La muerte es un perro flaco que deambula por los caminos embarrados. Se acerca al cuerpo semienterrado entre la hojarasca y muerde la pierna que sobresale. Tira y un quejido débil sale del niño, recibe un golpe en el morro y suelta la presa, la mujer protege el cuerpo desmadejado entre sus brazos, están cubiertos de pústulas sangrantes y patalea contra el cancerbero del inframundo como poseída. Se acercan otros perros y la atacan desde todos los lados, suelta un momento a su hijo y se lo arrebata el más grande, que lo arrastra por el barro. Ni llora, baja los brazos.
La muerte es un perro flaco que deambula por los caminos embarrados. Se acerca al cuerpo semienterrado entre la hojarasca y muerde la pierna que sobresale. Tira y un quejido débil sale del niño, recibe un golpe en el morro y suelta la presa, la mujer protege el cuerpo desmadejado entre sus brazos, están cubiertos de pústulas sangrantes y patalea contra el cancerbero del inframundo como poseída. Se acercan otros perros y la atacan desde todos los lados, suelta un momento a su hijo y se lo arrebata el más grande, que lo arrastra por el barro. Ni llora, baja los brazos.