sábado, 17 de marzo de 2012

I CONCURSO INTERNACIONAL DE RELATOS BREVES "SONRISA DE QUEVEDO" SOBRE HUMOR EN LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA - ESPAÑA - 2012 - SNACKS TIME

                                   SNACKS   TIME.

Hace un día precioso en Madrid, desde la planta 14 del Hospital la Paz y frente a la ventana la visión de la ciudad es fantástica. Si alguien entrara por la puerta me vería con los brazos abiertos como intentando acogerla entre ellos, craso error, los tengo en sendos cabestrillos o aviones como se decía antes, por un accidente laboral.

Esta mañana ha entrado como un avanto mi mujer y sin preguntar como he dormido y aprovechando los brazos abiertos me ha colocado un periódico abierto, cada hoja en una mano para que viera una noticia.
Asiento, me siento y leo para mí –“ En el día de ayer se produjo una deflagración en el Ministerio de Hacienda y resultaron heridos de diversa consideración 43 personas entre funcionarios de carrera, interinos, personal laboral y eventual, funcionarios de plazas no escalafonadas, contratados y personal vario, entre ellos uno de la seguridad privada.

La mayoría ya han sido dados de alta y se ha abierto una investigación para determinar las causas del siniestro y las posibles responsabilidades.
Ocurrió sobre las doce del mediodía de ayer viernes en el vestíbulo central, cuando tras un gran estruendo se salió de los goznes la puerta de los archivos, invadió una nube de polvo el recinto y al disiparse apareció un grupo de 43 personas desnudas, abrazadas, sangrando y apoyándose unas en otras y se dejaron caer entre el público que hacía cola en las diversas ventanillas”.

Levanto la mirada y mi mujer ya no está. ¿Enfadada?. Yo que le iba a decir que me la sacara para hacer pis. La auxiliar de esta mañana me da un poco de miedo. Aguanto.
Mala suerte, nunca nos había pasado nada y eso que llevamos dos años celebrando el último viernes de cada mes la fiesta del Snacks Time.
 Somos un grupo muy majo de personal al que se van añadiendo algunos nuev@s, pero siempre con referencias de alguno de los soci@s.

El lugar escogido fue el archivo por lo poco que es visitado y colocamos ruedas en los archivadores y con la práctica que tenemos y entre todos, en cinco minutos bloqueamos la puerta y creamos un espacio central como una plaza de toros.

Sacamos las camas hinchables con bombas eléctricas integradas, ponemos velas con aromas eróticos, apagamos las luces, distribuimos los aperitivos, bebidas y el hielo y al rato volcamos el archivero 69, lleno de juguetes eróticos que hemos ido comprando y algunos de segunda mano, bueno de segund...........
A la media hora estábamos todos emparejados y en sus camas, salvo el 43, al que llamamos rompetechos y no se porqué. Corría en pelota entre los tálamos y dando saltos para que le viéramos y diciendo “jodienda somos todos” “jodienda somos todos”.
Estaba yo con la secretaria del jefe de negociado, una mujer que es capaz de colocarse en la espetera un juego completo de servicio de café para seis y con tetera, cuando pasaron a nuestro lado dos maduritas a las que llaman “las abuelas”, desnudas pero una con un bolso de loewe y  la otra como si fuera la sultana del mercadillo, pero con un glamour y unos andares que ya ya.

La variedad de aditamentos es casi infinita desde vibradores, consoladores,aniillos para el pene, balas y huevos, fundas, arneses, lubricantes, bolas chinas y anales, cosmética, lencería, látigos y plumeros. Hay una caja solo de pilas de todo tipo.
A Povedilla le veo correr como un poseso pues detrás va el segurata con la porra inhiesta, la de pegar. Pierde en la carrera la peluca, que pisotea el perseguidor.

Mientras descanso y me tomo un vermucito y unos cacahuetes, pasa por la izquierda como una muñeca de las de Famosa a pasitos cortos y espásticamente, Nancy, la de la planta segunda que no sé lo que lleva dentro del cuerpo, pero lo que asoma asusta.
Me fumo un cigarrito y medito que los derechos adquiridos basados en la lucha social y política han sido conseguidos a través de muchos años y que esta hora del bocadillo no se puede perder.
Como una gran familia, esperamos que termine el subalterno que está pasando malos momentos con su mujer y le jaleamos a su alrededor hasta que con una cerrada ovación concluye el acto.

En un extremo y entre los archivadores CA y CA, está sentado rompetechos rodeado de botellas de alcohol, aceites, lubricantes y folios que ha sacado de las carpetas del interior y con una risa histérica y los ojos que se le salen de las órbitas, prende con un mechero y sale corriendo.
Explosiona el cóctel Molotov y por simpatía los colchones neumáticos también.

Los archivadores con ruedas comienzan un baile infernal y van colisionando con todo lo que se menea. Povedilla circula encima del archivador de la L, de rodillas y aferrándose a los bordes mientras en su espalda tiene como un timón.
Yo que estaba abrazando a una de las abuelas, me desapareció de repente, quedándome con los brazos desollados y sin poder bajarlos.
Agrupándonos en el centro y cuando se va disipando la polvareda, salimos al exterior pues las puertas están desencajadas.
Nos va a costar recuperar el snacks time en el Ministerio.
Llamo al timbre de la auxiliar y confío en el cambio de turno porque me lo hago ya, en el mismo momento me doy cuenta que llevo todavía puesto el anillo constrictor con vibrador clitoridiano por encima que gracias a Dios se ha quedado sin pilas y por debajo un cordón con una bolita de bronce para la estimulación anal.
-“Dobroye utro”.-“¿Chto s toboi?” *


                                                                                  *Buenos días ¿Qué te pasa?  En ruso


martes, 13 de marzo de 2012

I CONCURSO INTERNACIONAL DE RELATOS BREVES " SONRISA DE QUEVEDO " SOBRE LA UNIVERSIDAD - ESPAÑA - 2012 - CONTENCIOSO

                                                       CONTENCIOSO.

Voy a abrir la puerta cuando oigo un grito inhumano y un ruido ensordecedor, consigo meter la llave, empujo, no se abre y golpeo con el hombro, entrando y asustado me dirijo hacia el dormitorio de mis padres.

 Me quedo en el quicio, pues he pisado una sustancia gelatinosa y además mis padres están desnudos, ella con boquita de piñón y él con una berenjena entre las piernas, no sé que decir ni ellos tampoco, que se arropan con un hule que gotea.
Después de una hora, los tres sentados en la mesa camilla y ya más calmados, me cuentan lo sucedido, el encargo del jefe de mi padre de probar los geles eróticos y de testar el funcionamiento. Me dice que en la Comunidad hay recortes y que desde hace un año se reparten el testar los productos entre los funcionarios de carrera.
 Yo, que ya estoy en el último año de carrera de Derecho y con ganas de demostrar que no han sido en balde los once años que llevo en la facultad, les digo que dejen todo en mis manos, pues vamos a sacar a la Administración el oro y el moro y con ese dinero me cambio de coche y les invitaré una noche a cenar.

Mi madre me sonríe con la boquita arrugada y a mi padre le agradezco que se tape con la falda esa cosa tan horrorosa, no creo que pueda volver a probar la berenjena, aunque esté rebozada.
En la Universidad me encuentro con un grupo de profesores en el bar alrededor de varias botellas de vino y que me conocen desde hace ya mucho tiempo, que me tienen cariño y les cuento todo.

                                                   
Alguno se da la vuelta y tose, otros se atragantan pero me escuchan con atención y me dan una dirección donde me pueden ayudar.
Apunto “Mesa de Juristas para la Ciudadanía, la Asociación para el Estudio del Derecho Universitario (AEDUN) y la Oficina de Cooperación Universitaria (OCU)” y me digo para mí que suena muy bien y que si estos no lo consiguen, nadie lo hará.
Preparo el escrito del recurso contencioso administrativo que debe firmar mi padre y las facturas de la prótesis dental de mi madre, la de la televisión de plasma y la del hospital privado donde han recuperado los cuerpos cavernosos del pene de mi padre.

Creo que lo que le ha sucedido a mis padres toca todas las asignaturas de Derecho, sector público, administrativo económico, derechos humanos y fundamentales, penal económico y de la empresa, total que en los fundamentos de derecho y sin comentar que se le ha quedado torcida, llevo cuarenta dina4 con letra Times New Roman 12.
Investigo el Despacho de Abogados cuya dirección me han dado y me mosqueo un poco pues aunque hay un Magistrado  de lo Contencioso-administrativo, algún Catedrático de Derecho administrativo, hay un ajedrecista, un bibliotecario, un poeta, una cantante internacional, uno de una empresa de ocio y hasta un brasileiro, Antonio das Mortes, Glauber Rocha u O Canganceiro.

 No me dan mucha garantía y rompo todas las hojas, esperaré a terminar la carrera y entonces si todavía no ha prescrito se van a enterar.

lunes, 12 de marzo de 2012

POR FIN, HOY YA TENGO 60 AÑOS

                                                                                          ESTOY
                                                                                           MUY
                                                                                     CONTENTO

                          

I PREMIO DE MICRORRELATOS "CAFÉ ZALACAÍN 2012" - MI PADRE

                                                                   MI PADRE.
No sé papá, por dónde empezar. Hace 41 años que nos dejaste y fue tal el vacío, que recuerdo como si fuera ayer, que no daba un duro por nuestra familia y ya ves que aquí seguimos todos y no nos podemos quejar con la que está cayendo. Hoy que cumplo 60 años, los mismos que tenías al dejarnos quiero recordarte.

Te veo sonreír con un cigarrillo en una mano y un vaso de vino blanco en la otra y detrás, una barra de bar.
 Ahora en las habitaciones de casa, hay un metro en la pared claveteado donde se van apuntando los progresos de tus nietos y bisnietos a los que no llegaste a conocer, en mi caso, la medida tenía su sentido al situarme al lado de la barra.

Cuando era muy pequeño en brazos, más tarde me sentabas en la barra y con los años, a tu lado, enorme tú y el muro vertical de cemento o madera, que lo único que podía hacer era tirar de la pernera de tú pantalón para atraer tu atención y entonces te agachabas para darme unos cacahuetes o altramuces.
Con el tiempo mis manos ya alcanzaron el borde, pero solo eso, me podía colgar y nada más, seguía dependiendo de ti y luego con los años te comparé con el águila alimentando a su polluelo.
Enseguida conseguí recorrer la barra con las manos arramplando con lo que pillaba y al poco tiempo ya dominaba la situación.

En el verano, en tu pueblo, mis hermanas y yo nos peleábamos para irte a buscar cuando mamá se impacientaba al no llegar a la hora de la comida. Era sonoro y divertido el atravesar la cortina de chapas de cerveza, aunque a veces te quedabas prendido de los pelos y luego el oír – “Lauro, tu muchacho”- de premio nos dabas aceitunas o lo que fuera.
Hace 40 años en cualquier bar, los hombres siempre de pie, si te sentabas era para jugar al mus, julepe, gañote o al dominó. Las mujeres ausentes.
Nos contabas que había que saber beber y que él no era el ejemplo perfecto, pues venía de una preguerra muy pobre y de una guerra entre hermanos donde habían predominado los excesos de todo tipo. Una generación tocada.

En algunos lugares se mojaba el chupete en aguardiente, si te ponías malo, ponche de huevo y vino tinto, en cualquier celebración brindis con sidra. Al entrar yo en la Universidad me diste un paquete de tabaco.
Un día, para ver como nos sentaba, nos diste a beber rioja a mansalva y jamón y queso a mis hermanas y a mí, fue un desastre, la mayor y yo tardamos una hora en sacar la cama mueble de su arcón. Al día siguiente me levanté como pude y al mirarme al espejo del baño grité. Al otro lado estaba Bob Marley, era yo con mi pelo lleno de trocitos de jamón y queso que talmente parecían rastras y adornos, puagf. Un año sin poder tomarme un rioja, luego lo recuperé.

Recuerdo tus consejos de aquella época, sal con amigos, con mujeres, bebe con mesura pero aléjate del juego. Creo que te gustaba todo. Fuiste el único del pueblo en tu época, en los años 30 de hacer una carrera y luego capitán y cuando llegabas al pueblo eras como un héroe y en el bar te encantaba invitar. Siendo capitán médico en Valladolid, la mitad de la juventud de tú pueblo que hizo la mili, estuvo enchufada contigo.
También era el motivo de los negocios ruinosos que hiciste al amor de la barra, en el que a última hora regalabas las cláusulas de los contratos.
Bautizos, comuniones, cumpleaños, bodas, todas las fiestas frente a la barra. Mención aparte la patrona de sanidad militar, la Virgen del Perpetuo Socorro, que por algo se debe llamar así, ya que parte de la oficialidad quedaba seriamente perjudicada.

De todas maneras cuando entro en un bar, digo buenos días, me acerco a la barra, me acodo, me pido un vino y brindo por ti, papá y luego me pido otro.

miércoles, 7 de marzo de 2012

I CONCURSO INTERNACIONAL DE RELATOS BREVES "SONRISA DE QUEVEDO" SOBRE HUMOR EN LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA - ESPAÑA - 2012 - EROTIC MASSAGE GEL

                                  EROTIC MASSAGE GEL”.




Cuando me llamó mi jefe de la Consejería de Economía y Consumo de la Comunidad de Madrid, no pensé que el encargo de testar el gel me lo fuera a encargar a mí.
Aduje mis 60 años, mis achaques y que me quedaba muy poco para jubilarme, pero no hubo manera. Conseguí de todas maneras que los resultados no se los entregara a la vuelta del fin de semana y me dio un mes, pues además eran tres tipos diferentes de geles y eso requeriría mayor dedicación y esfuerzo.
Hay que recortar gastos, pero esto me parece un poco exagerado.

Me entregó una bolsa grande con tres kits, uno de fresa con champaña, otro de fruta exótica y otro de melón y mango.
En la bolsa por fuera ponía “el conejo feliz”, con un dibujillo engañoso y la gente en el metro me miraba y cuchicheaban, algunos intentaban asomarse al interior para curiosear.
Al salir del metro y encaminarme hacia casa iba pensando como abordar a mi parienta e intentar explicarla lo que teníamos que probar. No se lo va a creer y encima me va a llamar guarro.
Según entré, me dirigí a la mesa camilla, vacié la bolsa y me senté en el orejero a la espera, oí un “hola cariño” y yo no dije nada.
Vino desde la cocina, cogió una caja, me miró y se sentó enfrente. Daba vueltas a la caja en el sentido de las agujas del reloj y a la inversa y otra vez y otra.

Se lo conté tres veces y no se lo podía creer. Cuando la dije que me iban a pagar horas extras cambió un poco la expresión pero no mucho.
No la entendí algo que dijo sobre Esperanza pero tampoco pregunté y entonces cogió el calendario de los que escriben con el pié y me dijo que este fin de semana no teníamos a la nietecilla y que el hijo que vive en casa, estudiante de Derecho, iba a esquiar.
Ya teníamos fecha, noté un pálpito y menos mal que tenía puesta la falda de la camilla por encima, pues algo se notaba.
Decidimos hacerlo primero con la caja de melón y mango, el día, el viernes cuando se fuera nuestro hijo y guardamos todo debajo de la cama.
Esa semana se me hizo larga, cuando me cruzaba con mi mujer por el pasillo nos tocábamos y nos reíamos y en el trabajo el jefe me preguntaba todos los días que qué tal, que si ya lo habíamos hecho.
Llegó el día y le llevé un ramo de flores y unos bombones, mi hijo se fue desde el trabajo y nos quedamos solos en la casa, cerramos la puerta y pusimos una silla en el pomo.

Abrimos la caja y dentro había un sobre como con una solución espesa y una especie de sábana impermeable grande de 160 cm x 228 cm que como luego leímos teníamos que colocar encima de la cama.
Pusimos a calentar agua en la olla, pues con el sobre al diluirlo había que hacer cuatro litros de gel con el que luego nos embadurnaríamos y nos echaríamos encima de la sábana.
Mientras mi mujer daba vueltas con la cuchara de madera, yo por detrás me arrimaba y ella hacía como que me huía, pero yo creo que la gustaba.
Cuando la consistencia parecía la adecuada y entre los dos la llevábamos hacia el dormitorio, entonces tropecé con la alfombra y cayó todo a lo largo del pasillo, nos costó cinco toallas y seis paquetes de papel de cocina absorber todo el gel.
Metidos en harina y con la curiosidad en un punto álgido y no me refiero a lo mío, abrimos la caja de fresa y champaña y con más cuidado hicimos todo el proceso otra vez y lo llevamos al dormitorio.

Pusimos la sábana por encima y nos desnudamos, nos echamos y la sensación era que se nos iban a quedar las letras del ahorramás en el culo pegadas.
Cogí la olla y la volqué sobre los dos, el gel estaba un poco caliente y nos empezamos a restregar y embadurnar con ganas.
La sensación era agradable y entre unas cosas y otras empezamos a animarnos e intentar algunas posturas que teníamos casi olvidadas, con tanto magreo y toqueteo parecíamos estar en un tobogán e íbamos de un borde de la cama al otro, consiguiendo a duras penas mantenernos encima.

Mientras nos agarrábamos para no caernos recordaba lo que ponía el prospecto, experiencia sensual y placentera, completa ingravidez, sin esfuerzo y movimientos deslizantes.
Veía la cara de terror de mi mujer, yo conseguí meter la uña del dedo gordo en la sábana y frené mi caída, pero ella se agarró a donde no debía y me la dobló, pero no logró parar y se empotró con la tele de plasma que cayó con estrépito, su dentadura partida rebotó y fue al orinal.
Mi grito no fue humano y al mirar hacia mi cosita vi como crecía hasta parecer una berenjena, mientras por el roto de la sábana se extendía el gel por toda la habitación y desaparecía por el pasillo.

Mi mujer se subió a la cama, me abrazó y nos echamos a llorar y en ese momento oímos un ruido fuerte de la puerta, pasos apresurados por el pasillo y un “papá, mamá, no hay nieve”.

miércoles, 29 de febrero de 2012

XXIX CONCURSO DE CUENTOS GABRIEL ARESTI - 2011 - FUEGOS FATUOS

FUEGOS FATUOS


Los cadáveres son el mejor abono para las hierbas que crecen en el camposanto y que tanto gustan a los conejos.                                                                                                                                                  La otra noche sin luna fui al cementerio, con un saco y un farol y desde entonces no vivo, ni duermo, ni como y tengo miedo.
La noche era muy oscura, fría y con niebla  a ras del suelo, llegué a la tapia y me dejé caer al otro lado como siempre, pero esta vez algo me atrapó y no podía moverme. El corazón empezó a encabritarse y el humus que subía del suelo empezó a cubrirme.
A diez metros de una tumba con una escultura de un ángel alado, empezó a fluir una luz pálida, azulada, que oscilaba ante mis ojos pero que no desaparecía.

El terror se apoderó de mi, conseguí liberar mi pierna, desgarrándomela y salí de allí saltando la tapia y huyendo a mi casucha, en la que entré, cerrándola de un portazo.
Había oído hablar de los fuegos fatuos o “will” o “the wisp”, pero nunca creí en ellos y también de los miasmas que se producen con la descomposición de las plantas, de los muertos y de los enfermos.
A mí me habían atacado todos a la vez, pues sentado en el suelo detrás de la puerta, con las piernas extendidas, veía la herida abierta en el muslo, grande, sangrando, con trozos de las zarzas enganchadas en el borde irregular y en el fondo un color verde azulado débil.
Estaba a oscuras y veía . Notaba que una ligera nube me rodeaba como un halo pútrido, pues esto es lo que empecé a oler. Era tan hediondo que me hizo vomitar.
Me arrastré al camastro, cogí agua, comida y recado de escribir y me subí a el.
Me quedé dormido en un duerme-vela lleno de sudores y miedos, por lo que me desperté más débil todavía.

Cuando llevaba cinco días encamado, la herida se ennegreció, pero lo peor fue el pié que se había convertido en una masa informe, en la que ya no distinguía los dedos y adonde acudían unas ratas enormes, negras, a comer, que salían de entre las tablas del suelo. No sentía dolor, pero la rigidez de mi cuerpo de cintura para abajo no se correspondía con la relajación de esfínteres que padezco.
La comida no me pasaba y además se pudrió también.
Quince días después del suceso del cementerio, sigo en el camastro y decido escribir por si alguien lo lee.
“Estoy muy débil, a oscuras y la parte del cuerpo de cintura para abajo es una masa informe que destila además de ese olor pútrido, un líquido fluorescente que hace que pueda distinguir las formas de la habitación.

Cuando las campanas de la torre de la iglesia daban las doce de la noche, se empezó a filtrar por la rendija inferior de la puerta una nubecilla azul verdosa que invadió la habitación y se mezcló con mi fluorescencia, mientras fuera se oían unos susurros, unos cánticos quejumbrosos y una música que rechinaba en mi cerebro, era la Santa Compaña que venía a recogerme.
Invoqué a Dios y a todos los Santos y maldije a la vieja bruja del pueblo que orinaba con las piernecillas abiertas, en el regato que bajaba entre las casuchas y arrastraba todos los desechos de los vecinos, mientras me echaba el mal de ojo.

La Santa Compaña se retiró y yo me quedé sumido en el sopor del esfuerzo que había realizado para luchar contra los no vivos y recordé.
Hace muchos años, unos amigos y yo, adolescentes, fuimos a garullas, a comer unos membrillos que teníamos localizados en un prado cerca del río, cuando vimos en el agua, desnuda, bañándose a la tonta del pueblo. Unos decían que era medio bruja, pero nosotros que éramos muy jóvenes, no dudamos.
La cogimos entre todos y uno detrás de otro, malamente abusamos de ella y la abandonamos entre unos matorrales, mientras  a voz en cuello y diciendo nuestros nombres iba programando nuestro final, cada uno de una manera diferente.

A mi me miró a los ojos y me predijo que moriría pudriéndome en vida, a otro, quemado, otro más, de una coz y así sucesivamente.
Nos fuimos al membrillar riendo y dándonos empujones, pero esa noche en la soledad de mi dormitorio, tuve miedo y no pude conciliar el sueño.
Desde ese día hasta hoy, han ido desapareciendo mis amigos, uno, en un fuego en su casa y estuvimos oyéndole gritar durante mucho tiempo.
Otro, apareció en la cochiquera, con la tripa abierta de lado a lado, las vísceras todas fueras, bueno, lo que quedaba de él, pues los cerdos habían dado cuenta de buena parte de su cuerpo y su cabeza, sin la mandíbula, arrancada por un puerco, parecía observar sus restos con cara de asco.

Otro, que desapareció del pueblo, fue encontrado al cabo de los días, en un paridero de ovejas, vivo, pero por poco tiempo, ya que había sido desollado y mutilado. La piel y los genitales estaban delante de su vista y lleno de hormigas. No se quejaba, estaba semiinconsciente y al faltarle la piel y músculos de la cara tenía una sonrisa como de payaso, roja.
El último de mis compañeros de juventud, apareció en su cuadra, muerto aparentemente por una coz de su mula. Nadie dijo nada, pero el agujero que tenía a nivel del esternón, era difícil que lo hubiera hecho el animal. Se enterró y un silencio sepulcral cayó sobre la aldea.
Los vecinos empezaron a mirarme de una forma esquiva, a cuchichear y a rehuirme. Cuando me encontraba con la bruja, se acercaba a mi y me empujaba, se reía y se tocaba sus partes. Luego, me pasaba la mano por la cara y salía corriendo.

Durante dos años, no pasó mucho más, pero mi terror ya era patológico, cuando entraba en casa miraba debajo del camastro y en el resto de la casa.
Salía de casa por las noches para evitar el contacto de las gentes y me alimentaba de la huerta que tenía y los conejos y gallinas del corral”.

Ha pasado un mes y yo ya no puedo seguir escribiendo, soy una masa gelatinosa de la que sale los brazos, hombros y cabeza. La luz espectral que invade la casa, ahora se ha unido a la que viene de la calle, a la mía propia y yo me siento derretir.
La algarabía de la Santa Compaña, aumenta y desde la casa fluye el nuevo fuego fatuo que se une a ellos y se dirigen hacia el camposanto.

En lo alto de la calleja, está la bruja con las piernas abiertas, brazos en jarras, orinando en el regato y riendo a la vez.

I CONCURSO DE MICRORRELATOS BODEGAS FLORENTINO MARTINEZ - 2012 - CLOS

                                                                          CLOS.




 Gonzalo de Berceo desde el Distercio,   
  ve amanecer y como los rayos del sol
 inciden en los clos y destellan
 en los granos de uvas maduros.
 Es veintiuno de septiembre
 y los monjes benedictinos de blanco laboran.
 Una hémina de vino les espera.

I CONCURSO DE MICRORRELATOS BODEGAS FLORENTINO MARTINEZ - 2012 - DISTERCIO

                                                           DISTERCIO.



SAN MILLÁN, VALLE, DOMINGO, DEMANDA, SUSO
CLOS, HEMINA, AMPELOLOGÍA, RESINA, MIEL
GLOSAS, SCRIPTORIUM, EMILIANENSES, ROMAN PALADINO
ROBLE, REBOLLO, MAROJO, MELOJO, ALBAR, DECERTIO
VALVANERA, CAÑAS, MONASTERIO, CORDOVÍN, YUSO
TEMPRANILLO, GARNACHA, VIURA, GRACIANO, MONASTEL
BARRIL, VIDES, BODEGA, MARTÍNEZ FLORENTINO
VIDUEÑO, CANTORALES, CUM JÚBILO, DISTERCIO.


miércoles, 22 de febrero de 2012

I CONCURSO DE RELATOS HIPERBREVES " LA SIGUIENTE LA PAGO YO " - NOCHE DE BODAS

                                              NOCHE DE BODAS.

El buen hombre nunca llegó a cruzar el umbral.
 El golpe que propinó a la mujer que llevaba en brazos contra las jambas, en la cabeza y en los tobillos, fue de tal intensidad que retrocedieron dos o tres pasos y se dieron contra la pared del otro lado del pasillo, cayendo en una maraña de brazos, piernas, el traje de novia hecho un revoltijo y clavándose el novio en sus partes la empuñadura de la espada ropera, toledana y damasquinada con la que habían partido la tarta.
La diadema regalo de la suegra, al dar en el dintel de la puerta salió despedida y rodando por la escalera llegó al hall del Hotel donde iban a consumar el matrimonio que había concelebrado el cura de la parroquia del pueblo.
Se quedaron sentados, uno enfrente de la otra, uno con la mano en la entrepierna y la otra con la mano en la cabeza.

Tantos años esperando para casarse y manteniéndose puros y castos y ahora, no creía, que con el  dolor que sentía en los genitales y con su esposa, con una brecha en el parietal derecho del que manaba abundante sangre, fuera posible consumar.

I CONCURSO DE RELATOS HIPERBREVES " LA SIGUIENTE LA PAGO YO " - ANOREXIA

                                                    ANOREXIA.

Me he pesado esta mañana y estoy en 160 kilos, que las Tres Gracias me protejan, sobre todo Voluptas ( Edoné en griego ) que es mi diosa preferida del placer y de la lujuria. Creo que tengo los síntomas de la anorexia, pues al mirarme en el espejo me he visto gordo que te cagas, he vuelto a pesarme y 161, he bajado del peso y he ido de espaldas y he subido lentamente y 163.
Me he apoyado en el lavabo y 155.
Me siento débil, tengo una baja autoestima y una depresión y tristeza recurrente.
Me miro en los escaparates al pasar y me veo distorsionado y la gente se vuelve.
Sensación de vacío. Tengo disminución del deseo y de la actividad sexual, pero esto me pasa por la otra Gracia, Cástitas, bueno, también por falta de pareja y de que no me la veo nada más que en el espejo del baño.

Vomito de vez en cuando y he abandonado un poco la higiene, porque odio a la última y exigente  Gracia, Pulcritude, además porque no llego bien a las partes pudendas.
No sé que va a ser de mí, voy a llamar al teléfono de la esperanza y si tengo suerte me recuperaré. – “ ¿ Síííí? -   ¿Moto Pizza? .-

miércoles, 15 de febrero de 2012

CONCURSO DE RELATO BREVE CIUDAD DE ARNEDO 2012 - ARNEDO - ¿ÁRABE? ¿CRISTIANO?

                                 ARNEDO ¿ÁRABE? ¿CRISTIANO?.






Corre el año de 923 y Mohamed, nieto de Muza II está sentado en la torre de la Alcazaba mirando  la ladera que baja hacia el río Cidacos. De pronto, Ibn Hasín llega corriendo con un objeto en la mano.
 -“Señor, señor”-.
 Habla, dice Mohamed.

 -“Hemos encontrado entre los escombros de la albarrana destruida este exvoto romano con     forma de alpargata, de un tal Titullus, hijo de Vianus de los Calaédicos.
-          “Calla y fuera de aquí”. ¡Con la que está cayendo!-. -Ahí fuera está el Sancho Garcés I de los cojones, que ¡mira que es pesado el tío!”-.

 Observa por encima de la almena y lo ve a la puerta de su tienda.
 –“Mírale, con su mujer Toda Aznarez y sus hijas,  Lupa, Sancha, Oneca, Urraca, Belasquita  y Muña,  de excursión y también el Ordoño II, rey de León, COÑO. ¡No puedo con él y su parafernalia!”-.

-          “ Se dice bien y pronto, YA NO AGUANTO MÁS, POR ALLÃH o (الله),  ALÁ Y SU PROFETA  ABU I-QASIM MUHAMMAD IBN ‘ABD ALLÃH AL-HASHIMI AL-QURASHI o MUHAMMAD o MAHOMA”.
-          “Desde el 908 lleva dando la tabarra cuando nos conquistó por primera vez, luego le echamos, en 913 el rey García I de León que se fue a morir a Zamora, que le den. En el 918 otra vez y ahora con toda la familia y los nietos y amigos, que se podían ir a bañar al río Cidacos, y cuando digo Toda me refiero a su mujer que no es tonta ni ná”-.

Y cogiendo el exvoto con sus fuertes  brazos lo arrojó por encima de la almena, pero lo único que consiguió fue una luxación de hombro y que le cayera en la cabeza a un mendigo que estaba sentado a la puerta de la alcazaba y lo matara.
      -“Que venga inmediatamente mi físico Al-Rhazí, el que ha llegado desde la primera escuela médica del Islam creada por Hunayn Ibn Isaac, que me duele mucho”-.

Mientras gritaba como un loco, el médico por un lado y dos soldados por el otro consiguieron reducir la luxación tirando con fuerza y los cristianos desde abajo se reían y hacían gestos obscenos.
Para fijarle el brazo al cuerpo usó un invento del médico persa Rhazés que consistía en la adicción de agua a un polvo de sulfato de calcio deshidratado que endurecía al poco tiempo, consiguiendo una gran consistencia.

Los soldados le tomaron a la sillita la reina y le llevaron a sus aposentos para que descansara, pues el físico le dio una buena poción del medicamento llamado triaca o teriaca, cuatro gramos disueltos en vino, panacea que lleva opio, eléboro, jengibre, iris de Florencia, valeriana, acorus aromático, ruibarbo, potentilla, raíz de aristolochia, raíz de asarum, raíz de genciana, madera de aloe, canela de Ceylan, escila, díctamo de Creta, rosa roja, azafrán, champiñón de Paris, zumo de regaliz, extracto de acacia catechu, goma arábiga, mirra, olíbano, benjuí, carne de víbora, terra sigillata, betún de Judea y otros más.

Fue tomarlo y caer en un coma profundo con relajación de todos los esfínteres del cuerpo y de sus aposentos se extendió un olor nauseabundo que hasta los cristianos se tuvieron que tapar las narices.
Mientras, en el poblado, en el taller de zapatos, Idrisí  e Ibn Hasín charlan a la puerta sentados en un banco de piedra adosado al muro de adobe encalado.
-“Alá es grande, Mahoma es su profeta y Jabir al-Hayyan, el alquimista, descubrió la destilación” en el 800”-. Dice Idrisí mientras se echa al coleto una porción generosa de ese vinillo que cosecha su suegro.

 Están bastante ebrios pues han tenido un día de mucho trabajo, porque tenían que hacer entrega de un encargo a los baños árabes de cuarenta chapines que son una especie de zapatos altos con suela de corcho que usan los bañistas en las diferentes salas y al terminarlos han cogido una cántara de vino que tenían en el pozo refrescándose.
 Ibn Hasín comenta: “estoy harto, ya no sé si soy moro o cristiano. Estos gobernantes se deberían poner de acuerdo y repartirse los territorios y no estar cada dos por tres en manos de uno u otro. Llevamos 15 años de cambios, no creo que vuelva a pasar esto en España  en los siglos venideros”.
 Esto lo dice con una jarra de vino en una mano y en la otra un fardelejo que le prepara su mujer.

Dice Idrisí –“ Vamos compañero, ya que tenemos el encargo, iremos a los baños y tomaremos a algunas de las Kehbehs nuevas que han venido de Al-Andalus y dejaremos que nos den un buen masaje y nos llenen de ungüentos y afeites. Me han contado que hay unas Serai que son expertas en los cosméticos, en la gimnasia y que son verdaderas acróbatas en las once posturas sexuales conocidas del Islam”-.

-“ No entiendo porque hay que hacer un contrato simplificado de matrimonio y además que el costo del servicio sea como la dote para asegurar la fidelidad de la serai. Se entera mi mujer y me mata”- Dice Ib Hasín –“ Venga, a por esas abluciones y lo que caiga”-.
Cogen el saco de los chapines y lo que queda de la cántara y se dirigen a los baños que están en la parte baja del pueblo.
Cantan a gritos “ragab”, siguen bebiendo, cuando de repente empiezan a oír los golpes de las piedras de las catapultas sobre los paños de la muralla.
 Se caen de culo con el estrépito, se rompe la cántara y el vino se derrama por la tierra, Idrisí cree que es sangre de su sangre y se desmaya.
 Se levantan y abrazados y tarareando la canción de moda “habibi ya nour” se dirigen a casa de Idrisí, donde su mujer en babuchas, con el rodillo de amasar en una mano y en la otra una arrahia (zapato de mujer) los pone pies en polvorosa. Mientras caminan piensan que en Arnedo ni el vino, ni los zapatos faltarán nunca.

Sentados en el suelo y a medio camino entre los contrincantes, con la cántara rota y los chapines en el saco, deciden esperar a que uno de ellos consiga el triunfo y decidan lo que van a ser o moros o cristianos.