí el equipo con música
chill out de temas eróticos.
Sonó el
timbre, di un bote, abrí la puerta. Yo, apoyado en el quicio de la mancebía,
sonreí al acordarme de la canción.
En el
umbral, una mujer cuarentona, discreta en el vestir, con un bolso
enorme, de buen ver, que dijo llamarse, Dómina Libertad.
Intenté
darle un beso, pero me dio un cachete no muy fuerte y me hizo a un lado de
malas maneras.
Me ordenó
llevarla a un cuarto para vestirse.
Me tomé un
vaso grande de whisky sin hielo mientras se cambiaba.
Se abrió la
puerta y apareció Catwoman, botas altas de cuero de punta fina y tacón de
aguja, pantalón negro tipo malla donde se podía leer en los labios, chupa con
la cremallera a medio bajar o a medio subir, como si fuera gallega. Gorro negro
con orejas felinas, antifaz y unos labios rojos pasión que quitaban el hipo.
No tardé en
desnudarme y al acercarme un zurriagazo con el látigo en mis partes que me dejó
temblando.
Me agarró
del pito y me llevó al cuarto, me sentó en la cama y pasó la tarjeta por la
bacaladera y me puso las normas, me dijo, te voy a atar pero si quieres parar,
tienes que decir “como fruta madura”.
Me hizo
firmar un consentimiento informado con multitud de cláusulas como si me fuera a
operar a corazón abierto. Noté un pálpito en mis zonas pudendas, lo achaqué al
deseo, pero creo que fue porque me entró un poco de canguelo. Ahí, tendría que
haber desistido.
Me ató a la
cama con cordaje de seda como a San Andrés, en aspa y se subió a la cama con
sus taconazos e inició un baile en mi escroto que me hizo chillar, aunque me
gustó un poco, dije “verdura” pensando que pararía, pero nada.
Me puso un
anillo constrictor en el pene con un vibrador y yo notaba que se iba
estrangulando y poniendo morado, dije “melón”, nada, “sandía” y nada.
Sacó
vaselina y una porra de policía, me untó y metió un palmo en el recto, grité y
chillé “macedonia” y siguió metiendo hasta llegar al pomo del mango y la
correa.
Me arañó
por delante y por detrás y con un hilillo de voz dije “pera madura”, me puso
dos pinzas de la ropa en los pezones y “plátano maduro” y nada, lluvia
dorada y me retorcí de escozor.
Tomó la
fusta y se dirigió, trepando por mis piernas hacia mi pene enhiesto, el cerrojo
de la puerta crujió y una voz” cariño, sorpresa, he vuelto”, me miré
y la vi, por fin, como fruta madura.
Epifisis
Muyyyyyyyyyyyy bueno, me reí cantidad, muy bien contada la historia y el escenario está detallado al máximo. Hay que estar mas atento a las instrucciones jejej y comer mas fruta madura, jjejjeje, no paro de reir . Epi eres un genio en esto de hacer reir con este tipo de relatos eróticos. Pero tengo una duda, el final no lo entiendo, si puedes forfa explícamelo, estoy un poco espesa .
ResponderEliminarBesos y gracias anticipadas .
Puri
Puri, cuando entra mi mujer, se produce la detumescencia del miembro y es cuando la veo como fruta madura, entonces recuerdo que es la frase gatillo para terminar el bondage y que no me salía. La verdad, lo pasé muy mal, ella todavía no me ha perdonado, en mi casa ya no se come fruta.
ResponderEliminarBesos y feliz verano
Gracioso relato Epífisis. Gran juego de palabras con las frutas y las verduras que creo que realza su valor. Veo que has cuidado las formas y sobre todo el fondooo.
ResponderEliminarLos casos de muerte en el bondage se deben a olvidos de las palabras llave, por eso cuando hay problemas de memoria se recomienda no jugar a ciertas cosas.
EliminarUn saludo
Muy pero que muy divertido, Epi. El ritmo que logras, esa agilidad al narrar nos hace sentir el mismo vértigo que el pobre rodríguez. ¡Dios mio! Tal cual lo vio, no me extrañaría que su mujer pidiera a la Catwoman todos sus cachivaches para castigar al pobre hombre. ¿le gustaría?
ResponderEliminarSaludos
Cuando lo estaba escribiendo, me metí en el papel y tecleaba rápido, me salió de un tirón y casi sin respirar, creo que llegué a sufrir y todo.
EliminarUn saludo
Eso de apoyado en el quicio de la mancebía ha quedado de perlas en una historia de lo más singular. Muy buena.
ResponderEliminarUn saludo
JM
Gracias Juan M, relatos veraniegos para pasar estos calores. Buenas vacaciones.
ResponderEliminarUn abrazo