lunes, 12 de marzo de 2012

POR FIN, HOY YA TENGO 60 AÑOS

                                                                                          ESTOY
                                                                                           MUY
                                                                                     CONTENTO

                          

I PREMIO DE MICRORRELATOS "CAFÉ ZALACAÍN 2012" - MI PADRE

                                                                   MI PADRE.
No sé papá, por dónde empezar. Hace 41 años que nos dejaste y fue tal el vacío, que recuerdo como si fuera ayer, que no daba un duro por nuestra familia y ya ves que aquí seguimos todos y no nos podemos quejar con la que está cayendo. Hoy que cumplo 60 años, los mismos que tenías al dejarnos quiero recordarte.

Te veo sonreír con un cigarrillo en una mano y un vaso de vino blanco en la otra y detrás, una barra de bar.
 Ahora en las habitaciones de casa, hay un metro en la pared claveteado donde se van apuntando los progresos de tus nietos y bisnietos a los que no llegaste a conocer, en mi caso, la medida tenía su sentido al situarme al lado de la barra.

Cuando era muy pequeño en brazos, más tarde me sentabas en la barra y con los años, a tu lado, enorme tú y el muro vertical de cemento o madera, que lo único que podía hacer era tirar de la pernera de tú pantalón para atraer tu atención y entonces te agachabas para darme unos cacahuetes o altramuces.
Con el tiempo mis manos ya alcanzaron el borde, pero solo eso, me podía colgar y nada más, seguía dependiendo de ti y luego con los años te comparé con el águila alimentando a su polluelo.
Enseguida conseguí recorrer la barra con las manos arramplando con lo que pillaba y al poco tiempo ya dominaba la situación.

En el verano, en tu pueblo, mis hermanas y yo nos peleábamos para irte a buscar cuando mamá se impacientaba al no llegar a la hora de la comida. Era sonoro y divertido el atravesar la cortina de chapas de cerveza, aunque a veces te quedabas prendido de los pelos y luego el oír – “Lauro, tu muchacho”- de premio nos dabas aceitunas o lo que fuera.
Hace 40 años en cualquier bar, los hombres siempre de pie, si te sentabas era para jugar al mus, julepe, gañote o al dominó. Las mujeres ausentes.
Nos contabas que había que saber beber y que él no era el ejemplo perfecto, pues venía de una preguerra muy pobre y de una guerra entre hermanos donde habían predominado los excesos de todo tipo. Una generación tocada.

En algunos lugares se mojaba el chupete en aguardiente, si te ponías malo, ponche de huevo y vino tinto, en cualquier celebración brindis con sidra. Al entrar yo en la Universidad me diste un paquete de tabaco.
Un día, para ver como nos sentaba, nos diste a beber rioja a mansalva y jamón y queso a mis hermanas y a mí, fue un desastre, la mayor y yo tardamos una hora en sacar la cama mueble de su arcón. Al día siguiente me levanté como pude y al mirarme al espejo del baño grité. Al otro lado estaba Bob Marley, era yo con mi pelo lleno de trocitos de jamón y queso que talmente parecían rastras y adornos, puagf. Un año sin poder tomarme un rioja, luego lo recuperé.

Recuerdo tus consejos de aquella época, sal con amigos, con mujeres, bebe con mesura pero aléjate del juego. Creo que te gustaba todo. Fuiste el único del pueblo en tu época, en los años 30 de hacer una carrera y luego capitán y cuando llegabas al pueblo eras como un héroe y en el bar te encantaba invitar. Siendo capitán médico en Valladolid, la mitad de la juventud de tú pueblo que hizo la mili, estuvo enchufada contigo.
También era el motivo de los negocios ruinosos que hiciste al amor de la barra, en el que a última hora regalabas las cláusulas de los contratos.
Bautizos, comuniones, cumpleaños, bodas, todas las fiestas frente a la barra. Mención aparte la patrona de sanidad militar, la Virgen del Perpetuo Socorro, que por algo se debe llamar así, ya que parte de la oficialidad quedaba seriamente perjudicada.

De todas maneras cuando entro en un bar, digo buenos días, me acerco a la barra, me acodo, me pido un vino y brindo por ti, papá y luego me pido otro.

miércoles, 7 de marzo de 2012

I CONCURSO INTERNACIONAL DE RELATOS BREVES "SONRISA DE QUEVEDO" SOBRE HUMOR EN LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA - ESPAÑA - 2012 - EROTIC MASSAGE GEL

                                  EROTIC MASSAGE GEL”.




Cuando me llamó mi jefe de la Consejería de Economía y Consumo de la Comunidad de Madrid, no pensé que el encargo de testar el gel me lo fuera a encargar a mí.
Aduje mis 60 años, mis achaques y que me quedaba muy poco para jubilarme, pero no hubo manera. Conseguí de todas maneras que los resultados no se los entregara a la vuelta del fin de semana y me dio un mes, pues además eran tres tipos diferentes de geles y eso requeriría mayor dedicación y esfuerzo.
Hay que recortar gastos, pero esto me parece un poco exagerado.

Me entregó una bolsa grande con tres kits, uno de fresa con champaña, otro de fruta exótica y otro de melón y mango.
En la bolsa por fuera ponía “el conejo feliz”, con un dibujillo engañoso y la gente en el metro me miraba y cuchicheaban, algunos intentaban asomarse al interior para curiosear.
Al salir del metro y encaminarme hacia casa iba pensando como abordar a mi parienta e intentar explicarla lo que teníamos que probar. No se lo va a creer y encima me va a llamar guarro.
Según entré, me dirigí a la mesa camilla, vacié la bolsa y me senté en el orejero a la espera, oí un “hola cariño” y yo no dije nada.
Vino desde la cocina, cogió una caja, me miró y se sentó enfrente. Daba vueltas a la caja en el sentido de las agujas del reloj y a la inversa y otra vez y otra.

Se lo conté tres veces y no se lo podía creer. Cuando la dije que me iban a pagar horas extras cambió un poco la expresión pero no mucho.
No la entendí algo que dijo sobre Esperanza pero tampoco pregunté y entonces cogió el calendario de los que escriben con el pié y me dijo que este fin de semana no teníamos a la nietecilla y que el hijo que vive en casa, estudiante de Derecho, iba a esquiar.
Ya teníamos fecha, noté un pálpito y menos mal que tenía puesta la falda de la camilla por encima, pues algo se notaba.
Decidimos hacerlo primero con la caja de melón y mango, el día, el viernes cuando se fuera nuestro hijo y guardamos todo debajo de la cama.
Esa semana se me hizo larga, cuando me cruzaba con mi mujer por el pasillo nos tocábamos y nos reíamos y en el trabajo el jefe me preguntaba todos los días que qué tal, que si ya lo habíamos hecho.
Llegó el día y le llevé un ramo de flores y unos bombones, mi hijo se fue desde el trabajo y nos quedamos solos en la casa, cerramos la puerta y pusimos una silla en el pomo.

Abrimos la caja y dentro había un sobre como con una solución espesa y una especie de sábana impermeable grande de 160 cm x 228 cm que como luego leímos teníamos que colocar encima de la cama.
Pusimos a calentar agua en la olla, pues con el sobre al diluirlo había que hacer cuatro litros de gel con el que luego nos embadurnaríamos y nos echaríamos encima de la sábana.
Mientras mi mujer daba vueltas con la cuchara de madera, yo por detrás me arrimaba y ella hacía como que me huía, pero yo creo que la gustaba.
Cuando la consistencia parecía la adecuada y entre los dos la llevábamos hacia el dormitorio, entonces tropecé con la alfombra y cayó todo a lo largo del pasillo, nos costó cinco toallas y seis paquetes de papel de cocina absorber todo el gel.
Metidos en harina y con la curiosidad en un punto álgido y no me refiero a lo mío, abrimos la caja de fresa y champaña y con más cuidado hicimos todo el proceso otra vez y lo llevamos al dormitorio.

Pusimos la sábana por encima y nos desnudamos, nos echamos y la sensación era que se nos iban a quedar las letras del ahorramás en el culo pegadas.
Cogí la olla y la volqué sobre los dos, el gel estaba un poco caliente y nos empezamos a restregar y embadurnar con ganas.
La sensación era agradable y entre unas cosas y otras empezamos a animarnos e intentar algunas posturas que teníamos casi olvidadas, con tanto magreo y toqueteo parecíamos estar en un tobogán e íbamos de un borde de la cama al otro, consiguiendo a duras penas mantenernos encima.

Mientras nos agarrábamos para no caernos recordaba lo que ponía el prospecto, experiencia sensual y placentera, completa ingravidez, sin esfuerzo y movimientos deslizantes.
Veía la cara de terror de mi mujer, yo conseguí meter la uña del dedo gordo en la sábana y frené mi caída, pero ella se agarró a donde no debía y me la dobló, pero no logró parar y se empotró con la tele de plasma que cayó con estrépito, su dentadura partida rebotó y fue al orinal.
Mi grito no fue humano y al mirar hacia mi cosita vi como crecía hasta parecer una berenjena, mientras por el roto de la sábana se extendía el gel por toda la habitación y desaparecía por el pasillo.

Mi mujer se subió a la cama, me abrazó y nos echamos a llorar y en ese momento oímos un ruido fuerte de la puerta, pasos apresurados por el pasillo y un “papá, mamá, no hay nieve”.

miércoles, 29 de febrero de 2012

XXIX CONCURSO DE CUENTOS GABRIEL ARESTI - 2011 - FUEGOS FATUOS

FUEGOS FATUOS


Los cadáveres son el mejor abono para las hierbas que crecen en el camposanto y que tanto gustan a los conejos.                                                                                                                                                  La otra noche sin luna fui al cementerio, con un saco y un farol y desde entonces no vivo, ni duermo, ni como y tengo miedo.
La noche era muy oscura, fría y con niebla  a ras del suelo, llegué a la tapia y me dejé caer al otro lado como siempre, pero esta vez algo me atrapó y no podía moverme. El corazón empezó a encabritarse y el humus que subía del suelo empezó a cubrirme.
A diez metros de una tumba con una escultura de un ángel alado, empezó a fluir una luz pálida, azulada, que oscilaba ante mis ojos pero que no desaparecía.

El terror se apoderó de mi, conseguí liberar mi pierna, desgarrándomela y salí de allí saltando la tapia y huyendo a mi casucha, en la que entré, cerrándola de un portazo.
Había oído hablar de los fuegos fatuos o “will” o “the wisp”, pero nunca creí en ellos y también de los miasmas que se producen con la descomposición de las plantas, de los muertos y de los enfermos.
A mí me habían atacado todos a la vez, pues sentado en el suelo detrás de la puerta, con las piernas extendidas, veía la herida abierta en el muslo, grande, sangrando, con trozos de las zarzas enganchadas en el borde irregular y en el fondo un color verde azulado débil.
Estaba a oscuras y veía . Notaba que una ligera nube me rodeaba como un halo pútrido, pues esto es lo que empecé a oler. Era tan hediondo que me hizo vomitar.
Me arrastré al camastro, cogí agua, comida y recado de escribir y me subí a el.
Me quedé dormido en un duerme-vela lleno de sudores y miedos, por lo que me desperté más débil todavía.

Cuando llevaba cinco días encamado, la herida se ennegreció, pero lo peor fue el pié que se había convertido en una masa informe, en la que ya no distinguía los dedos y adonde acudían unas ratas enormes, negras, a comer, que salían de entre las tablas del suelo. No sentía dolor, pero la rigidez de mi cuerpo de cintura para abajo no se correspondía con la relajación de esfínteres que padezco.
La comida no me pasaba y además se pudrió también.
Quince días después del suceso del cementerio, sigo en el camastro y decido escribir por si alguien lo lee.
“Estoy muy débil, a oscuras y la parte del cuerpo de cintura para abajo es una masa informe que destila además de ese olor pútrido, un líquido fluorescente que hace que pueda distinguir las formas de la habitación.

Cuando las campanas de la torre de la iglesia daban las doce de la noche, se empezó a filtrar por la rendija inferior de la puerta una nubecilla azul verdosa que invadió la habitación y se mezcló con mi fluorescencia, mientras fuera se oían unos susurros, unos cánticos quejumbrosos y una música que rechinaba en mi cerebro, era la Santa Compaña que venía a recogerme.
Invoqué a Dios y a todos los Santos y maldije a la vieja bruja del pueblo que orinaba con las piernecillas abiertas, en el regato que bajaba entre las casuchas y arrastraba todos los desechos de los vecinos, mientras me echaba el mal de ojo.

La Santa Compaña se retiró y yo me quedé sumido en el sopor del esfuerzo que había realizado para luchar contra los no vivos y recordé.
Hace muchos años, unos amigos y yo, adolescentes, fuimos a garullas, a comer unos membrillos que teníamos localizados en un prado cerca del río, cuando vimos en el agua, desnuda, bañándose a la tonta del pueblo. Unos decían que era medio bruja, pero nosotros que éramos muy jóvenes, no dudamos.
La cogimos entre todos y uno detrás de otro, malamente abusamos de ella y la abandonamos entre unos matorrales, mientras  a voz en cuello y diciendo nuestros nombres iba programando nuestro final, cada uno de una manera diferente.

A mi me miró a los ojos y me predijo que moriría pudriéndome en vida, a otro, quemado, otro más, de una coz y así sucesivamente.
Nos fuimos al membrillar riendo y dándonos empujones, pero esa noche en la soledad de mi dormitorio, tuve miedo y no pude conciliar el sueño.
Desde ese día hasta hoy, han ido desapareciendo mis amigos, uno, en un fuego en su casa y estuvimos oyéndole gritar durante mucho tiempo.
Otro, apareció en la cochiquera, con la tripa abierta de lado a lado, las vísceras todas fueras, bueno, lo que quedaba de él, pues los cerdos habían dado cuenta de buena parte de su cuerpo y su cabeza, sin la mandíbula, arrancada por un puerco, parecía observar sus restos con cara de asco.

Otro, que desapareció del pueblo, fue encontrado al cabo de los días, en un paridero de ovejas, vivo, pero por poco tiempo, ya que había sido desollado y mutilado. La piel y los genitales estaban delante de su vista y lleno de hormigas. No se quejaba, estaba semiinconsciente y al faltarle la piel y músculos de la cara tenía una sonrisa como de payaso, roja.
El último de mis compañeros de juventud, apareció en su cuadra, muerto aparentemente por una coz de su mula. Nadie dijo nada, pero el agujero que tenía a nivel del esternón, era difícil que lo hubiera hecho el animal. Se enterró y un silencio sepulcral cayó sobre la aldea.
Los vecinos empezaron a mirarme de una forma esquiva, a cuchichear y a rehuirme. Cuando me encontraba con la bruja, se acercaba a mi y me empujaba, se reía y se tocaba sus partes. Luego, me pasaba la mano por la cara y salía corriendo.

Durante dos años, no pasó mucho más, pero mi terror ya era patológico, cuando entraba en casa miraba debajo del camastro y en el resto de la casa.
Salía de casa por las noches para evitar el contacto de las gentes y me alimentaba de la huerta que tenía y los conejos y gallinas del corral”.

Ha pasado un mes y yo ya no puedo seguir escribiendo, soy una masa gelatinosa de la que sale los brazos, hombros y cabeza. La luz espectral que invade la casa, ahora se ha unido a la que viene de la calle, a la mía propia y yo me siento derretir.
La algarabía de la Santa Compaña, aumenta y desde la casa fluye el nuevo fuego fatuo que se une a ellos y se dirigen hacia el camposanto.

En lo alto de la calleja, está la bruja con las piernas abiertas, brazos en jarras, orinando en el regato y riendo a la vez.

I CONCURSO DE MICRORRELATOS BODEGAS FLORENTINO MARTINEZ - 2012 - CLOS

                                                                          CLOS.




 Gonzalo de Berceo desde el Distercio,   
  ve amanecer y como los rayos del sol
 inciden en los clos y destellan
 en los granos de uvas maduros.
 Es veintiuno de septiembre
 y los monjes benedictinos de blanco laboran.
 Una hémina de vino les espera.

I CONCURSO DE MICRORRELATOS BODEGAS FLORENTINO MARTINEZ - 2012 - DISTERCIO

                                                           DISTERCIO.



SAN MILLÁN, VALLE, DOMINGO, DEMANDA, SUSO
CLOS, HEMINA, AMPELOLOGÍA, RESINA, MIEL
GLOSAS, SCRIPTORIUM, EMILIANENSES, ROMAN PALADINO
ROBLE, REBOLLO, MAROJO, MELOJO, ALBAR, DECERTIO
VALVANERA, CAÑAS, MONASTERIO, CORDOVÍN, YUSO
TEMPRANILLO, GARNACHA, VIURA, GRACIANO, MONASTEL
BARRIL, VIDES, BODEGA, MARTÍNEZ FLORENTINO
VIDUEÑO, CANTORALES, CUM JÚBILO, DISTERCIO.


miércoles, 22 de febrero de 2012

I CONCURSO DE RELATOS HIPERBREVES " LA SIGUIENTE LA PAGO YO " - NOCHE DE BODAS

                                              NOCHE DE BODAS.

El buen hombre nunca llegó a cruzar el umbral.
 El golpe que propinó a la mujer que llevaba en brazos contra las jambas, en la cabeza y en los tobillos, fue de tal intensidad que retrocedieron dos o tres pasos y se dieron contra la pared del otro lado del pasillo, cayendo en una maraña de brazos, piernas, el traje de novia hecho un revoltijo y clavándose el novio en sus partes la empuñadura de la espada ropera, toledana y damasquinada con la que habían partido la tarta.
La diadema regalo de la suegra, al dar en el dintel de la puerta salió despedida y rodando por la escalera llegó al hall del Hotel donde iban a consumar el matrimonio que había concelebrado el cura de la parroquia del pueblo.
Se quedaron sentados, uno enfrente de la otra, uno con la mano en la entrepierna y la otra con la mano en la cabeza.

Tantos años esperando para casarse y manteniéndose puros y castos y ahora, no creía, que con el  dolor que sentía en los genitales y con su esposa, con una brecha en el parietal derecho del que manaba abundante sangre, fuera posible consumar.

I CONCURSO DE RELATOS HIPERBREVES " LA SIGUIENTE LA PAGO YO " - ANOREXIA

                                                    ANOREXIA.

Me he pesado esta mañana y estoy en 160 kilos, que las Tres Gracias me protejan, sobre todo Voluptas ( Edoné en griego ) que es mi diosa preferida del placer y de la lujuria. Creo que tengo los síntomas de la anorexia, pues al mirarme en el espejo me he visto gordo que te cagas, he vuelto a pesarme y 161, he bajado del peso y he ido de espaldas y he subido lentamente y 163.
Me he apoyado en el lavabo y 155.
Me siento débil, tengo una baja autoestima y una depresión y tristeza recurrente.
Me miro en los escaparates al pasar y me veo distorsionado y la gente se vuelve.
Sensación de vacío. Tengo disminución del deseo y de la actividad sexual, pero esto me pasa por la otra Gracia, Cástitas, bueno, también por falta de pareja y de que no me la veo nada más que en el espejo del baño.

Vomito de vez en cuando y he abandonado un poco la higiene, porque odio a la última y exigente  Gracia, Pulcritude, además porque no llego bien a las partes pudendas.
No sé que va a ser de mí, voy a llamar al teléfono de la esperanza y si tengo suerte me recuperaré. – “ ¿ Síííí? -   ¿Moto Pizza? .-

miércoles, 15 de febrero de 2012

CONCURSO DE RELATO BREVE CIUDAD DE ARNEDO 2012 - ARNEDO - ¿ÁRABE? ¿CRISTIANO?

                                 ARNEDO ¿ÁRABE? ¿CRISTIANO?.






Corre el año de 923 y Mohamed, nieto de Muza II está sentado en la torre de la Alcazaba mirando  la ladera que baja hacia el río Cidacos. De pronto, Ibn Hasín llega corriendo con un objeto en la mano.
 -“Señor, señor”-.
 Habla, dice Mohamed.

 -“Hemos encontrado entre los escombros de la albarrana destruida este exvoto romano con     forma de alpargata, de un tal Titullus, hijo de Vianus de los Calaédicos.
-          “Calla y fuera de aquí”. ¡Con la que está cayendo!-. -Ahí fuera está el Sancho Garcés I de los cojones, que ¡mira que es pesado el tío!”-.

 Observa por encima de la almena y lo ve a la puerta de su tienda.
 –“Mírale, con su mujer Toda Aznarez y sus hijas,  Lupa, Sancha, Oneca, Urraca, Belasquita  y Muña,  de excursión y también el Ordoño II, rey de León, COÑO. ¡No puedo con él y su parafernalia!”-.

-          “ Se dice bien y pronto, YA NO AGUANTO MÁS, POR ALLÃH o (الله),  ALÁ Y SU PROFETA  ABU I-QASIM MUHAMMAD IBN ‘ABD ALLÃH AL-HASHIMI AL-QURASHI o MUHAMMAD o MAHOMA”.
-          “Desde el 908 lleva dando la tabarra cuando nos conquistó por primera vez, luego le echamos, en 913 el rey García I de León que se fue a morir a Zamora, que le den. En el 918 otra vez y ahora con toda la familia y los nietos y amigos, que se podían ir a bañar al río Cidacos, y cuando digo Toda me refiero a su mujer que no es tonta ni ná”-.

Y cogiendo el exvoto con sus fuertes  brazos lo arrojó por encima de la almena, pero lo único que consiguió fue una luxación de hombro y que le cayera en la cabeza a un mendigo que estaba sentado a la puerta de la alcazaba y lo matara.
      -“Que venga inmediatamente mi físico Al-Rhazí, el que ha llegado desde la primera escuela médica del Islam creada por Hunayn Ibn Isaac, que me duele mucho”-.

Mientras gritaba como un loco, el médico por un lado y dos soldados por el otro consiguieron reducir la luxación tirando con fuerza y los cristianos desde abajo se reían y hacían gestos obscenos.
Para fijarle el brazo al cuerpo usó un invento del médico persa Rhazés que consistía en la adicción de agua a un polvo de sulfato de calcio deshidratado que endurecía al poco tiempo, consiguiendo una gran consistencia.

Los soldados le tomaron a la sillita la reina y le llevaron a sus aposentos para que descansara, pues el físico le dio una buena poción del medicamento llamado triaca o teriaca, cuatro gramos disueltos en vino, panacea que lleva opio, eléboro, jengibre, iris de Florencia, valeriana, acorus aromático, ruibarbo, potentilla, raíz de aristolochia, raíz de asarum, raíz de genciana, madera de aloe, canela de Ceylan, escila, díctamo de Creta, rosa roja, azafrán, champiñón de Paris, zumo de regaliz, extracto de acacia catechu, goma arábiga, mirra, olíbano, benjuí, carne de víbora, terra sigillata, betún de Judea y otros más.

Fue tomarlo y caer en un coma profundo con relajación de todos los esfínteres del cuerpo y de sus aposentos se extendió un olor nauseabundo que hasta los cristianos se tuvieron que tapar las narices.
Mientras, en el poblado, en el taller de zapatos, Idrisí  e Ibn Hasín charlan a la puerta sentados en un banco de piedra adosado al muro de adobe encalado.
-“Alá es grande, Mahoma es su profeta y Jabir al-Hayyan, el alquimista, descubrió la destilación” en el 800”-. Dice Idrisí mientras se echa al coleto una porción generosa de ese vinillo que cosecha su suegro.

 Están bastante ebrios pues han tenido un día de mucho trabajo, porque tenían que hacer entrega de un encargo a los baños árabes de cuarenta chapines que son una especie de zapatos altos con suela de corcho que usan los bañistas en las diferentes salas y al terminarlos han cogido una cántara de vino que tenían en el pozo refrescándose.
 Ibn Hasín comenta: “estoy harto, ya no sé si soy moro o cristiano. Estos gobernantes se deberían poner de acuerdo y repartirse los territorios y no estar cada dos por tres en manos de uno u otro. Llevamos 15 años de cambios, no creo que vuelva a pasar esto en España  en los siglos venideros”.
 Esto lo dice con una jarra de vino en una mano y en la otra un fardelejo que le prepara su mujer.

Dice Idrisí –“ Vamos compañero, ya que tenemos el encargo, iremos a los baños y tomaremos a algunas de las Kehbehs nuevas que han venido de Al-Andalus y dejaremos que nos den un buen masaje y nos llenen de ungüentos y afeites. Me han contado que hay unas Serai que son expertas en los cosméticos, en la gimnasia y que son verdaderas acróbatas en las once posturas sexuales conocidas del Islam”-.

-“ No entiendo porque hay que hacer un contrato simplificado de matrimonio y además que el costo del servicio sea como la dote para asegurar la fidelidad de la serai. Se entera mi mujer y me mata”- Dice Ib Hasín –“ Venga, a por esas abluciones y lo que caiga”-.
Cogen el saco de los chapines y lo que queda de la cántara y se dirigen a los baños que están en la parte baja del pueblo.
Cantan a gritos “ragab”, siguen bebiendo, cuando de repente empiezan a oír los golpes de las piedras de las catapultas sobre los paños de la muralla.
 Se caen de culo con el estrépito, se rompe la cántara y el vino se derrama por la tierra, Idrisí cree que es sangre de su sangre y se desmaya.
 Se levantan y abrazados y tarareando la canción de moda “habibi ya nour” se dirigen a casa de Idrisí, donde su mujer en babuchas, con el rodillo de amasar en una mano y en la otra una arrahia (zapato de mujer) los pone pies en polvorosa. Mientras caminan piensan que en Arnedo ni el vino, ni los zapatos faltarán nunca.

Sentados en el suelo y a medio camino entre los contrincantes, con la cántara rota y los chapines en el saco, deciden esperar a que uno de ellos consiga el triunfo y decidan lo que van a ser o moros o cristianos.

                                              

CONCURSO DE RELATO BREVE CIUDAD DE ARNEDO 2012 - ARENETUM

                                 ARENETUM.


En Arenetum, en el siglo II de nuestra era, vivía Titullus, un esclavo peregrinus que no tenía la ciudadanía romana todavía. Era amigo de juegos  de Gaius Antonius desde que eran niños. Además los dos trabajaban el calzado para el poblado. Como su amigo ya era ciudadano romano, tenía el título de propiedad de una pequeña tienda situada extramuros del foro.

Estaba cerca del río Cidacos y de él extraían el agua necesaria para cocer y ablandar los cueros y además para preparar los tintes para los cordones.
El poblado se situaba al pie del cerro donde se levantaba una fortificación de las legiones romanas que protegía el importante nudo de comunicaciones.
Era un buen lugar, estaba situado  en el cruce de la calzada que unía Calagurris con Numancia y la de Contrebia Leukade con Varea. Con cierta frecuencia, pasaban las legiones romanas, que gracias al empedrado, al barro y a la velocidad que llevaban, daban un trabajo enorme para la reparación de los campagus de los legionarios.

La Legión, era un imponente cuerpo del ejército romano de unos 6000 hombres de armas, 300 équites y un gran número de discípulos, sirvientes y esclavos. Además cada centuria estaba equipada con una carroballista, una gran ballesta montada sobre un carro y cada cohorte con una catapulta, lo que incrementaba la potencia de fuego en el asedio.
Pero lo que les daba trabajo a ellos era la forma de marchar que tenían, primero era que cada infante llevaba armas, parte de las tiendas para pernoctar y alimentos, por lo menos unos   veinticinco kilos, segundo la rapidez, pues hacían 30 Km en cinco horas y por supuesto el terreno, porque a pesar de ser Calzadas romanas, el mantenimiento y los hispanos que se llevaban las piedras para sus viviendas, hacían que el firme no lo fuera tanto.
Tenían un expositor de madera adosado al muro interior donde colocaban sus trabajos,  para las legiones unos botines flexibles, cómodos y resistentes con los dedos al descubierto ( los campagi campagus ), a los que a veces se adicionaban trozos de hierro para mayor protección. También Caligas o sandalias de soldados, las Baxae sandalias de fibras vegetales, las Crépida sandalias acordonadas que cubría gran parte del pie y utilizaba en gran medida la clase trabajadora. Las Carbatinas zapatos de un único pedazo de cuero. Los Sclponeae de madera tipo zueco usados por pobres y esclavos.

Trabajaban de sol a sol y aunque eran hombres libres tenían muchos gastos y debían pagar impuestos. Debían cuidar de mujer e hijos, pero a Titullus y Gaius les encantaba ir a cenar a la Caupona que era una tienda de bebida rápida y comidas frías ya preparadas en donde no había ni bancos ni mesas sino una barra al exterior y por un “as” se ponían tibios. El lugar se llamaba “el conejo feliz” y en la barra estaban las Copae que por poquito más te hacían un apaño.

Había una gran variedad de prostitución las Lupae que ejercían en los lupanares, las Noctilucae que eran nocturnas, las Fornicatrices que se lo hacen bajo los arcos de puentes y edificios, las Forariae en los caminos rurales, Las Bustuariae en los cementerios y las Prostibulae en la calle sin ningún control. Las demás estaban inscritas ante la oficina del edil con el nombre, edad, lugar de nacimiento y nombre de guerra y tenían la licencia stupri.
Ir de Copae, lo hacían muy de vez en cuando, pues era un sacaperreo y las mujeres estaban hasta el cunnus de ellos.

Lo normal es que por las tardes, cuando el sol se ponía, se sentaban en el scamun adosado al muro del taller que era un banco de piedra bastante cómodo. Colocaban chacinas, quesos y encurtidos entre ambos y comían a dos carrillos.  Sacaban una cántara de vino de la zona y en unos cubiletes de madera se servían unas porciones generosas de este preciado líquido que levantaba pasiones allá en Roma.
Procedía de una variedad de uva llamada balisca que procedía de la localidad bética de Oinoússa y que posteriormente pasó a Burdeos antes de que en esa región comercializara su propio vino.
Fueron los romanos los que agregaron azúcar para aumentar el grado de alcohol, refinaron el proceso de fermentación, usaron ollas de cobre en los mostos y usaban yeso para controlar la acidez.
Fue Plinio, uno de los historiadores romanos que más referencias hace del vino en sus escritos, quien escribió sobre esta variedad.
 Comentaban el dicho romano en boga de “Sin Baco ni Ceres, Venus tiene frío” y se reían.
 --“Gaius, cuando nuestros huesos se conviertan en polvo, ¿ quedará alguien aquí que siga nuestra obra o morirá con nosotros?”.-
-Nuestros hijos están ampliando estudios en Roma, no vendrán hasta dentro de un año y no creo que les guste nuestra profesión.-
-Tenemos que ir más de Copaes, Titullus.-
Ya por la noche, abrazados y cantando “o sole mío”, se levantaron y se fueron hacia sus casas, llegaron primero a la de Titullus pero no consiguieron llegar a traspasar la puerta pues la mujer empezó a lanzarles todos los zapatos que tenía en el zaguán, sycyonium, calceus, muleus, phaecasium, calceti, soleas, caligas, crépidas, baxeas, sandalium, carbatinas, chinelas, sclponeae, campagus y coturnos.



Gaius sangraba por la cabeza, pues el coturno que le dio era de  madera. Entonces  se dirigieron al acuartelamiento de la legión que estaba en el cerro, pues sabían que allí había físicos que le podían curar.
Mientras subían la cuesta y tarareaban “arrivederci Roma”, divisaron la entrada del campamento.  Ponía en un cartel “Legio VI ” y deseaban, que más allá del siglo XXI, en esta zona, siguieran con la tradición del calzado y de las vides.
Cuando Gaius vió al medicucho con aguja e hilo que se acercaba, se soltó de Titullus y se lanzó cuesta abajo hacia su casa, pensando en Escila su mujer y que también sabía coser.
Mañana sería otro día y otro coser y cantar.