MALDITO QUIJOTE (CONCURSO
BELLAS ARTES; EL PAIS Y ALFAGUARA).
RSS | alejandro pozo de la
camara | Lunes, 4 de julio de 2011 | |
“En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho
tiempo que vivía un hidalgo de los de lanza en astillero, adarga antigua, rocín
flaco y galgo corredor.”¡Qué es eso!, que asco, un bicho encima de “olla” y se
mueve, huye, que te crees tú, toma pulgar. Menuda mancha, como ha quedado olla,
parece otra cosa, tendré que raspar.
Que majo internet, pongo “bichejos en los libros” a ver si tengo suerte y
hala 9.160.544 entradas en 0.09 segundos. Hoy tampoco me da tiempo a leer el
Quijote.
A quien interese: se llaman pececillos de plata o Lepisma Saccharina(como
el natreen , je, je), son insectos tisanuros de la familia Lepismatidae, toma
ya, tienen fototaxia negativa, por eso quería escaparse. Su vida sexual es
curiosa, no copulan (como algunos), al vivir en oscuridad y en diferentes
páginas el macho deja el espermatoforo pegado en algún párrafo (como algunos) y
atraen con engaños a la hembra para que se preñe (como algunos). Según estoy
leyendo me he dado cuenta que su vida sexual no es tan curiosa, es parecida a
la humana.
Además tienen un depredador natural: La tijereta(Forficula auricularia).Me
imagino a mí, llevando a la lepis de turno hacia la G con flores y bombones y
que aparezca la manostijeras y se me corta el rollo, fijo.
Hay foro, miles de personas, unos que cómo se matan y con qué, otros que
salvar los lepismas. Guerra entre insectófobos y Adena. No sé cómo he podido
vivir ajeno a lo que se está desarrollando en el mundo. Ahora además, veo el
libro de otra forma, me da un poco de miedo, es como un Universo en pequeño y
quién soy yo para interferir en el destino de todos ellos. Que se fastidien y
que les den.
He vuelto a dejar el Quijote en el mueble y no creo que lo intente nunca
más.
Tengo ya 59 años y la primera vez estaba en el colegio, conseguí llegar al
capítulo IV, cuando sale de la “Venta” y me di cuenta de que hablaban raro y de
que no me enteraba de nada, así que decidí preguntar a mis padres y hermanas
las cosas importantes del libro. Era un tipo muy viajero y chulo que se metía
en donde no debía, tuvo un asunto con la celestina (mi padre me dijo que cuando
fuera mayor me lo contaría), otro follón en Fuenteovejuna y una pelea con
Tartarin de Tarascon, en fin, suspendí.
En mi adolescencia tardía (sobre los 25 años), conocí a una joven de Torres
de Berrellén, muy ilustrada y además con los senos turgentes. Me contó, que su
pueblo sale en el Quijote y por este motivo decidí intentar leerlo otra vez.
Puse mucho empeño, pero no sé si sería por mis hormonas revueltas o qué, que si
leía que estaban en la trilla acababa en la paja. Me parecía un libro erótico y
todas las conversaciones entre los personajes iban a lo mismo. Cuando Don
Quijote dice “ni soy de mármol, ni soy de bronce, ni ahora son las diez del día
sino de noche”, me imagino a Doña Rodríguez insinuándose al lado de mi lecho y
lo he hecho. Tuve que dejarlo, porque se convirtió en fijación y tenía que
llevar el libro cuando me iba a la cama con alguien (ahora sé que actuaba como
el lepisma saccharina macho).
En la cuarentena, lo intenté otra vez, lo llevaba encauzado pero un día al
levantarme del inodoro se me cayó dentro. Lo recuperé y conseguí que quedara
bastante decente, pero entre esperar al secado y a que perdiera cierto olor a
podrido, se me olvidó en el estante (ahora también sé, por qué la flora y la
fauna de este libro es tan abundante).
En el foro de internautas hay medidas para hacer desaparecer estos
animalitos, desde pesticidas, hasta ecologistas que recomiendan poner al lado
una patata (parece que gusta mucho a los lepismas), para que se introduzcan en
el interior y luego hacer con ella lo que quieras.
Esto me parece actuar como Dios y yo no quiero cambiarles el ecosistema,
bastante tienen con su vida tan complicada y encima no copular (como algunos),
así que he decidido coger el libro con guantes y salir a la calle, dirigirme a
la plaza de España y sentarme en un banco debajo de las estatuas de Don Quijote
y Sancho Panza, dejarlo y salir por patas y a quien Dios se lo dé San Pedro se
lo bendiga.
Pobres bichos, dejemos que vivan tranquilos entre las hojas de los libros, son buena compañía ejej, yo también leí el quijote a trozos, cuando conseguí leerlo entero fue hace unos años durante un verano, ya se que no es la compañía ideal para la playa, pero era cuestión de amor propio, me dije ahora o nunca y al final conseguí terminarlo.
ResponderEliminarBesos Epi, y gracias por la clase de biología.
Puri