ACCIDENTE
Sé que iba muy rápido y que esperaba una llamada de mi
novia, habíamos reñido durante la cena.
En ese momento unos faros potentes me cegaron y di un
volantazo, me dirigí a la cuneta y me incrusté contra el pretil de un puente.
Noté como mis piernas se quebraban sin dolor y un cristal del parabrisas se introducía en mi cara
manteniendo mis ojos abiertos y un ruido del aire que se escapaba de mi tráquea
rota.
Que angustia pobre, que te den por muerto y tu escuchando la conversación, que fuerte . No se debe coger el móvil mientras se conduce, ya lo dice la DGT.
ResponderEliminarUn beso Epi
Puri
Llenas el relato de una angustia implacable amigo Epífisis. Mas o menos se ve que el accidente va a producirse, pero el macabro final te deja fuera de juego.
ResponderEliminarBien escrito.
Saludos.