RECTO PROCEDER
Suspiró profundamente y recogió
dos, cubiertos como estaban por la lencería erótica de su mujer, no eran
visibles al abrir el cajón de la cómoda.
Eran dos vibradores, enormes, con unas
formas imposibles y nunca sospechó que su churri los usara. Encendió el más pequeño, que empezó a cabecear.
Se sentó en la cama, con aquello moviéndose espasmódicamente, su mujer toda la
tarde con las amigas en una merendola, volvió la cabeza hacia la mesilla y un
tubo de vaselina grande al lado del despertador.
Con dolor y embadurnado, se lo
introdujo y en ese momento, ruido en la puerta y un cariño, he vuelto.
Vaya, es una historia que pasará a los anales por el terreno deslizante por el que transita...
ResponderEliminarUn saludo
JM
Epi, eso hace mucho daño me imagino,pero hay que ver la parte positiva de ayuda a ir al bano. Ja ,ja ,ja , muy cachondo tu micro. Un abrazo, amigo, Sotirios.
ResponderEliminarQue inoportuna jejej, él que queria probar y sentir y se tiene que quedar con las ganas, seguro que buscará otro momento, no va a quedar con la duda jejeje.
ResponderEliminarBesos
Puri