DESPEDIDA
Le separé, una carrera y casi se me cierra la puerta del vagón. Salí y
como un fogonazo, vi la mochila que estaba a nuestros pies y que no le había
comentado a él.
Me di la vuelta, un pitido largo y por la ventanilla vi su
mano alzada y una gran sonrisa en su boca.
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