ÉRASE
que se era
Así
empezaba mi madre tantas tardes de invierno en Valladolid, por la ventana, el
patio de la Academia de Caballería y mis tres hermanas y yo, alrededor de la
mesa camilla, encima, un paquete de papel medio abierto y en el centro,
centenares de lentejas.
Tenía,
lo que tiene que tener un cuentacuentos, voz, dulzura, memoria y una cantidad
de historias infinitas, para tenernos en tensión, mientras nuestras manitas
cogían un puñado, algunos arrodillados sobre la silla de enea, con surcos sobre
nuestra piel, que luego frotábamos para quitarnos las marcas.
Del
montón de cada uno, íbamos separando las piedras, que arrojábamos a un plato de
cocina desportillado, con un ruido metálico cantarín, mientras mi madre se
quejaba del economato militar de dónde provenían.
Además,
mientras Juan Sin Miedo se introducía en el castillo en una noche de tormenta,
mi madre, de las limpias, iba quitando las agujereadas, aunque según ella eso
significaba que el gorgojo ya se había escapado.
A
veces, mi padre se apoyaba en el quicio de la puerta, con su sempiterno
cigarrillo de caldo en una mano y un
vaso de clarete en la otra, sin decir nada y sonreía.
Un saludo
JM
Buenas descripciones de los escenarios que me han traído algunos recuerdos.
Espero que este
Saludos compañero
La figura del payaso, y por ende la del polichinela, (ahora aquí bajito:
me aterrorizan)
He podido ver a Francesca, intentando escapar de tan vil agresor.
Me ha gustado mucho tu relato, tiene a un Epi nuevo, con tu toque clásico, que dicho sea de paso, es tu marca personal.
No cambies. Un abrazo.
Me ha encantado el relato, la descripción de Venecia (mi relato también lo he ambientado en ella) me ha parecido sublime y con detalle. Parece una secuencia de pelicula (de Ford Cóppola)con homicidio horrible en los Carnavales venecianos.
Y dejando tu huella (que no puedes perder) el detalle de la penetración, ese es mi Epi!
Un beso y suerte!
Hasta me he entretenido en documentarme sobre lo que es y para qué sirve y como se maneja una “fórcola”. Parece mentira que un palo esconda en sí tanta ingeniería de diseño y de uso.
Gracias por el buen rato que me has hecho pasar.
Bonitas descripciones, macabro desenlace.
Abrazos.
Suerte y beso.