ÉRASE UNA VEZ UN CUENTO AL REVÉS
Hoy ha estado más nerviosa, estaba agotada. Me gusta como sonríe cuando le cuento el de Juan sin miedo, el de Blancanieves o el de los tres cerditos.
Me
agarra las manos como si no quisiera desprenderse de mí.
Mañana, el de la
Princesa y la lenteja, de los hermanos Grimm, uno de sus preferidos de contar,
pues nos ponía una lenteja cruda debajo del colchón de lana y los cuatro
hermanos teníamos que intentar localizarla y eso que eran delgaditos, sobre todo
cuando llevaban meses sin varear.
Entonces, invariablemente nos contaba el
chiste de los garbanzos crudos y cocidos en los zapatos de dos peregrinos.
Decía
con su sonrisa, - fijaros, con cinco colchones que fina debe de ser la
princesa.- Y nos reíamos todos.- ya a dormir, cada uno a su cama -Y nos iba
dando un beso por turnos y arropándonos y remetiendo la sábana por el cuello.
Ahora
soy yo el que subo el embozo y le doy un beso en la frente.
Muy tierno y muy triste....
ResponderEliminarComo la vida en sus circunstancias. Yo no quiero llegar a ello.
ResponderEliminarUn beso