INDECISIÓN
No, claro que no queremos. La voz, inusualmente muy alta, había reverberado en todos los rincones de la coqueta ermita y terminado en un emos....emos....lejano.
El sacerdote, muy nervioso, agarrándose las vestimentas litúrgicas para no caerse, bajó los tres escalones que le separaban de los contrayentes y metiendo la cabeza entre ellos, les susurró.-¿Por qué?.
La música terminó en una nota discordante.
Los asistentes a la celebración se incorporaron, alguno se despertó, atentos todos a lo que estaba pasando.
Subió el cura al altar y cogiendo el micro se volvió, diciendo:
"Colorín colorado, este cuento se ha acabado".
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