COLITIS
Me siento joven, los años no pasan, la tengo dura como
cuando tenía veinte años. Me la intento coger y no puedo, tengo los brazos
pegados a los muslos, me estoy poniendo nervioso y entonces me empiezan a picar
los huevos.
Abro los ojos, los párpados parecen lápidas y me encuentro
rodeado de gente como yo, sin piernas, parece un urinario, se oyen los chorros
matinales, me entran ganas y aprieto, un dolor me sube desde el pito a los
riñones.
No recordaba tener cálculos.
Cené un filete a la piedra y me la comí también.
Un retortijón, como una fractura tectónica, hace que los
vecinos giren sus cabezas con un crujir de vértebras, no veo ni espejo ni
váter, la vergüenza y la urgencia hace que avance a saltitos.
Se me relaja el esfínter y una cascada de canicas ruedan por
el parquet.
“Pedrín, deja a tu padre, tiene resaca”.
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