Hace una semana, tomándome una copa en la barra, una gogó se me insinuó, estaba buenísima y me metió mano. Me invitó a la juerga de esta noche y me ilusioné. Más, cuando al llegar, vi que era la fiesta de la espuma en la discoteca del puerto, estaba en pelota picada, me desnudó y se sonrió al ver mi erección. Me colgué mis pertenencias en un saquito al cuello y nos metimos en la piscina, bailando y sobándonos como locos. Se me cayeron las llaves del coche y al agacharme, me sujetaron entre dos gorilas del club y otro me dio por detrás. Doctor, dijeron, era la chica del dueño.
Hace una semana, tomándome una copa en la barra, una gogó se me insinuó, estaba buenísima y me metió mano. Me invitó a la juerga de esta noche y me ilusioné.
Más, cuando al llegar, vi que era la fiesta de la espuma en la discoteca del puerto, estaba en pelota picada, me desnudó y se sonrió al ver mi erección. Me colgué mis pertenencias en un saquito al cuello y nos metimos en la piscina, bailando y sobándonos como locos.
Se me cayeron las llaves del coche y al agacharme, me sujetaron entre dos gorilas del club y otro me dio por detrás.
Doctor, dijeron, era la chica del dueño.