PARTO
Se oyó un rítmico puf puf de fantasmas paridos, mientras mis brazos eran incapaces de recoger todo lo que estaba cayendo de esa vagina gigante, peluda y putrefacta.
Se oyó un rítmico puf puf de fantasmas paridos, mientras mis brazos eran incapaces de recoger todo lo que estaba cayendo de esa vagina gigante, peluda y putrefacta.
Ni la mascarilla que llevaba, ni la bata impidieron que los flujos, cuajarones y coágulos, impregnaran mi piel.
Sentado en el suelo, casi tapado por las múltiples placentas sangrantes que llevaban adheridas como trozos de tela y rodeado de hilachos rojizos y empapado de sangre, miraba con horror y sin reaccionar.
De repente, las telas se desprendieron e iniciaron un vuelo errático y con los movimientos los restos placentarios cayeron al suelo.
Mal día para hacer mi primera guardia de urgencia.
Lo tienes crudo, mi niño.
ResponderEliminarY encima, con los recortes, no tendrás ni pa' gasas.
Cuídate y besos
22 años oyendo "mi niño" y me sigue gustando y más ahora que me dicen en Madrid "señor".
ResponderEliminarUn beso
Muy bueno Alejandro, has sabido desarrollar un relato intrigante a partir de una frase difícil.
ResponderEliminarMe ha gustado, un saludo
José Angel, ví la convocatoria en un comentario de ETC y cuando lo intenté, el plazo había expirado. Otra semana será.
ResponderEliminarEs cierto que aunque la frase era complicada se me vino a la memoria un parto que ví.
Un abrazo
Jo, Epi... que vengo de donar sangre. Me estoy mareando...
ResponderEliminarMe ha gustado tu micro; mi propuesta para esta primera semana del ReC también giraba sobre un parto. Eso sí, bastante menos "rojo" que el tuyo.
Un abrazote
Fran, voy a buscar el tuyo, pero esta semana llegaré a tiempo.
ResponderEliminarUn abrazo y gracias
Te lo copio aquí, ya ves que es un parto "suave":
ResponderEliminarTU PRIMER OBJETO
Se oye un rítmico puf puf de fantasmas paridos que, cada vez, se acercan más. Los inaudibles murmullos del comienzo se han convertido en inverosímiles voces familiares: empiezas a inquietarte. En la siguiente fase quieres huir, salir corriendo y quieres quedarte allí, “ver” las voces. Acabas quedándote, como hacen todos. Ahora es tarde: has dejado de escuchar voces, solamente oyes tu llanto. Alguien coloca una pulsera identificativa en tu tobillo izquierdo.
Saludos y ya pagaré la próxima, que creo que me tocaba a mí...
Fran, está muy bien relatado el parto desde dentro, pero creo que habrá habido muchos como los nuestros. Deberemos ser más originales. Un abrazo.
EliminarQue pena :( que no llegarás a tiempo al concurso, porque, sinceramente, tiene mucho nivel.
ResponderEliminarPalabras sanguilonentas te van llevando habilmente a un desenlace que te deja con una fantasmal sonrisa en la boca.
Yo, infructuosamente, hice mi primer amago de "relato en cadena" pero todavía estoy un poco verde. Si quieres echarle un vistazo, lo tienes en mi blog
www.compartepositivo.blogspot.com
Te sigo.
De infructuoso nada, yo cada día que pasa valoro más lo que cada uno hace con amor y cariño, y seguro que tú lo has hecho así.
ResponderEliminarUn saludo
Epífisis, me gusta tu relato, pero como bien habéis comentado, supongo que de ese estilo habrían recibido bastantes. La clave es buscar lo más extraño, como hice yo. Y si te atascas, al absurdo a buscar una salida. A mí me ha ido bien, pero no tentaré a la suerte. Un saludo.
ResponderEliminarPD: A ver si te pasas por mi blog y me echas un rubrica que está más pobre jeje...
Javier, gracias por pasarte, dentor de un rato publico el de esta semana.
ResponderEliminarUn abrazo.
Un poco... o bastante asqueroso, pero muy bueno :)
ResponderEliminarUn beso.
Sí, pero es un parto apocalíptico y fantasmal.
ResponderEliminarUn beso.