HISTORIAS PARA NO DORMIR
Estaba leyendo historia de O,
desnuda en la cama, cuando un fuerte golpe en mi culo hizo que se me cayera el
libro al suelo.
Quise volverme pero me lo impedía con sus brazos y su cuerpo
encima del mío.
Pugnaba con su pene hacerse un
hueco, pero no le dejaba, contraje mis glúteos y en ese momento me noté húmeda.
Se tumbó de espaldas y yo me subí a horcajadas, moviendo mi cadera para
restregar nuestros fluidos, hasta que se introdujo de golpe, provocándome un
grito ahogado de queja y placer.
Empezó a moverse y con el
cinturón me dio un ligero golpe, pasando la hebilla fría por la nalga enrojecida
y acabando en nuestros sexos, con el
otro extremo me daba a mí y a sus testículos, arqueando su espalda y haciendo
que la penetración fuera más profunda.
Contuve la respiración en un
crescendo de velocidad, presintiendo mi orgasmo, cuando incorporándose sobre
los codos me mordió en el pezón más cercano, me dolió, pero me abandoné en una
serie de espasmos y cayendo de lado seguía dentro moviéndose y ahí perdí la
noción del tiempo.
Me desperté, recordando, con la
almohada entre los muslos y el libro abierto.
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